Cada 31 de mayo, la Organización Mundial de la Salud celebra el Día Mundial Sin Tabaco, con el objetivo de difundir los riesgos asociados para la salud de fumadores y no fumadores. Los datos de esta organización advierten de que a causa del tabaquismo mueren cada año alrededor de seis millones de personas, de las cuales, más de 600.000 son fumadores pasivos. A continuación se explica que el objetivo de este año es hacer un llamamiento a los gobiernos para que aumenten los impuestos sobre el tabaco y se detalla el alcance que tienen las medidas de prohibición total de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco.
El 31 de mayo, la celebración del Día Mundial Sin Tabaco pretende proteger a los ciudadanos de los efectos negativos que tiene el tabaco sobre la salud, así como de las consecuencias sociales, ambientales y económicas secundarias a su consumo y a la exposición a su humo. Así, para la campaña de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado dos objetivos: que los gobiernos aumenten los impuestos sobre el tabaco que haga disminuir su consumo y que el conjunto de la sociedad civil reclame a sus gobiernos que lleven a cabo este incremento.
El tabaquismo: una epidemia mortal
El consumo de tabaco es la principal causa de muerte prevenible en todo el mundo. Los daños que ocasiona el hábito tabáquico son aterradores: cada año mata a cerca de seis millones de personas y, en términos económicos, provoca un gasto de más de medio billón de dólares. Los datos disponibles apuntan que la mitad de los cerca de 650 millones de fumadores que hay morirán a consecuencia de este hábito, y la otra mitad, antes de los 69 años de edad. Además, hay que tener en cuenta que su humo también mata a cientos de miles de personas que nunca han fumado.
En España, datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad apuntan que, en la actualidad, el tabaco es la primera causa de enfermedad prevenible, invalidez y fallecimiento. Cada año y de manera prematura fallecen en nuestro país más de 60.000 personas debido al consumo de tabaco y, de estas, 1.500 son fumadores pasivos.
Prevención eficaz para reducir el consumo de tabaco
Cada año el tabaco mata a cerca de seis millones de personas en todo el mundoEn el informe realizado en 2013 por la OMS sobre las medidas de prohibición total de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco se muestra que estas estrategias son muy poderosas para reducir o eliminar la exposición a los factores que incitan a consumirlo. Así, en los últimos cinco años, se estima que bajo estas iniciativas se ha protegido a más de 500 millones de personas de 16 países distintos.
Según este documento, gracias al menos a una de las medidas de prohibición, un tercio de la población mundial (2.300 millones de personas) está protegida frente al tabaco. Eso sí, siempre que se apliquen con el máximo rigor. Entre 2007 y 2012, la medida que más y en mayor grado se ha establecido en 32 países ha sido la creación de espacios libres de humo (públicos, en lugares de trabajo o en transportes públicos), que ha supuesto la protección a casi 900 millones de personas.
Otro dato positivo del informe de la OMS es que, en el último lustro, cerca de 500 millones de personas de nueve países han podido acceder a algún tipo de atención para la adolescentes y las clases sociales más desfavorecidas, con una mejora sustancial de la salud pública. Y es que los beneficios que se obtienen superan con creces la simple función recaudadora. De hecho, es una de las medidas que la Unión Europea recomienda hace años a las autoridades españolas.
En el libro ’50 mitos del tabaco’, el Dr. Rodrigo Córdoba y la periodista Encarna Samitier se encargan de desmontar todos los mitos que respaldan el tabaquismo. Hay mitos para todos los gustos, aunque todos tienen en común su falta de veracidad.
En relación con la salud, los autores desmantelan cada una de las aseveraciones sin fundamento mediante evidencia científica. Así, afirmaciones como que “de algo hay que morir”, “las drogas ilegales son más peligrosas”, “el papel es lo nocivo del cigarrillo no el tabaco, que es natural” e, incluso, como que “no se ha demostrado una relación causal entre respirar humo de tabaco y enfermedades” quedan en agua de borrajas.
No obstante, y por extraño que parezca que hoy en día haya quien las sustente, estas declaraciones son algunos de los factores que han favorecido el crecimiento de este hábito nocivo y mortal y a minimizar sus efectos sobre la salud de las personas. En esta línea, los especialistas creen que la sociedad en pleno, sobre todo los colectivos sanitarios, educativos y de participación ciudadana, debe sumarse a la reflexión y poner freno a la epidemia.