Desde el pasado mes de marzo, la enfermedad hemorrágica provocada por el virus del Ébola ha ocasionado alrededor de 5.000 muertes. Desde la Organización Mundial de la Salud, los expertos afirman que esta epidemia sin precedentes ha puesto de manifiesto que no se está preparado para hacer frente a una emergencia grave y prolongada en salud pública y que los países más pobres son siempre los más perjudicados. Este artículo describe cuáles son las lecciones del Ébola que no habría que olvidar y apunta cuáles son los tratamientos experimentales que muestran resultados esperanzadores.
Ya ha pasado más de medio año desde que saltara la alarma el pasado 22 de marzo. Ese día el Ministerio de Salud de Guinea declaró en el sur del país africano la epidemia por el virus del Ébola.
A pesar de que la enfermedad se describió hace casi 40 años, todavía no hay disponible ni tratamiento ni vacuna
Desde entonces, este virus, que provoca fiebre hemorrágica en personas y en primates (monos, gorilas y chimpancés), ya se ha cobrado cerca de 5.000 víctimas. Así lo declararon expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, quienes señalaron que, según el último recuento oficial del pasado 23 de octubre, la cifra de infectados por el virus del Ébola supera las 10.000 personas en ocho países. Hace poco, Nigeria y Senegal se han declarado libres de la enfermedad.
Las lecciones del Ébola
Cuando se han cumplido más de seis meses desde que la enfermedad hemorrágica del Ébola fuera noticia en todo el mundo, la doctora Margaret Chan, directora general de la OMS, ha señalado que de esta situación, que ha provocado el mayor brote de Ébola de la historia, hay que extraer seis aprendizajes:
- 1. La epidemia ha dejado constancia de que las desigualdades sociales y económicas en salud existen y los perjudicados son siempre las personas más pobres.
- 2. El pánico se extiende más deprisa que el propio virus y ello conlleva pérdidas económicas más allá de las zonas afectadas por el brote. El Banco Mundial ha estimado que la mayoría de las pérdidas se deben a los esfuerzos descoordinados e irracionales de la población por el miedo a enfermar.
- 3. Cuando un brote de un virus mortal se concentra en los más desvalidos, el mundo entero está en peligro. Tanto, que la experta señala que si el brote se reaviva en Nigeria, cuarto mayor productor mundial de petróleo y el segundo proveedor más importante de gas natural del mundo, podrían peligrar las perspectivas económicas mundiales.
- 4. La poca atención que han tenido los sistemas y servicios de salud en los países afectados no se puede restablecer en mitad de una crisis como la del Ébola. Un deficiente sistema de salud, ante una epidemia, no tiene poder de ni de asumir la situación ni de sobreponerse a ella.
- 5. A pesar de que la enfermedad se describió hace casi 40 años, todavía no hay disponibles ni tratamientos ni vacunas para prevenirla. El principal motivo, según la directora general de la OMS, es porque hasta ahora solo había afectado a países africanos pobres. La industria tampoco invierte en mercados de los que no pueden extraer beneficios. Ha sido precisamente ahora cuando la opinión pública se ha hecho consciente de que la falta de I+D conlleva la pérdida de vidas humanas.
- 6. La última lección importante que apunta la doctora Chang para extraer de la epidemia actual de Ébola es que el mundo no está preparado para hacer frente a cualquier emergencia grave y prolongada en salud pública. Esta conclusión, que ya se estableció durante la evaluación de la respuesta a la gripe epidémica de 2009, por desgracia, persiste.
Contra el virus del Ébola, además de los fármacos experimentales, como el Zmapp o Zmab o el TKM o Favipiravir, también se ha utilizado suero de convalecientes de la enfermedad. Favipiravir, junto con el suero último, ha sido el que se ha administrado, y con éxito, en España, en el primer caso de contagio registrado fuera del continente africano y que tanta atención ha centrado en todos los medios durante las últimas semanas.
Para el tratamiento de la mujer afectada, el suero provenía de dos religiosas que habían sobrevivido a la infección. No obstante, no todo el mundo puede recibir el suero de un superviviente a la infección provocada por el virus del Ébola. Primero es necesario descartar que el donante tenga enfermedades infecciosas que podrían contagiarse mediante la transfusión (como la hepatitis o sida, entre otras). Segundo, que donante y receptor compartan grupo sanguíneo.
Desde la OMS, los expertos también señalan las ventajas e inconvenientes de utilizar tanto la transfusión de sangre entera como el suero de supervivientes de esta infección. A pesar de que se ha utilizado en pocas personas, los resultados son prometedores. No obstante, también insisten en que para disponer de suero es necesario tener instalaciones y tecnología sofisticada y, por tanto, es posible que no sea factible en países como Guinea, Sierra Leona y la República Democrática del Congo. Pero animan a seguir investigando en este campo y la organización mantiene conversaciones con los especialistas de estos países para examinar la practicidad de utilizarlos.