En un infarto de miocardio, es vital restaurar cuanto antes la circulación coronaria. Es crucial actuar con urgencia, ya que la recuperación de la víctima depende de la rapidez con que reciba asistencia médica, que es determinante en el pronóstico del afectado. Sin embargo, esta atención al paciente con infarto agudo de miocardio es desigual en las distintas comunidades autónomas, como también lo es la tasa de mortalidad asociada. En este artículo se explica cómo ha evolucionado la atención al infarto agudo de miocardio en España, qué asignaturas quedan pendientes y la importancia del protocolo de actuación denominado Código Infarto.
Infarto en España: situación en 2011
No disponer en nuestro país de procedimientos cardiológicos, como la angioplastia primaria, hace que la tasa de mortalidad por infarto de miocardio sea distinta según la comunidad autónoma donde se sufra este episodio cardíaco. Así lo reconocen desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Los datos del proyecto RECALCAR (Recursos y Calidad en Cardiología) de la SEC ponían de relieve que, en 2011, la tasa de mortalidad del infarto de miocardio dentro del hospital fue del 7,84%. Sin embargo, había muchas diferencias según la zona: en Navarra, la comunidad mejor posicionada, fue del 6,06%, mientras en Valencia, del 9,57%. Incluso estos porcentajes varían, si se comparan distintos centros dentro de la misma comunidad.
Para comprobar la calidad asistencial se evalúa donde se registra una tasa menor de estancia hospitalaria, sin que ello haga aumentar los reingresos. Así, en 2011, con 46.994 ingresos por infarto, la media española de reingresos a 30 días fue del 6,09%; también en este aspecto Navarra tuvo el porcentaje menor con un 1,99% y Andalucía la mayor con un 8,41%.
El proyecto RECALCAR investiga la atención al paciente con cardiopatía en el Sistema Nacional de Salud con registros periódicos, que provienen de datos cedidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y de encuestas a los responsables de los servicios y las unidades de cardiología. El informe que se elabora mide los recursos, la actividad y la calidad de los servicios y busca mejorar la calidad asistencial cardiológica en España, además de aumentar su eficiencia.
Mejora la atención del infarto
Desde que la persona empieza a sufrir los síntomas hasta que se le reanuda la circulación de la coronaria no pueden pasar más de 90-120 minutosSin embargo, parece que la situación en la atención del infarto en España empieza a cambiar. A finales del año pasado, se hicieron públicos los primeros resultados de la tercera edición de RECALCAR correspondientes a 2012. Estos pusieron de manifiesto que casi todas las comunidades autónomas han mejorado en la mortalidad por infarto y que la tasa de mortalidad intrahospitalaria ha disminuido, del anterior 7,84% al 7,31%. En cuanto a las comunidades con mejores datos, a la cabeza de la lista permanece Navarra (6,08%) y le siguen las Islas Baleares, Madrid, Cataluña, Castilla y León, La Rioja, Galicia, Aragón, Castilla-La Mancha y el País Vasco.
Estas mejoras, según los especialistas de la SEC, están directamente relacionadas con el aumento del número de angioplastias primarias efectuadas. Ponen como ejemplo Asturias y Cantabria, que han incrementado en más de un 20% el número de estos procedimientos cardiológicos.
Pero no es solo el número de procedimientos realizados. Hay que hacerlo dentro del tiempo estimado y para ello es imprescindible una adecuada coordinación de todo el sistema sanitario. Por este motivo es necesario que todas y cada una de las comunidades implante su Código Infarto.
Código Infarto
En un infarto de miocardio, es vital restaurar cuanto antes la circulación coronaria. Por este motivo, es crucial actuar de forma urgente, ya que la recuperación de la víctima depende de la rapidez con que reciba asistencia médica: el tiempo que pasa desde que se manifiestan los primeros síntomas hasta que la víctima es tratada está relacionada directamente con el pronóstico de la enfermedad, esto es, con las consecuencias y con las probabilidades de fallecer.
La angioplastia primaria puede salvar la vida. Pero, para ello, el tiempo desde que la persona empieza a tener los síntomas hasta que se le reanuda la circulación de la arteria coronaria afectada no puede exceder los 90-120 minutos. En este escenario, la rapidez y coordinación de los servicios sanitarios se hacen indispensables.
De ahí la importancia de contar con el Código Infarto o Código IAM, un protocolo de actuación que comprende una serie de dispositivos que se activan cuando un paciente es sospechoso de sufrir un infarto. Cualquier médico que considera que un enfermo puede beneficiarse de la repercusión inmediata lo deriva de forma automática al centro de referencia indicado que le corresponda, donde lo tratarán y estabilizarán, para devolverlo al hospital de origen o al más cercano a su domicilio.
El Código Infarto se empezó a poner en marcha hace años (en Cataluña está activo desde 2009) de manera desigual y hoy solo 10 de las 17 comunidades autónomas disponen de él: Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Galicia, Madrid, Murcia y Navarra.
Se consideran antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular todos los incidentes, como el ictus o el infarto, que sufren de manera precoz (antes de los 55 años los varones y de los 65 años las mujeres) los familiares de primer grado, esto es, padre, madre o hermanos. Tener un historial familiar cardiovascular acrecienta la propensión de padecer y fallecer por algún trastorno cardiovascular. Además, según datos de la Fundación Española del Corazón, si ambos progenitores han tenido algún problema cardiovascular antes de los 55 años, el riesgo del hijo se incrementa un 50%. De ahí la importancia de disponer del historial familiar.
Al ser un factor de riesgo no modificable -como la edad- se aconseja a quienes tengan esta predisposición familiar a mantener a raya los factores de riesgo modificables, como la obesidad, el tabaquismo, el colesterol elevado, la hipertensión, la diabetes o el sedentarismo. Aunque se ha demostrado cierto componente hereditario en la hipertensión y la diabetes, uno de los factores hereditarios de mayor riesgo cardiovascular es la hipercolesterolemia familiar. Como muchos de los afectados desconocen que conviven con esta dolencia, a veces, el primer aviso suele ser un infarto, un ictus o una trombosis. De hecho, la mayoría de los infartos en menores de 50 años está provocada por hipercolesterolemia genética sin diagnosticar.