El pasado mes de marzo el Hospital Universitario de la Paz de Madrid realizó el primer trasplante multivisceral pediátrico que, por sus características y por el número de órganos trasplantados se ha saldado con éxito en España. Seis órganos, estómago, duodeno, intestino, páncreas, hígado y bazo, fueron implantados a una niña de 18 meses. La intervención, considerada un récord por su complejidad en Europa, pone de manifiesto la capacidad profesional en un ámbito donde España destaca por méritos propios: el modelo impulsado por la Organización Nacional de Trasplantes ha sido adoptado como referencia en un gran número de países.
A los dos meses de haber practicado con éxito la complicada operación, el madrileño hospital de La Paz dio a conocer el trasplante multivisceral realizado a Cristina, un bebé de 18 meses. Durante la intervención, practicada el pasado 25 de marzo, su pequeño cuerpo fue objeto del primer trasplante de seis órganos practicado hasta ahora en España y, de estas características, también en Europa. Estómago, hígado, bazo, duodeno, intestino y páncreas le fueron reemplazados con éxito por un equipo del hospital.
La operación, desde la extracción de órganos al implante, se prolongó por espacio de 24 horas. El tiempo de cirugía fue de 11 horas aproximadamente. Después, la pequeña permaneció mes y medio convaleciente en el hospital. El 9 de mayo recibió el alta médica y ahora se encuentra en su casa, donde sigue una recuperación «absolutamente normal», asegura Manuel López Santamaría, jefe de la Unidad de Trasplantes Digestivos y coordinador de la compleja intervención.
Este es el primer transplante de varias vísceras u órganos sólidos que se efectúa con éxito a un niño en España y el de mayor dificultad. Para la intervención se necesitó un equipo multidisciplinar compuesto por especialistas en cirugía pediátrica, gastroenterología, hepatología, nutrición, anestesia, reanimación y terapia del dolor, entre otros. La técnica utilizada se denomina en el argot quirúrgico cluster (racimo en inglés). Significa que a la pequeña le fueron trasplantados los seis órganos abdominales en bloque.
La supervivencia de los trasplantes hepáticos pediátricos en España se sitúa alrededor del 99% a los cinco años
«Pero este espectacular, novedoso y noticioso trasplante no surge por generación espontánea», remarca el doctor López Santamaría mientras repasa los 20 años de empeño e ilusión en los que el equipo que dirige ha ido adquiriendo experiencia en trasplantes infantiles. «Empezando cada día con ganas», afirma, «y siempre mirando por donde corren los vientos en este terreno».
Más de 400 trasplantes
Los resultados obtenidos por el Hospital La Paz son «difícilmente superables», añade el especialista. Más de 400 trasplantes hepáticos infantiles se han llevado a cabo en sus quirófanos desde que el equipo de trasplantes pediátricos comenzó su andadura en 1986. Hoy, el hospital realiza el 50% del total de trasplantes de hígado a menores en España, «con una supervivencia cercana al 99% a los 5 años de la intervención». Las estadísticas se pueden comparar con las de los mejores hospitales norteamericanos y europeos.
Desde 1995, el 60% de los trasplantes hepáticos del Hospital Universitario de La Paz se efectúan con injerto reducido, que aprovecha un hígado para dos pacientes, o de donante vivo, o segmentario de cadáver. Todo esto ha posibilitado una reducción de la mortalidad durante la espera mientras llega el órgano, que actualmente se sitúa por debajo del 2%. Los datos han convertido al centro sanitario en punto de referencia en trasplantes pediátricos en España. El año pasado practicó más de 400, entre ellos, la mitad de todas las sustituciones de hígado en niños que se realizan en el país.
Cada año se llevan a cabo en España entre medio centenar y 65 trasplantes infantiles. Los donantes normalmente son recién nacidos con alguna anomalía en el parto o alguna malformación incompatible con la vida; niños de 5 a 12 años que hayan sufrido una hemorragia cerebral o un traumatismo que les cause la muerte como caídas de la bicicleta, accidentes de coche o moto, y adolescentes que hayan sufrido un accidente o un incidente vascular.
Trasplantes distintos
No es que los trasplantes pediátricos sean más complicados que los que se practican a personas adultas. El doctor López Santamaría prefiere decir simplemente que «son distintos», porque todos tienen su complejidad. No obstante, sí remacha que han de ser efectuados por «profesionales específicamente entrenados, especializados en el ámbito pediátrico y con una infraestructura hospitalaria acorde a esta superespecialización». Lo que quiere decir es que los niños siempre son «pacientes especiales» en todos los aspectos.
En cualquier caso los trasplantes a niños son infrecuentes, pese a que haya excepciones como la de los trasplantes intestinales, que se practican en dos de cada tres ocasiones a menores de 18 años y en un elevado porcentaje a pequeños de menos de dos años. La explicación obedece a la lógica: en España sólo nacen 400.000 niños al año, por tanto la población infantil es muy inferior a la adulta.
Por otro lado, «el número de donaciones infantiles es limitado», tal y cómo explica el coordinador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, «porque afortunadamente en nuestro país no se mueren muchos niños». Y, aunque parezca paradójico, «para ser donante se ha de morir en un hospital y con buena salud», precisa. No son válidos los órganos de una persona fallecida por enfermedad tumoral o transmisible. Por otro lado, existe un problema añadido a la compatibilidad del grupo sanguíneo: la compatibilidad del tamaño de los órganos. En una palabra, tienen que caber en el cuerpo del receptor.
La madre de la pequeña Cristina, que se recupera favorablemente en su domicilio aunque con las limitaciones propias de un paciente recién trasplantado, decía que no tenía palabras para agradecer a la familia del bebé donante de todos los órganos -fallecido a los seis meses de edad y con el mismo peso que su hija- las perspectivas de futuro que ahora se le abren a una niña que, según los facultativos, «no tenía ninguna sin el multitrasplante».
Hay estudios que reflejan cómo el acto de la donación de órganos de una persona joven puede hacer «retroceder a la muerte hasta 57 años». Si se suman los años de vida de los receptores de los órganos del donante el resultado rondaría ese tiempo, afirma Rafael Matesanz. Y es que un solo donante puede tener dos receptores de riñón, al menos uno de hígado, otro de corazón y otro de pulmón, comenta el cirujano López Santamaría.
Tanto el coordinador nacional de trasplantes como el médico de La Paz coinciden al opinar que nunca se está preparado para la muerte de un ser querido. Sin embargo, ambos coinciden al hacer una llamada a la reflexión porque saben que la generosidad de donantes y familiares, cuando se trata de menores, puede salvar vidas.
Datos de la ONT ponen de relieve que España es desde hace tiempo el país del mundo con el índice más alto de donaciones de órganos, que en el 2005 ascendieron a 1.546, lo que significa 35,1 por cada millón de habitantes. El 90% de las personas son favorables a la donación de órganos. El porcentaje de donaciones ha aumentado considerablemente en los últimos años. En 1989 era de 14,1 por millón de persona, lo que dejaba a España en la zona media-baja de Europa. Los datos actuales duplican con creces esa cifra y colocan a nuestro país delante de Estados Unidos, Italia, Francia y Portugal, que van a continuación pero apenas alcanzan el ratio de 25 donaciones por millón.