Acudir al servicio de urgencias de un hospital por un catarro, un dolor de muelas o una ampolla en el pie supone un uso irracional de los servicios sanitarios y está desaconsejado tanto por las autoridades sanitarias, como por las sociedades médicas. Unas y otras piden de manera repetida a los ciudadanos que acudan a la atención primaria si sufren problemas considerados menores. Sin embargo, todavía hay usuarios de la sanidad pública que hacen oídos sordos a esta recomendación y se dirigen a los hospitales, donde es probable que deban esperar varias horas, mientras saturan el servicio que sí necesitan otros enfermos. Hoy en día no hay motivos para saltarse una visita a un centro de asistencia primaria porque los médicos de cabecera están muy bien formados para atenderlas, explica Marta Martínez del Valle, coordinadora de urgencias de la Sociedad Española de Médicos Generales (SEMG).
En la asistencia sanitaria primaria hay dos servicios de urgencias: las consultas extrahospitalarias y los servicios de emergencias. Tanto unos como otros están capacitados para atender un elevado porcentaje de las urgencias sanitarias que se registran cada día. Hay más disparidad en cuanto a recursos materiales, ya que según la zona de España, hay una dotación mayor o menor.
Sí, la situación es muy variable de una comunidad a otra, no se puede generalizar. No se dispone de una homogeneidad en cuanto a los recursos en las distintas comunidades autónomas, ni humanos ni materiales.
En ocasiones, sí se detecta en cuanto a material y en recursos humanos, ya que con los recortes que se registran hay menos personal disponible.
“Los médicos de atención primaria están formados para atender las urgencias”
La atención primaria es la puerta de entrada al sistema sanitario, que cuenta con personal con capacidad suficiente para asumir una urgencia o para saber cuándo debe derivar al paciente. Pero, a veces, los ciudadanos se saltan este nivel asistencial y acuden al hospital por problemas banales. Esto provoca, a menudo, el colapso de estos servicios.
Por malestares que son frecuentes, como un proceso catarral, fiebre, tos, traumatismos leves o una odontalgia (dolor de muelas), por citar algunos ejemplos. Estos se pueden solucionar en un centro de salud sin necesidad de acudir a un hospital.
Los médicos de asistencia primaria están preparados pero, a menudo, los ciudadanos piensan que la ciencia médica solo se encuentra en los hospitales. El médico de familia tiene una visión global de su estado, conoce sus enfermedades previas, los tratamientos que realiza y su entorno familiar, datos que en ocasiones son importantes e influyen en el abordaje del caso.
“Malestares comunes, como procesos catarrales, fiebre, traumatismos leves o dolor de muelas se pueden solucionar en un centro de salud”
Debemos transmitir al ciudadano que el médico de familia no solo se forma en las facultades de Medicina durante seis años, sino que sigue cuatro años más de formación como médico interno residente. Por lo tanto, lleva diez años de formación antes de ejercer como médico de asistencia primaria en la consulta y esta formación es importante, está avalada y tiene el rigor científico suficiente como para fiarse. Hay que fiarse al 100% del médico de cabecera.
Pero este también estará formado para atender esa patología, aunque no sea su médico de cabecera. Pese a que el paciente no conozca al médico, debe saber que está bien formado y que sabe discernir entre una patología banal y una grave y, en este último caso, cuándo tiene que derivar a un paciente grave al hospital.
No hay ningún dato epidemiológico, pero yo diría que más de la mitad de las consultas por urgencias se resuelven en la atención primaria. Y si los ciudadanos acudieran más a este nivel de asistencia, creo que el porcentaje subiría más.
Un notable alto. Todos en nuestro trabajo diario, independiente de la profesión, siempre podemos mejorar.
“La demora en la atención no influye en la resolución de un proceso ni en el cuidado que se presta”
Creo que la calidad personal se mantiene, aunque si se recorta personal y se han de atender 200 urgencias en vez de 100, es indudable que puede suponer una pequeña demora en la atención, pero que no influye en la resolución de un proceso ni en el cuidado que los profesionales prestan.
Los médicos de atención primaria son buenos profesionales, aunque a veces es necesario un poco de paciencia porque, debido al recorte de personal, no dan abasto. Los médicos de este nivel asistencial están perfectamente formados para atender las urgencias, pero hay que usar los recursos de una forma racional porque no son ilimitados y, si se colapsan los hospitales, cuando llega una urgencia importante se bloquea la asistencia hospitalaria a los pacientes que realmente la necesitan.
La atención primaria tiene capacidad suficiente para los ciudadanos que acuden por una urgencia, pero aún necesita más recursos materiales y humanos para mejorar la calidad de la asistencia urgente que presta. La carencia de estos recursos es muy desigual en distintos puntos de España. Entre los primeros, falta material más específico, como analíticas básicas o kits de diagnóstico rápido, ya que son muy útiles, explica Marta Martínez del Valle.
En cuanto a los recursos humanos, los profesionales sanitarios deberían disponer de más tiempo para formarse y reciclarse, puesto que, a pesar de alcanzar una buena formación en las facultades de Medicina y de completar esta durante los cuatro años de formación posteriores, precisan reciclaje para mantenerse al día y atender con la máxima excelencia a sus pacientes. Por ello, la sanidad debería facilitarles la asistencia a cursos y talleres de reciclaje, cuenta Martínez del Valle.
Además, entre las formas de atención inmediata, hay distintos tipos de asistencia: desde una UVI móvil a un servicio de urgencias de atención primaria (SUAP) o las urgencias del hospital. De ahí que los profesionales sanitarios necesiten una formación general y otra determinada para el área en la que trabajan. “En cada medio tenemos una forma específica de trabajar. Utilizamos distintas técnicas, material y medicación.
“Puede que el personal sanitario de una UVI móvil esté muy habituado a realizar una intubación orotraqueal porque forma parte de su trabajo diario, pero en un servicio de atención primaria esta práctica no es tan habitual y se puede perder pericia en su realización”, explica Martínez del Valle, para quien la futura aprobación de la especialidad de urgencias mejorará la formación de los profesionales que trabajan en estos servicios y, por extensión, el cuidado médico a la población.