Hacer frente a una pandemia no es una tarea sencilla. Mucho menos es seguir el rastro de aquellas personas que han sido contagiadas. Identificar cuándo, cómo y dónde se pudo haber contraído el virus es la tarea de un equipo de expertos, que está integrado por personal sanitario, epidemiólogos, médicos y enfermeros. Pero ¿cómo lo hacen? ¿De qué modo se realiza este seguimiento? En el siguiente artículo te contamos, paso a paso, cómo trabajan los rastreadores para evitar los rebrotes de covid-19 y frenar el avance de la pandemia.
Reastreadores: por qué son tan importantes
Combatir una pandemia implica prevenir y curar, pero también evitar que se dispare a una escala masiva. En esta última tarea, según la Sociedad Española de Epidemiología, “son claves los equipos de rastreadores adaptados a la situación y la evolución de cada territorio”.
- La misión. “Localizar lo antes posible a las personas que han estado en contacto estrecho con un caso positivo para que guarden cuarentena y cortar la propagación del virus”, según el Ministerio de Sanidad.
- Quiénes son rastreadores. Personal sanitario, desde médicos de familia a enfermeros, pero también epidemiólogos, preventistas o, aunque menos, personas ajenas al sector formadas para esa tarea.
- Cómo se organizan. Cada Comunidad Autónoma diseña y coordina los equipos según sus necesidades. No es lo mismo rastrear un rebrote en una gran ciudad, donde se puede estar en contacto con cientos de personas al día, que en una zona rural muy poco poblada. Ni un foco muy localizado, de apenas tres o cuatro personas, que uno de 50 o 100.
Cómo trabajan los restreadores de covid-19
?? Todo comienza cuando la atención primaria detecta un caso con posibles síntomas de covid-19. Por protocolo, ordena la cuarentena y un test PCR para confirmarlo. Pero mientras llega el resultado, el equipo de rastreadores se pone en marcha.
?? Habla por teléfono con esa persona para identificar cómo, cuándo y dónde pudo contagiarse, si llevaba o no mascarilla (un clásico: quitársela durante una comida familiar). Y con quiénes ha estado en contacto cercano (a menos de dos metros durante al menos 15 minutos) desde entonces.
?? A continuación buscan a esas personas: parientes, amigos o compañeros de trabajo, pero también cuidadores, personal sanitario, clientes en un negocio de cara al público o gente con la que han compartido actividades de ocio.
Imagen: Pixabay
?? Una vez localizados, el rastreador les emplaza guardar una cuarentena de 14 días en condiciones muy precisas: en una habitación propia, con pocas salidas al resto de la casa si la comparten y siempre con mascarilla. Deben estar siempre localizables. También averiguan si en la vivienda viven personas de riesgo como ancianos o enfermos, o si viven solas y necesitan ayuda de los servicios sociales. Si ven que esa persona no puede confinarse con seguridad, pueden recurrir a un albergue o centro especializado.
?? El rastreador hace llamadas periódicas para comprobar que se cumplen todas esas medidas y si dan la cara síntomas como tos, fiebre o dificultad para respirar. En ese caso, se deriva a la consulta médica de inmediato.
?? Lógico, también se realizan test PCR a estas personas. Si se confirma un contagio, comienza de nuevo la búsqueda de los contactos como al principio del proceso.
?? Si mientras todo esto sucede el test PCR realizado a la primera persona sospechosa de contagio da negativo, se cancela toda la operación. Obviamente, más vale prevenir y considerarlo positivo, por si acaso.
¿Qué preguntan los rastreadores?
Se suele comparar a los rastreadores con detectives porque no es fácil desandar los pasos de una persona que se ha movido, ha usado transporte público y ha convivido con mucha gente. Tampoco es fácil recibir una llamada para decirte que tú, o un familiar, o un amigo podéis tener la covid-19, por eso también hacen de psicólogos. Pilar Ramiro, coordinadora de Enfermería en el Hospital General de Ciudad Real y rastreadora, cuenta que la mayoría de la gente está muy concienciada y coopera sin problema, pero a veces lidian con casos más complicados como personas que desconfían de la llamada, pues piensan que es una estafa, o ponen pegas al confinamiento: «Pero si yo no estoy enfermo o no puedo confinarme porque soy autónomo…». Los rastreadores tienen que tirar de persuasión, y si se encuentran con alguien que se cierra en banda, avisan a las autoridades para que aseguren la cuarentena.
La recopilación y gestión de datos permite actuar con rapidez. Así que las herramientas informáticas son otra arma rastreadora además del teléfono. Cada Comunidad Autónoma elige el despliegue informático que mejor le parece: las hay que desarrollan sus propios programas de gestión y bases de datos específicas, como La Rioja o Cataluña, y las hay que instalan herramientas gratuitas como el software Go.Data, diseñado por epidemiólogos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el rastreo, que ya fue usado y perfeccionado en la pandemia de ébola.