La enfermedad pulmonar obstructiva crónica ha sido tradicionalmente considerada como una enfermedad propia de hombres. Pero, desde hace muchos años, sobre todo en países altamente industrializados, las tasas de mujeres fumadoras han aumentado de manera clara, haciéndolo de forma paralela a la de mujeres con EPOC.
Recordemos las cifras en España. En nuestro país hay 3 millones de pacientes con EPOC. Un 11,8 % de la población mayor de 40 años sufre esta enfermedad. El 88,2 % de las mujeres mayores de 40 años con EPOC no sabe que la tiene, mientras que la cifra en la población masculina es del 76 %.
El perfil del paciente ha evolucionado, constituyendo un problema creciente en las mujeres. La prevalencia en la población femenina ha aumentado un 70 % en diez años. En el estudio EPISCAN II, las mujeres con EPOC referían el mismo nivel de síntomas respiratorios y gravedad espirométrica que los hombres, a pesar de que estas eran más jóvenes y con menor exposición tabáquica.
Según el doctor Juan Antonio Trigueros, “el impacto de la EPOC en las mujeres está poco estudiado, pero la evidencia que existe revela diferencias de género potencialmente sustanciales en la susceptibilidad, la gravedad y el perfil clínico de la enfermedad”.
Entre los factores que pueden haber contribuido a la creciente prevalencia de EPOC en mujeres están el aumento del consumo de tabaco, la mayor exposición a la contaminación del aire interior, las diferencias anatómicas y el diagnóstico erróneo.
EPOC femenina: causas del aumento de casos
La prevalencia y la mortalidad de la enfermedad se han incrementado de forma significativa en las mujeres en las dos últimas décadas debido a múltiples causas:
- incremento del consumo de tabaco de la mujer en las décadas previas.
- diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a susceptibilidad al humo del tabaco.
- diferencias anatómicas y hormonales.
- diferencias por género en la respuesta a los diferentes tratamientos.
Sin embargo, sigue existiendo un importante sesgo de género que afecta tanto al diagnóstico de la enfermedad como a su tratamiento, y persiste cierta creencia de que la EPOC es una enfermedad «de hombres». Este sesgo lleva implícito que las mujeres con EPOC tienen menos probabilidad que los hombres con la misma enfermedad de ser diagnosticadas y, consecuentemente, menor probabilidad de ser tratadas de manera adecuada.
Síntomas de la EPOC en las mujeres
Las mujeres con EPOC presentan más disnea (dificultad para respirar) que los hombres a pesar de un mismo FEV1 (volumen espiratorio forzado), la bronquitis crónica es más frecuente en ellas (frente al enfisema, que lo es en varones) y desarrollan estadios graves a edades más prematuras que los hombres y con índices acumulados de cigarrillos más bajos.
Por un lado, esto conllevaría a una mayor susceptibilidad al humo del tabaco, aunque por otro se ha descrito que del 15 % de los pacientes con EPOC que no han fumado nunca, un 80 % son mujeres, lo que implica que las mujeres son más susceptibles también a factores de riesgo de padecer EPOC no relacionados con el tabaco.
Desde el punto de vista de las comorbilidades, las mujeres con EPOC presentan más frecuentemente ansiedad, depresión y una peor puntuación en las escalas que miden la calidad de vida respecto a los hombres.
En conclusión: existen características clínicas diferenciales de la EPOC en la mujer. Esto nos orienta a la necesidad de diseñar en el futuro estudios dirigidos para establecer las diferencias esenciales de la EPOC según el género, que permitan incrementar el diagnóstico en la mujer y desarrollar estrategias terapéuticas específicas.