Qué es el autocuidado
El autocuidado es una aproximación a la salud en la que cada persona es responsable de llevar a cabo acciones individuales o colectivas que pueden fortalecer o restablecer el estado de bienestar integral, así como prevenir enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como la capacidad de las personas, familias y comunidades para promover y mantener la salud y para prevenir enfermedades y hacerles frente, con o sin el apoyo de un profesional de la salud.
Este acto de vida permite a las personas convertirse en sujetos activos del cuidado de su salud, siendo cada uno responsable de este proceso.
Qué se consigue con el autocuidado
Si incorporamos medidas de autocuidado en nuestro día a día, conseguiremos:
- Mejorar nuestra calidad de vida.
- Prevenir enfermedades, tanto físicas como mentales.
- Facilitar la recuperación en caso de tener una patología.
- Mejorar el cumplimiento de los tratamientos.
- Aumentar los conocimientos sobre uno mismo, lo que ayuda a conocerse mejor y saber qué prácticas e intereses mejoran la salud.
- Acrecentar la autoestima.
- Promover la toma de decisiones y establecimiento de límites como, por ejemplo, separar la vida laboral de lo personal.
- Priorizar necesidades y metas.
Tipos de autocuidado
Cuando hablamos de autocuidado en salud abordamos la salud en su totalidad, y esto abarca diversas dimensiones y necesidades del ser humano. Las siguientes son las más importantes:
🔹 Autocuidado físico
Uno de los primeros pasos para cuidarnos es dedicar el suficiente esfuerzo a satisfacer las necesidades biológicas más básicas, desarrollar capacidades y prevenir complicaciones.
El autocuidado físico se interrelaciona con aspectos emocionales, sociales y cognitivos. Tomar conciencia de nuestras necesidades físicas, de los malestares corporales y de la atención de las enfermedades nos ayudará, a la larga, a prevenirlas y mantenernos saludables.
Estas son algunas de las prácticas que incluye:
Llevar una dieta saludable
No seguir una dieta saludable es uno de los principales factores en la aparición de patologías como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Mantener un peso adecuado contribuirá a que nuestro cuerpo funcione de modo correcto.
👉 En verano llegan los excesos, por lo que te recomendamos sensatez. Come muchas frutas y verduras. E hidrátate bien: evita las bebidas alcohólicas y gaseosas, y da protagonismo al agua.
Mantenerse activo
El sedentarismo está entre los principales enemigos de nuestra salud. Hacer ejercicio nos ayuda a tener un envejecimiento saludable, mejorar la calidad de vida y la salud mental
👉 ¡Que el verano no te detenga! Da largos paseos por la playa o la montaña, disfruta de los deportes acuáticos, haz turismo y visita monumentos caminando, haz excursiones en bicicleta… y si no sales de casa, puedes hacer una rutina doméstica de ejercicio.
No descuidar la higiene
El aseo personal es clave en la prevención de infecciones, especialmente respiratorias y gastrointestinales. Es importante:
- Ducharse de forma adecuada.
- Lavarse los dientes después de cada comida.
- Cuidar el cabello.
- Lavarse las manos con frecuencia.
- Limpiar de manera apropiada los espacios.
- Cuidar la preparación de alimentos.
👉 Aunque estés de vacaciones, ¡no descuides tu higiene personal!
Descansar el tiempo suficiente
El descanso es muy importante en nuestro día a día: constituye un proceso complementario a la actividad con el que tiene que existir un equilibrio. Durante las horas de sueño nuestro cuerpo se repone. Dormir lo suficiente garantiza un mejor rendimiento a nivel cognitivo al día siguiente y un mejor humor.
Para dormir bien por la noche, es aconsejable:
- Disponer un entorno cómodo, sin luz ni ruido, con temperatura agradable y sin dispositivos que puedan perturbar el sueño, como móviles.
- Ser constantes en cuanto a la hora de ir a dormir y de despertarnos.
- No consumir estimulantes, como bebidas con cafeína y azúcares después de media tarde.
- No hacer siestas de más de 20-30 minutos.
- Realizar una actividad relajante si no conseguimos dormir, como leer o practicar técnicas de relajación.
👉 En verano, el calor puede ser un problema a la hora de conciliar el sueño. Por eso te aconsejamos que intentes reducir la temperatura de la habitación bajando las persianas durante el día, poniendo el aire acondicionado unas horas antes de irte a dormir o abriendo las ventanas para que haya corriente.
🔹 Autocuidado emocional
El autocuidado emocional es sinónimo de bienestar. Algunas ideas que pueden ayudarte en el camino del autocuidado emocional son escuchar música, escribir, leer, dibujar, pintar, realizar manualidades, expresar nuestros sentimientos, hablar con otras personas…
👉 Ahora que en las vacaciones disponemos de más tiempo libre, dedícate a hacer cosas que te aportan bienestar.
🔹 Autocuidado cognitivo
Se refiere a las actividades que nos ayudan a mejorar las funciones mentales y los pensamientos. Algunos ejemplos de este tipo de actividades son ir al cine, escuchar música, leer, realizar ejercicios de estimulación cerebral (sopas de letras, sudokus, identificar diferencias, etc.), aprender un nuevo idioma, meditar y disfrutar del silencio.
👉 Igual que ejercitamos los músculos tenemos que ejercitar la mente, así que aprovecha los ratos de más calor para hacer unos pasatiempos o leer un buen libro.
🔹 Autocuidado social
Los humanos somos seres sociales, por lo que necesitamos estar con otras personas con las que nos podamos comunicar con facilidad, tengamos confianza, haya un respeto. No es bueno para nuestra salud vivir aislados.
👉 No esperes más y llama a algún familiar o amigo para realizar cualquier actividad que os ayude en el autocuidado de vuestra salud. Siempre es un buen momento para empezar o retomar los vínculos sanos.
Si tienes duda sobre alguna de las áreas del autocuidado o no sabes por dónde empezar, te invitamos a que nos escribas y te contestaremos lo antes posible. ¡Disfruta el verano y buenas vacaciones!