Vigila tus lunares
Los lunares comunes son lesiones de la piel que se van formando cuando las células que producen la pigmentación (color) crecen en grupos. Estas lesiones benignas (no cancerosas) aparecen en las partes del cuerpo que han sido expuestas a la radiación solar. Suelen ser redondas u ovaladas y con un color uniforme (pardo-marrón).
No obstante, existe otro tipo de lunar algo diferente al común, llamado “lunar atípico” o “nevo displásico”. Más grandes que los lunares comunes, su color y superficie son diferentes, y sus bordes, irregulares. También aparecen en las áreas expuestas al sol y, aunque sigue siendo una lesión benigna, la presencia de nevos displásicos son factores de riesgo del melanoma, el cáncer de piel más agresivo.
Tanto los lunares comunes como los atípicos se deben vigilar para detectar si aumentan de tamaño o de grosor, si cambian de textura o color, si aparece inflamación alrededor, sangre o herida, y si produce dolor o picor.
Autoexplora tu piel
La autoexploración supone un método importante a la hora de diagnosticar lo antes posible un cáncer, ya que, al ser la piel un órgano superficial, resulta más fácil poder detectar cualquier anomalía.
El objetivo de la autoexploración cutánea es que cada persona conozca las características de su piel, de manera que, ante cualquier cambio, acuda al médico para que realice el diagnóstico y tratamiento más adecuados. Los cambios pueden ser tanto la aparición de una nueva lesión (lunar, mancha, costra…) como variaciones de una ya existente (un lunar que cambia de forma, tamaño, color…).
Autoexplorar nuestra piel con frecuencia, revisando los lunares con atención, puede ayudar a la detección precoz del cáncer de piel y, con ello, mejorar la supervivencia. Además, resulta un método eficaz para el diagnóstico temprano del melanoma, el cáncer de piel con peor pronóstico, y puede ayudar a tratarlo a tiempo y aumentar la probabilidad de curar la enfermedad.
➡️ Aspecto de las principales lesiones en la piel
El aspecto de las lesiones que pueden presentar los cánceres de piel es muy variado. Pero hay que tener en cuenta que ante cualquier lesión que presente alguna de las siguientes características se debe consultar con el dermatólogo a la mayor brevedad. Además, en los casos en los que se tiene un número significativo de lunares (alrededor de los 100), hay que pasar revisiones periódicas con el especialista.
🔴 Carcinoma
En el caso de los carcinomas, destacan la aparición de manchas generalmente rojizas que pueden descamarse y sangrar, nódulos (elevaciones o prominencias redondeadas en la piel) y úlceras que no cicatrizan.
🔴 Melanoma
En los melanomas las características que presentan las lesiones con mayor frecuencia vienen determinadas por la regla del A, B, C, D, E:
- Asimétrico. La lesión tiene una mitad distinta a la otra.
- Bordes irregulares. Son desiguales y mal definidos.
- Colores distintos. En la misma lesión puede haber diferentes colores, como negro, marrón claro y marrón oscuro. A veces también hay tonos rosados, rojos, azules y blancos.
- Diámetro aumentado. Las lesiones han aumentado su tamaño, normalmente superior a 6 milímetros.
- Evolución. En poco tiempo el lunar sufre modificaciones en sus características.
¿Cómo y cuándo debo hacer la autoexploración?
Lo recomendable es explorar tu piel una vez al mes, sin olvidar ninguna parte del cuerpo, incluido el cuero cabelludo y las palmas de tus manos y pies.
✅ Cómo se hace un autoexamen de la piel
El espacio donde lo hagas debe estar bien iluminado y tener una temperatura adecuada que te permita estar sin ropa. También es necesario disponer de un espejo de cuerpo entero, uno de mano, una silla y un taburete.
- Examina tu rostro: fíjate en nariz, labios, boca y también detrás de las orejas.
- Frente al espejo, visualiza la parte anterior del tórax, abdomen, región pélvica y piernas, brazos y antebrazos, manos, espacios interdigitales y uñas. Inspecciona también la cara y cuello, parte posterior de los codos y antebrazos, axilas, y debajo de las mamas.
- De espaldas al espejo de cuerpo entero y con la ayuda del espejo de mano, mira bien la parte posterior del cuerpo: cuello (son olvidar las orejas), hombros, parte superior e inferior de la espalda, glúteos y piernas.
- Revisa tus manos, las palmas, el dorso y también entre los dedos.
- Siéntate con los pies apoyados en un taburete y, con el espejo de mano, observa la zona genital y los laterales de las piernas hasta los tobillos.
- Continúa inspeccionando los pies (planta y dorso), dedos, espacios interdigitales y uñas.
- Como punto final de la exploración, examina el cuero cabelludo. Para ello, colócate frente al espejo y ayúdate de un secador de pelo. Si algún familiar o amigo puede ayudarte, te facilitará la labor.
✅ ¿Qué debo buscar en mi piel?
Los cánceres de piel pueden aparecer de diversas formas, por ello es importante que en la autoexploración busques:
- Nuevas manchas, lunares, protuberancias o lesiones en la piel que crecen y/o cambian.
- Lesiones que sangran y/o no cicatrizan.
- Manchas enrojecidas, ásperas o escamosas que incluso podrían formar costra.
- Nuevas lesiones similares a una verruga.
- Nuevo lunar con una forma anómala, colores diferentes y/o bordes irregulares.
Si durante una autoexploración rutinaria observas alguna lesión con estas características, acude a un dermatólogo para que realice una exploración más exhaustiva y pruebas complementarias.
Otras recomendaciones para prevenir el cáncer de piel
Ahora que ya conoces tu piel, recuerda evitar la exposición excesiva al sol y utilizar la protección solar adecuada. Todo ello te ayudará a prevenir el cáncer de piel.
Desde la Asociación Contra el Cáncer señalan la importancia de aplicar medidas de prevención como:
- evitar la exposición solar en las horas centrales del día (cuando la radiación es más intensa).
- proteger la piel con camisetas, gorras y fotoprotectores solares.
- y, sobre todo, hacer uso de las zonas de sombra.