El bronceado con rayos UVA es rápido, limpio y asequible. Tres características muy atractivas para el consumidor que pueden encerrar, sin embargo, importantes lesiones cutáneas a largo plazo. Numerosos dermatólogos aseguran que lucir una tez morena a partir de la exposición en cabinas de solárium está asociado a la aparición del melanoma o cáncer de piel. La situación se agrava porque, hasta hace poco más de cuatro meses, no existía una ley que regulara este servicio y porque, además, los centros de bronceado no suelen ofrecer a sus clientes información completa sobre posibles riesgos.
Riesgos
Las virtudes y perjuicios del solárium son tema frecuente de debate entre esteticistas y dermatólogos; mientras unos aseguran que los rayos UVA alivian enfermedades de la piel como la soriasis o el acné, otros les acusan de ser, precisamente, los causantes de diversas anomalías cutáneas. El origen del problema reside, principalmente, en el desconocimiento total o parcial que tiene el consumidor sobre los efectos del bronceado artificial. Se sabe que perjudica la salud de la piel, pero se ignora la gravedad real de una dosis continuada.
Desde el pasado mes de diciembre, Estados Unidos ha incluido los rayos UVA en la lista oficial de agentes causantes del cáncer al considerar que el deterioro que provocan en la piel es semejante al que causa el sol, es decir, acumulativo. Por su parte, The Journal of the National Cancer Institute asegura que las personas que utilizan lámparas bronceadoras tienen hasta cuatro veces más posibilidades de desarrollar un cáncer de piel.
En los últimos 20 años, los casos de melanoma se han triplicado en España. Una tendencia al alza prevista también en el futuro más cercano y que será paralela al aumento del número de pacientes con enfermedades oculares, como las cataratas o lesiones en la córnea.
Los expertos consideran que más de 30 sesiones al año son un peligro. Superar las 50 puede provocar un prematuro envejecimiento de la piel, así como quemaduras, manchas, arrugas, flacidez y, en el peor de los casos, un melanoma o cáncer de piel por agotamiento de los sistemas de autodefensa. Jorge Peiri, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Bellvitge (Barcelona), apoya esta tesis y recuerda que “a largo plazo, los rayos UVA producen envejecimiento y cáncer de piel”. “No los recomiendo en ningún caso”, concluye.
Ventajas
En lo que se refiere a los beneficios de los soláriums, sus defensores aseguran que gracias a ellos se pueden conseguir notables mejorías en casos de acné, osteoporosis, menopausia o reuma. Asimismo, alaban el efecto positivo que tiene sobre el humor del cliente, “quien al verse más atractivo mejora también su estado de ánimo”, afirma el portavoz de una cadena de soláriums implantada en todo el territorio nacional.
Para este grupo, el bronceado artificial ayuda a fortalecer los músculos y los huesos -previniendo y mejorando la osteoporosis, el reuma o la artritis-, prepara la piel antes de exponerla al sol natural evitando futuras quemaduras, aumenta la capacidad del sistema inmune y, según el responsable, resulta la mejor alternativa para aquellos que no disponen de mucho tiempo para tomar el sol.
Además, defienden el efecto de los rayos UVA sobre pieles con problemas de soriasis o acné porque aparentemente controlan estas anomalías, aunque no existe consenso en esta afirmación. “No hay que fiarse de lo que nos digan en algunos centros. Es cierto que estas enfermedades mejoran, gracias a la acción de los rayos ultravioletas, pero éstos debe dosificarse en cabinas especiales ubicadas en los hospitales”, explica Jorge Peiri.”Estas cabinas resultan bastante caras, mientras que las que se encuentran en los centros de bronceado son mucho más asequibles y, por lo tanto, aunque son más rentables, no están preparadas para atender usos médicos”, señala Peiri.
Normativa vigente
El pasado mes de octubre, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) presentó los resultados de un estudio elaborado a partir de la visita de 97 centros de rayos ultravioleta. Como principales conclusiones, la OCU denunció que sólo una decena de los locales informaron “adecuadamente” a los clientes a través de folletos, carteles o de palabra. En este sentido, la Sociedad Española de Medicina Estética ha alertado sobre el creciente negocio del bronceado artificial y la falta de profesionalidad detectada en centros de estética, peluquerías, gimnasios o soláriums.
Desde el 10 de enero de este año, un Real Decreto, aprobado en el Consejo de Ministros y redactado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, regula la venta y utilización de aparatos de bronceado mediante radiaciones ultravioletas. Este decreto recuerda los efectos perjudiciales para la salud propios de la exposición a este tipo de rayos y obliga a los centros de bronceado a limitar la intensidad de la irradiación, proporcionar información clara de las consecuencias del empleo de esta técnica, formar adecuadamente al personal responsable del manejo de los aparatos y someter la maquinaria a un control y seguimiento periódico por parte de la Administración.
Además, el decreto contempla otra serie de exigencias:
- En la sala de espera o recepción se colocará un cartel informativo indicando los riesgos al usuario y una tabla con los fototipos y los correspondientes tiempos de exposición.
- El usuario firmará un documento en el que dará su consentimiento informado a la exposición de los aparatos.
- Los centros deberán proporcionar una ficha de seguimiento personalizada de utilización del aparato.
- Cada solárium dispondrá de equipos de protección como gafas adecuadas para no recibir la banda ultravioleta del espectro.
- Cualquier publicidad relativa a los efectos de los aparatos de bronceado deberá ir acompañada de un mensaje que indique la posible afección a la piel y los ojos.
- Estará prohibido en menores de 18 años el uso de rayos UVA .
La aplicación de esta normativa significa que los propietarios de centros de bronceado artificial cuentan hasta el 10 de julio para poner en práctica los requisitos anteriormente citados. En todo caso, el próximo 10 de enero finaliza la prórroga para que, aquellos locales que estén ejerciendo su actividad en el momento de entrada en vigor de la normativa, tengan tiempo suficiente de adaptar la maquinaria a lo requerido.
Precauciones
Si a pesar de conocer la relación entre el uso del solárium y el melanoma, el usuario decide exponerse a la acción de los rayos UVA, debe saber y tener en cuenta una serie de consejos que le ayudarán a reducir los efectos ante cualquier reacción negativa.
- Lo primero es averiguar el tipo de piel. Compruebe cómo es la suya:
- Fototipo I y II: El bronceado de este tipo de piel es casi nulo, ya que se quema fácilmente al presentar un tono muy claro.
- Fototipo III y IV: El bronceado es gradual y, en caso de quemarse, el usuario lo hace moderadamente. Se trata de personas con piel blanca u oscura, ojos y cabellos castaños.
- Fototipo V: Es una pigmentación de tipo mediterráneo que provoca un bronceado intenso, que rara vez quema la piel.
- También es necesario:
- Tener la piel completamente limpia.
- Eliminar cualquier resto de maquillaje o perfume y, si es posible, someterse a una exfoliación.
- Proteger los ojos con gafas especiales que se pueden adquirir, generalmente, en los centros de bronceado. Las gafas de sol no resultan eficaces en este caso.
- Desprenderse de joyas, objetos metálicos y lentillas.
- Vigilar perfectamente la duración de la sesión.
- Exigir que se mantengan en condiciones higiénicas las máquinas, que deben ser cubiertas con una capa de plástico que se retira cada vez que la utiliza un nuevo cliente.
- Las sesiones no deben ser muy seguidas, sino que deben estar separadas por intervalos de 48 horas.
- No exponerse al sol después de una sesión de solárium.
- Consultar al médico o farmacéutico si se está consumiendo algún tipo de medicamento, por si no fuera compatible con el bronceado rápido y provocara reacciones fotoalérgicas.
- No tomar más de 30 sesiones anuales.
- Hidratar la piel después del bronceado con un producto que preserve la humedad de la misma.
Por último, las cabinas de rayos ultravioleta no deben ser utilizados por menores, embarazadas, personas que presenten síntomas de insolación o quemaduras, quienes hayan padecido un cáncer de piel o aquellos que tengan antecedentes familiares de este tipo de anomalías.
Rayos UVA, UVB y UVC
En teoría, las máquinas de bronceado doran la piel gracias a la acción de los rayos ultravioletas de tipo A o rayos UVA. Una serie de filtros eliminan las radiaciones del tipo B y sólo dejan pasar las del tipo A. Sin embargo, el uso continuado y la despreocupación por el mantenimiento de las cabinas pueden provocar que los UVA se conviertan en ultravioleta de tipo B (UVB), el principal factor desencadenante del melanoma maligno.
Esta situación ha provocado que, hasta ahora, se hayan sucedido numerosas quejas porque las lámparas no pasaban los controles necesarios y no estaba regulado su uso. “Muchas cabinas no cumplen la normativa vigente y no tienen los filtros que se les exige, por lo que llegan a emitir también rayos UVB e incluso UVC”, denuncian asociaciones de usuarios.
- UVA: Penetran profundamente en la piel y pueden provocar lesiones importantes. Son los responsables del color bronceado y, aunque no queman, producen daños cutáneos a largo plazo más profundos que los rayos UVB.
- UVB: Causan la eritema solar o quemadura. Estos rayos dañan la capa superior de la piel, la epidermis y los ojos pueden verse afectados. Sus efectos son acumulativos a largo plazo.
- UVC: Son los rayos más agresivos, aunque no llegan a traspasar la capa de ozono porque son absorbidos por la atmósfera y retenidos allí.
Funcionamiento de un solárium
Aunque a veces cuesta decidirse, es habitual que quien pruebe los efectos de un solárium, repita. Y es que ponerse moreno es cuestión de dos semanas y un desembolso que apenas supera los veinte euros. Cada sesión tiene una duración media que oscila entre los ocho y los doce minutos, dependiendo de la intensidad y la prisa del cliente por broncearse; una sesión de bronceado intenso no supera los cinco minutos de exposición por sesión. Obviamente, las personas con piel oscura obtienen resultados más rápidos que las que presentan un tono más pálido.
La piel se broncea a través de radiaciones de rayos UVA, que inducen a las células a producir melanina, un pigmento natural que hace que la piel se vea tostada. El cliente puede elegir, según la comodidad que busca y su tipo de piel, la modalidad de cabina que prefiere para adquirir un envidiable tono canela:
- Horizontales: Broncean el cuerpo y la cara por igual y resultan más cómodas para el usuario, que puede estar tumbado y descansar.
- Verticales: Poseen lámparas que broncean íntegramente el cuerpo, puesto que exigen estar de pie.
- Faciales: Idóneas para esas épocas en las que el cuerpo apenas se luce, como en invierno, estas cabinas son de gran utilidad para potenciar el bronceado de las partes visibles, como la cara o el torso.