Marián García es, probablemente, la boticaria más conocida de España. No solo por los vecinos que la vieron crecer en Belmonte (Cuenca), en la farmacia de sus padres; por sus compañeros de la Universidad Complutense de Madrid, donde se doctoró en Farmacia; o por sus alumnos en la Universidad Isabel I, donde es profesora en el grado de Nutrición; sino por los millones de personas que la reciben con gusto en sus casas a través de diversos medios de comunicación y redes sociales. Divulgadora sanitaria, creadora de un exitoso (y premiado) blog de salud y autora de cuatro libros (el último de ellos, gratuito), conversa con nosotros sobre verdades, mentiras y dudas en tiempos de miedo y pandemia.
Su último libro, ‘123 preguntas sobre coronavirus’, salió a la luz en mitad de la crisis sanitaria, listo para descargar de manera gratuita. ¿Qué le motivó a escribirlo y lanzarlo de esa manera?
Tres días antes del Día del Libro me di cuenta de que, dadas las circunstancias, no me apetecía demasiado hacer “promo” de mis libros anteriores. Digamos que en mitad de la pandemia no tenía cuerpo para hablar de “jamón de york” ni de “mocos radiactivos”. Arantxa Castaño, my partner in crime en toda esta historia, me insistía mucho en que algo había que hacer. Tanto me insistió que al final le dije: “¿Sabes qué? Que lo vamos a celebrar escribiendo un libro. Vamos a recopilar toda la info que hemos publicado en redes desde el mes de enero sobre coronavirus. Y lo vamos a publicar gratuitamente para que pueda llegar a todo el mundo”. Y como Arantxa es otro ser quijotesco, me dio el sí quiero y lo hicimos.
¿Ha llegado a mucha gente?
El resultado son más de 150.000 descargas directas a las que hay que sumar las veces que se ha reenviado por WhatsApp, de lo que no tenemos trazabilidad. Si por cada descarga el libro se ha reenviado a unas siete personas (algo que no es disparatado teniendo en cuenta la cantidad de gente que hay en cada grupo), estaríamos hablando de más de un millón de impactos.
La salud pública es, en este momento, un tema central de conversación y debate. Se difunden infinidad de artículos, promociones, audios, vídeos o tuits sobre la COVID-19 y sus derivados, pero no todos contienen información contrastada. ¿Cuáles son los bulos que más le preocupan?
Actualmente, más que bulos me preocupan los engaños que se están cometiendo gracias a lo que yo llamo “marketing del miedo”. Aprovechando el miedo nos están colando mil patrañas que no sirven para nada. Lo que está ocurriendo con el “mundo mascarilla” es inaudito. Hay empresas que certifican mascarillas sin tener capacidad legal para certificar y es una auténtica vergüenza. Estas empresas son capaces de certificar que una mascarilla de tela equivale a una FFP2, cuando desde el Ministerio de Sanidad especifica que esta afirmación es un engaño. Es necesario que desde Sanidad, y también desde el Ministerio de Industria, Consumo y Turismo se haga algo cuanto antes.
¿Le sorprende la proliferación de este tipo de timos?
Me ha sorprendido, aunque yo ya estaba curtida en estas lides. Por ejemplo, ahora mismo son trending topic los productos de andar por casa que prometen acabar el coronavirus con nanopartículas de plata o los colchones con propiedades mágicas. No me pilla muy de sorpresa ninguna de las dos perlas porque, por un lado, yo ya hablaba en 2014 de las falsas promesas de unas pezoneras de plata y, por otro, el año pasado ayudé a destapar el caso de venta de otros colchones mágicos. Pero esto no quita para que sí me haya sorprendido y muy negativamente darme cuenta de las especies carroñeras que son endémicas en nuestro país. De los que antes no te podías fiar, ahora menos todavía.
¿Las mascarillas provocan hipoxia o falta de oxígeno?
Es un mito. Las mascarillas filtran partículas, no gases. Salvo casos muy puntuales que puede indicar el médico, no hay motivo alguno para dejar de usar mascarilla por esta razón. Dejar de usar la mascarilla es lo peligroso.
¿Es eficaz la hidroxicloroquina para prevenir o curar la COVID-19?
A principios de este mes se supo que el estudio que hablaba de los grandes riesgos de hidroxicloroquina en realidad no tenía los requisitos para poder ser publicado. En pocas palabras: le colaron un gol por la escuadra a la que quizá sea la revista médico-científica más relevante [The Lancet]. Esto no quiere decir que ya sepamos si es realmente eficaz o no. Lo único que podemos saber es que está en estudio, que es un medicamento bajo prescripción que se usa (y necesita) para otras indicaciones y que en ningún caso debemos automedicarnos.
En estas semanas ha aumentado la venta de aparatos de ozono y de luz utravioleta que se promocionan como soluciones para eliminar el coronavirus. ¿Qué opina acerca de los métodos que se venden como eficaces para desinfectar espacios?
Yo me limito a recoger las informaciones de la Organización Mundial de la Salud y del Ministerio de Sanidad. La OMS lanzó un comunicado en mayo indicando que la desinfección por pulverización o fumigación no es lo aconsejable frente al coronavirus. Por un lado, pueden quedar zonas sin desinfectar y, por otro, la desinfección solo dura el microsegundo que está el local abierto sin que entre nadie. ¡Ah! Y tanto el Ministerio de Sanidad como la OMS dicen que de ninguna manera se puede fumigar a las personas. Por otro lado, sobre la luz ultravioleta hay que saber que puede ser eficaz con lámparas como las que se usan en hospitales (algunas cuestan entre 60.000 y 150.000 euros), que la luz UVC es muy peligrosa si esos equipos no se emplean y mantienen bien, y que nada exime de hacer limpieza previa porque la suciedad incluso puede “hacer sombra” y que no se desinfecte lo que está debajo.
¿Qué precauciones realmente eficaces podríamos tomar las personas durante la desescalada?
El riesgo de contagio disminuye en torno al 80 % si estamos a más de un metro de otra persona. Pongamos el foco en eso, en la distancia. El virus se transmite de persona a persona, de esto sí tenemos evidencia clara. No nos obsesionemos tanto con la limpieza (que hay que seguir haciéndola, faltaría más) y sí un poco más con evitar reuniones grandes en las que no podamos guardar la distancia.
¿De qué deberíamos estar hablando los medios en términos de salud y estamos pasando por alto?
Por ejemplo, del escándalo que supone el sello Covid-Free, de los aparatos asociados que te venden para conseguirlo… En lugar de estar en esto, en la prensa los que se lucran con el marketing del miedo aparecen como héroes y como genios de la I+D+i dispuestos a ayudar al prójimo (por un módico precio de entre 1.000 y 4.000 euros, claro). Es muy, muy lamentable. Afortunadamente, hay medios que están haciendo una cobertura informativa excepcional, pero otros muchos viven por y para el clickbait.