La malaria o paludismo es «una enfermedad sin fronteras». Bajo este lema se celebra hoy el Día Mundial de la Malaria, el primero que no se centra sólo en el continente africano. «Plasmodium falciparum», el virus que causa la enfermedad y que es transmitido por el mosquito Anofeles, se ceba en los más pequeños. Cada 30 segundos muere un niño en el mundo por su picadura.
El Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) señala que las cerca de 3.000 muertes infantiles diarias causadas por ese parásito son evitables con mosquiteras, un recurso sencillo y de bajo coste. «Esta enfermedad es prevenible y tratable, pero aún así hasta 500 millones de personas ven cada año cómo el paludismo les roba la salud, el trabajo y en demasiadas ocasiones, la vida», afirma Unicef.
Endémica en 107 países
La malaria es endémica en 107 países y, aunque se limita a las regiones de clima cálido, no tiene fronteras. Algunos investigadores creen que la situación mundial podría empeorar como consecuencia de factores como el cambio climático o al hecho de que las medicinas y los insecticidas pierden eficacia con el tiempo.
Anualmente se producen hasta 200.000 muertes neonatales a consecuencia del paludismo en el embarazo
Las embarazadas y sus futuros bebés son especialmente vulnerables. Según Unicef, durante el embarazo baja la resistencia a la enfermedad, lo que aumenta los casos más graves de anemia y la mortalidad. Además, crece el riesgo de aborto, de muerte intrauterina, de parto prematuro y de bajo peso al nacer. Anualmente se producen hasta 200.000 muertes neonatales a consecuencia del paludismo en el embarazo.
Otra consecuencia de la malaria es que impide a los niños acudir a las escuelas. Se estima que en Camerún 53 de cada 144 niños (cerca del 37%) pierden días de clase. Algunos pueden faltar hasta 14 días en un mes. Por término medio, cada estudiante pierde 1,53 días al mes. Además, según estudios en Sri Lanka, el paludismo afecta negativamente al rendimiento escolar: los alumnos no sólo pierden su salud, sino también capacidad de aprendizaje. Coste económico
Además del coste vital, la malaria tiene un coste económico. La agencia de la ONU señala que la enfermedad provoca pobreza en familias, comunidades y países. «Los costes del control de la epidemia y de los tratamientos arrasan las economías africanas, ralentizando el crecimiento económico en un 1,3% cada año, aproximadamente. Prevenir el paludismo es un elemento fundamental de la reducción de la pobreza y de desarrollo económico», subraya. Los tratamientos suponen también un gran gasto para las economías domésticas de los países afectados. «Los ingresos domésticos empleados en combatir las fiebres restan recursos para la adquisición de material escolar, combustible o incluso alimentos, con lo que las familias entran en una espiral de enfermedad y pobreza», apunta Unicef.
Algunos investigadores creen que la situación mundial podría empeorar como consecuencia de factores como el cambio climático
Las labores de prevención se basan en el fortalecimiento de las redes comunitarias y en intervenciones sencillas, como el fomento del uso de mosquiteras y el apoyo a los centros de salud de las comunidades. «Gracias a las mosquiteras impregnadas con insecticida de larga duración, las familias pueden protegerse cada noche de las picaduras de los mosquitos».
Unicef y otras agencias desarrollan programas de distribución y sensibilización comunitaria acerca de las mosquiteras. Estos programas abarcan actividades adaptadas a las comunidades que incluyen desde información sobre la enfermedad a días especiales en los que toda la comunidad impregna sus mosquiteras con insecticida.
La labor de estas organizaciones se extiende también a la distribución de tratamientos antipalúdicos basados en la artemisina, principalmente en los países del África subsahariana, donde la resistencia de la enfermedad a los tratamientos antipalúdicos tradicionales es mayor.
–Medicusmundi y ONGD africanas y europeas inician la campaña STOP MALARIA NOW!
–Con más de 500 millones de casos al año, sobre todo niños y niñas menores de cinco años y mujeres, la malaria es una enfermedad que mata a más de un millón de personas al año. El 90% de estas personas se encuentra en el África Subsahariana.
–La malaria es prevenible y se puede tratar con los medicamentos y accesos adecuados.
–Si no se consigue frenar la prevalencia de la malaria, la tasa de mortalidad puede incrementarse en los próximos años, poniendo en riesgo evidente una de las metas del objetivo 6 de los Objetivos para el Desarrollo del Milenio (ODM): “Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves”.
–“Por sólo tres dólares al día por persona en los países ricos, es posible financiar el control de la malaria en África”, asegura el Informe Mundial sobre la Malaria 2005.
–Medicusmundi ha participado en la conferencia internacional sobre la malaria organizada por la campaña Stop Malaria Now!, que ha tenido lugar en Bonn, (Alemania), los días 21 y 22 de abril. Entre las conclusiones, se exige, además de otras medidas, una mayor coordinación de todos los agentes que trabajan en la lucha contra esta enfermedad, ya sean actores internacionales, nacionales o locales, para lograr una financiación sostenible que impulse soluciones definitivas a la enfermedad.
–Medicusmundi, junto a otras ocho ONGD europeas y africanas, considera el Día Internacional de la Malaria como una oportunidad para unir fuerzas y lanzar la iniciativa Stop Malaria Now!