Candidiasis: una infección con muchas señales
La candidiasis puede afectar a numerosos órganos. Repasamos algunos de los síntomas que provocan en las distintas partes del cuerpo:
- Órganos, ojos, cerebro y huesos. Candidiasis invasiva, que se reparte a través de la sangre.
- Pene. Enrojecimiento, picazón, ardor, sarpullido en la cabeza del pene que puede ser doloroso.
- Boca. Manchas blancas en la lengua, interior de las mejillas, paladar y garganta. Enrojecimiento o dolor al comer y pérdida del gusto.
- Vagina. Picazón o ardor, secreción blanca, dolor al orinar y durante las relaciones sexuales y enrojecimiento.
- Piel. Sarpullido rojo fuerte, enrojecimiento o úlceras, picazón, ardor o granos.
- Uñas. Decoloración, uña gruesa, grietas, dolor y enrojecimiento.
¿Qué causa la candidiasis?
La candidiasis se produce cuando el hongo Cándida, que viene en nuestro organismo, se reproduce en exceso. Existen factores que se relacionan con ese crecimiento descontrolado y que favorecen el desarrollo de la infección.
➡️ Tratamientos antibióticos
Su uso prolongado o frecuente puede alterar el equilibrio de la microbiota bacteriana y permitir que el hongo crezca en exceso y cause una infección. La clave está en que los antibióticos matan las bacterias beneficiosas que habitualmente controlan la población de Cándida.
➡️ Sistema inmunológico debilitado
Cualquier enfermedad que altere la función inmunológica, así como el uso continuado de medicamentos inmunosupresores, puede aumentar el riesgo de desarrollar una candidiasis.
➡️ Cambios hormonales
Durante el embarazo, la menstruación o con el uso de anticonceptivos hormonales o de la terapia de reemplazo hormonal, se puede alterar el equilibrio de la microbiota vaginal e incrementar el riesgo de candidiasis en esta zona.
➡️ Diabetes
El nivel elevado de azúcar en la sangre puede favorecer un ambiente propicio para el crecimiento del hongo.
➡️ Uso de dispositivos médicos
Los catéteres urinarios, las sondas nasogástricas o las prótesis dentales pueden facilitar la entrada de Cándida en el organismo y aumentar el riesgo de infecciones.
Consejos para prevenir la candidiasis
- Cambiar los pañales de los bebés con frecuencia. Es importante mantener el área del pañal limpia y seca, pues la humedad y la falta de ventilación pueden favorecer el crecimiento del hongo.
- Utilizar cremas protectoras. Estos productos ayudan a prevenir la dermatitis del pañal, así como productos suaves y no irritantes para limpiar esta zona.
- Evitar la humedad excesiva. Procura mantener las áreas del cuerpo propensas a la candidiasis lo más secas posibles. En el bebé, asegúrate de secar bien los pliegues de su piel tras el baño.
- No emplear de forma excesiva productos de higiene vaginal perfumados o irritantes.
- Evitar los lavados y duchas vaginales.
- Utilizar ropa interior de algodón y no ponerse ropa ajustada de nailon, que evita la transpiración.
- Hacer un buen uso de los antibióticos. Tomarlos solo cuando los haya recetado un médico y siguiendo escrupulosamente las instrucciones.
- Cepillarse los dientes a diario. En caso de usar dentadura postiza, desinfectarla todos los días y mantenerla siempre limpia.
- Seguir una dieta equilibrada. Limitar el consumo de azúcares y alimentos procesados, para fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a prevenir las infecciones por hongos.
✅ El papel de la alimentación
Se dice que la Cándida es golosa. Que hay alimentos, como los azúcares y los carbohidratos refinados, que pueden promover su crecimiento y empeorar los síntomas. Por ello, hay personas que prueban con una dieta “de limpieza de la Cándida” que excluye este tipo de alimentos.
No obstante, Brent Bauer, director del Programa de Medicina Complementaria e Integradora de la Clínica Mayo, señala que “no hay ensayos clínicos que demuestren que este tipo de dieta funcione para tratar alguna enfermedad conocida”. No obstante, continúa, “muchas personas pueden notar que su salud mejora al seguir esta dieta. Esto es normal. Si dejas de comer azúcar y harina blanca, estarás eliminando la mayoría de los alimentos procesados”.
Por tanto, unas semanas después de reemplazar estos productos por alimentos frescos y cambiar la harina blanca por granos integrales, es posible que el paciente comience a sentirte mejor en general. “Sentirse mejor probablemente sea el principal beneficio de eliminar azúcares y carbohidratos refinados, en lugar de detener el crecimiento de los hongos levaduriformes en el sistema digestivo”, advierte Bauer.