La Generalitat de Cataluña ha propuesto incrementar los controles de agua en la comunidad tras los elevados niveles de mercurio detectados en el agua que abastece a 41 municipios de la provincia de Tarragona, circunstancia que obligó a cortar el suministro los pasados 3 y 4 de enero y que supuestamente provocó la muerte de 3.000 peces en el río Ebro. La propuesta pretende mejorar los controles sobre el agua de forma que permitan detectar cualquier anomalía desde el momento en que se produzca, para evitar casos como este.
Por su parte, el presidente del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y delegado de Gobierno de la Generalitat en las tierras del Ebro, Francesc Sancho, ha asegurado que se incrementarán las medidas de control que se aplican en la planta potabilizadora de L’Ampolla (Baix Ebre), donde se saturaron los fangos de la depuradora del mercurio que trasladaba el río, lo que provocó la presencia de mercurio en el agua que abastecía a los mencionados municipios.
Sancho también ha reclamado más control en el resto de las administraciones involucradas en la gestión del agua, entre ellas la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que atribuye la muerte de los peces a un estrés térmico ocasionado por el frío del agua del río de los últimos días frente a un agua más caliente procedente de la central nuclear de la localidad de Ascó.