Los trasplantes de células madre neuronales procedentes de fetos podrían ser una alternativa para mejorar los síntomas del Parkinson y proteger al cerebro de la degeneración que causa la enfermedad, según experimentos con animales realizados por científicos norteamericanos.
Los animales, a los que se indujo la enfermedad, experimentaron una mejoría sustancial de su conducta. Sobre todo, en su capacidad para desenvolverse en las actividades diarias, como sentarse, caminar o alimentarse por sí solos.
Las células implantadas procedían de fetos humanos abortados de 14 semanas y se inyectaron directamente en la sustancia negra del cerebro de 23 de los 27 monos que participaron en el estudio. En esta estructura del cerebro es donde residen las neuronas productoras de dopamina, las que el Parkinson destruye progresivamente.
Las nuevas células no sólo empezaron a fabricar dopamina, un neurotransmisor esencial en el control de los movimientos y la transmisión del impulso nervioso, sino que también lograron que las neuronas existentes funcionaran mejor. Los autores de la investigación -de las universidades de Yale, La Jolla, Colorado y Vancouver- observaron que las células trasplantadas migraron desde la sustancia negra y facilitaron la liberación de factores tróficos que prolongan la vida de las células nerviosas.
Los científicos observaron también que las células trasplantadas cambiaron la actividad de una proteína -alfa nucleína-, implicada en la aparición del Parkinson. Se sabe que las personas con mutaciones en alfa nucleína tienen un mayor riesgo de padecer el mal a edades tempranas.