El Centro de Investigación del Cáncer de Reino Unido ha elaborado un estudio, publicado ahora en la revista «Nature Cell Biology», que mantiene que la activación de una cascada de señales intracelulares específica determina si las células del cáncer se expandirán como células individuales o como un colectivo y si invaden otros tejidos a través del sistema linfático o de la sangre. Estos descubrimientos ilustran cómo diferentes células de un tumor pueden tener diferentes características de señalización y podrían ayudar a diseñar fármacos que eviten que el cáncer se extienda de un órgano a otro.
Bajo la dirección de Erik Sahai, los investigadores visualizaron de forma no invasiva el movimiento de células cancerígenas de cáncer marcadas dentro de ratones vivos mediante el uso cámaras de alta sensibilidad. Los científicos descubrieron que mientras que algunas células tumorales se movían en solitario, otras se movían más despacio en grupos. Si bien ya se conoce que el factor de crecimiento TGF-beta de la citoquina aumenta la movilidad de las células tumorales, los investigadores descubrieron que la señalización de TGF-beta sólo está activa en las células solitarias en movimiento y no en las que se mueven de forma colectiva. Ambos tipos de migración conducen a la expansión del cáncer, aunque hacia diferentes lugares. Las células que carecen de la señalización de TGF-beta se movían de forma colectiva y se expandía sólo hacia los nódulos linfáticos, indicaron los autores del trabajo.
Por el contrario, el aumento de la señalización de TGF-beta conducía a un incremento en la diseminación de las células que se movían en solitario hacia la sangre, pero también evitaba la expansión del cáncer a los pulmones. Por ello, los científicos plantean que el mecanismo TGF-beta necesita ser activado para la movilidad de las células individuales, pero luego debe ser desactivado para que el cáncer se expanda a los pulmones.