Un grupo de investigadores estadounidenses ha desarrollado lo que podría ser la primera vacuna contra la obesidad. Su aplicación en humanos todavía queda lejos, pero el nuevo preparado ya ha sido capaz de prevenir la ganancia de peso y la acumulación de grasa sin variar la alimentación en ratas de laboratorio, según cuentan los científicos del Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla (California), en la revista «Proceedings».
Esta vacuna utiliza tres antígenos que reconocen diferentes zonas de la hormona grelina, implicada en la aparición de la obesidad. Segregada fundamentalmente por el estómago y el duodeno, la grelina provoca la sensación de apetito y disminuye el gasto de energía y la descomposición de la grasa.
Cuando se administraron a ratas, dos de estos antígenos se unieron a una forma activa de grelina e indujeron la formación de anticuerpos contra la hormona. Las ratas vacunadas mostraron un menor aumento de peso que los animales de control. En el estudio se asegura que las reducciones de peso se asociaban con los niveles presentes de anticuerpos y una reducción de la hormona en sangre, sin alterar la alimentación. Las ratas tratadas no comían o bebían de forma diferente que los roedores de control.
Los autores del trabajo reconocen que aún está lejos el día en que se pueda desarrollar una versión de esta vacuna eficaz para humanos. No obstante, creen que la vacunación es una vía factible para luchar contra la obesidad. «Si se consideran los conocimientos sobre los mecanismos de control del metabolismo, el almacenamiento de grasa y el peso corporal y esos principios se utilizan para producir vacunas, podrían aplicarse en el tratamiento de la obesidad», apuntan.