El cigarrillo electrónico surgió como alternativa al tabaco a raíz de las estrategias de control desarrolladas por los gobiernos en los últimos años. Se ha vendido como una opción inocua y segura, lo que ha propiciado que el número de consumidores y ventas se haya multiplicado día a día a nivel mundial. Este incremento se ha percibido sobre todo entre jóvenes y adolescentes, y su consumo se ha convertido en una puerta de entrada a la adicción a la nicotina. Pero cada vez hay más evidencia de que estos dispositivos no son tan seguros ni inofensivos como los presentan. Diferentes estudios nos hablan del daño que vapear puede causar a la salud. Lo explicamos aquí.
Para muestra, un botón: en los últimos meses se han contabilizado en EE.UU. unos 200 casos de una enfermedad respiratoria desconocida, de origen no infeccioso, en la que los afectados solo tenían en común el consumo de vapeadores. También se han registrado seis muertes. Por ello, desde la Fundación Lovexair vemos necesario dedicar las siguientes líneas a aclarar ideas sobre estos dispositivos.
Qué es un cigarrillo electrónico
Un cigarrillo electrónico es un dispositivo en forma de cigarrillo que funciona mediante una batería. Tiene un depósito que se rellena con un líquido que, al calentarse, libera «vapor». Este vapor puede ser inhalado por la persona que lo utiliza.
Cuáles son los componentes del líquido
El líquido tiene como componentes, entre otros, propilenglicol, glicerina vegetal, saborizantes y nicotina, que puede llegar a estar presente en una concentración de 36 mg/ml. Y, si bien aún no existe evidencia a largo plazo sobre los efectos que produce el uso del cigarrillo electrónico, los estudios realizados hasta ahora reflejan estas cuestiones:
- El propilenglicol y la glicerina vegetal, componentes esenciales del líquido del cigarrillo electrónico, son unas sustancias que se consideran seguras cuando se ingieren. El problema surge cuando se calientan y son inhaladas, ya que todo parece apuntar que pueden producir alteraciones en la salud.
- El vapor emitido por los cigarrillos electrónicos va cargado de sustancias químicas similares a las encontradas en los cigarrillos convencionales. Estas sustancias, aunque están presentes en menor cantidad, pueden suponer también un riesgo para la salud. Además de estas, hay en cantidades mayores otras sustancias calificadas de cancerígenas, como el es caso del níquel.
- La nicotina incluida aumenta la velocidad a la que late el corazón y los niveles de cotinina en sangre. Durante la manipulación del cartucho, la nicotina puede ser ingerida por vía oral y producirse una intoxicación, que será especialmente grave en los niños. Por ello es fundamental dejar los cigarrillos electrónicos lejos del alcance de los más pequeños.
A día de hoy, los datos apuntan a que el consumo de cigarrillo electrónico:
- Se asocia a la aparición de enfermedades cardíacas y aterosclerosis.
- Puede tener menos efectos cancerígenos que el cigarrillo convencional, debido al menor número y cantidad de sustancias potencialmente cancerígenas, pero no está demostrado todavía.
- A nivel pulmonar produce irritación de garganta y vías aéreas, además del cierre de estas, aunque en menor medida que la ocasionada por el cigarrillo convencional. Sí causa un empeoramiento de las enfermedades pulmonares existentes e incluso hay estudios que apuntan a que provoca asma en niños sometidos a este vapor.
- Aumenta el riesgo de padecer infección por neumococo.
Quién utiliza cigarrillos electrónicos
En España, unas 400.000 personas son consumidoras de cigarrillo electrónico. Esta alternativa han sido usada principalmente por exfumadores o fumadores que quieren reducir el consumo de tabaco o desean dejarlo. Pero esto está cambiando y generando, a su vez, un nuevo problema de salud pública: cada vez lo utilizan de manera recreativa más personas, individuos que antes no fumaban, en especial los adolescentes.
¿Crea adicción como el tabaco?
La adicción tiene un componente físico y otro psicológico. El físico es el producido por la nicotina y puede aparecer en los cigarrillos electrónicos que la contengan. El componente psicológico se caracteriza por la asociación del acto de fumar con otras actividades como tomar café, conducir… Este componente es complicado romperlo debido a su similitud con los cigarrillos convencionales.
Pero ¿es un método eficaz para dejar de fumar?
Los estudios realizados hasta ahora no aclaran si emplear los cigarrillos electrónicos es un método efectivo para dejar de fumar.
La dificultad presentada para romper la adicción física parece indicar que se reducirá la abstinencia física, mientras que el abandono del tabaco se vería limitado. Muchos consumidores cronifican su uso o lo combinan con el cigarrillo tradicional. Hay datos que dicen que el 65 % de las personas que utilizan el cigarrillo electrónico para dejar de fumar se terminan convirtiendo en fumadores duales. Todo ello dificulta el acceso voluntario a los tratamientos convencionales y aumenta una falsa sensación de seguridad de que sufren menos daño por fumar menos cigarrillos convencionales.
Por otro lado, las autoridades sanitarias internacionales solo reconocen los sustitutivos de la nicotina, el bupropion y la vareniclina, como fármacos eficaces y fiables para tratar la dependencia al tabaco.
En suma, todo lo expuesto parece indicar que los cigarrillos electrónicos no son todo lo sanos que nos habían contado, ni eficaces para dejar de fumar. Por ello, desde la Fundación Lovexair aconsejamos no utilizarlos. Dejar de fumar es todo un reto que requiere de preparación, como explicamos en este artículo.
Si tienes dudas sobre este u otros temas respiratorios, recuerda que puedes contactar con nosotros escribiéndonos a cuentanos@lovexair.com