Los primeros auxilios que se brindan a víctimas de quemaduras graves antes de que lleguen los servicios sanitarios reducen las secuelas e, incluso, pueden evitar su fallecimiento. Pero tan importante es conocer qué hay que hacer como qué acciones se deben evitar para no perjudicar al afectado. En este artículo se describe qué hay que tener en cuenta ante una víctima con quemaduras graves, sea cual sea su causa.
Hace solo unos años, las quemaduras que afectaban a cerca del 30% de la superficie corporal provocaban el fallecimiento de la víctima (por deshidratación, fallo multiorgánico o infección generalizada). Hoy en día, los avances en medicina han conseguido que incluso pacientes con una afectación cercana al 100% sobrevivan. Pero para ello, hay que actuar de manera rápida y saber cómo hacerlo.
Si hay alguna duda sobre la gravedad de la lesión, tratarla como si fuera una quemadura grave
Ante una quemadura grave, igual que otro accidente, no todo vale, sino que hay que seguir un orden determinado: proteger a la víctima, alertar a los servicios de emergencias llamando al 112 o al 061 y socorrer al afectado. Además, ofrecer primeros auxilios, mientras llega la ayuda médica profesional, puede contribuir a disminuir la gravedad de las lesiones. No obstante, en quemaduras extensas, el tiempo que transcurre desde que se producen hasta que el paciente recibe una adecuada atención médica es un factor que puede agravar de manera significativa el diagnóstico. Es importante tener en cuenta que si hay alguna duda sobre la gravedad de la lesión, hay que tratarla como si fuera una quemadura grave.
Primeros auxilios según la causa de la quemadura
En el libro ‘Atención integral de las heridas crónicas’, Josep Maria Petit, Xavier Teixidó (ambos de la Unidad de Quemados del Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona) y Elena Santamaría (Servicio de Dermatología y Cirugía Plástica del mismo centro hospitalario) aportan las recomendaciones que hay que seguir en cada caso.
En lesiones provocadas por líquido caliente, hay que enfriar la zona quemada con agua tibia (a 20 ºC) durante unos 15 minutos con compresas o a chorro o en forma de ducha o baño, pero nunca con agua fría ni hielo. Tampoco se debe retirar la ropa quemada que haya quedado adherida a la piel del afectado.
En un incendio, hay que apartar a la víctima de las llamas y apagarle el fuego con agua, tierra, un extintor, envolviéndola con una manta o alfombra o haciéndola rodar por el suelo
Ante un incendio, sin que corra peligro la persona auxiliadora, hay que intentar apartar a la víctima de las llamas y apagarle el fuego con agua, tierra, un extintor, envolviéndola con una manta o alfombra (nunca de nailon) o haciéndola rodar por el suelo. Hay que evitar que corra para no avivar las llamas. Cuando la persona está de pie, tiene más posibilidades de que se le queme la cara y aspire el humo. Quienes prestan ayuda tienen que extremar las precauciones por el peligro de intoxicación por el humo, y ante dolor de cabeza, debilidad o dolor en el tórax, debe ser evaluada por un profesional médico. Además, hay que enfriar la lesión de la misma manera que en el supuesto anterior.
En quemaduras por contacto con una superficie de metal caliente, como una plancha, un horno o una estufa, se retirará del agente y se enfriará la lesión.
En los accidentes producidos por electricidad, se debe hacer lo siguiente. Primero, y sin tocar a la persona, hay que quitar la fuente de electricidad, bien desconectando la corriente o retirándola con algún material no conductor, como madera, cartón o cuerda, aunque en corriente de alto voltaje cualquier material puede ser conductor. Una vez fuera de peligro, se debe evaluar que no esté en paro cardiaco y/o respiratorio; si fuera así, habrá que empezar con las maniobras de recuperación cardiopulmonar. También hay que valorar si existe hemorragia y aplicar compresión, o alguna fractura que habrá que inmovilizar. Las zonas quemadas se enfriarán igual que en los casos anteriores.
Si la quemadura es por el vertido de un producto químico, hay que retirar toda la ropa y lavar la zona a chorro con mucha agua durante unos 20 minutos como mínimo. Antes, la persona que presta el auxilio deberá protegerse con gafas y guantes especiales, pero no siempre sirven los de látex. Se debe vigilar que no se esparza el producto causante hacia áreas sanas, y tomar especial cuidado con ojos y genitales, ni que se encharque en partes no lesionadas, aunque ya esté diluido con agua.
En las quemaduras solares, se deben enfriar las áreas afectadas, siguiendo el mismo procedimiento. Después, hay que mantener la piel muy hidratada con abundante crema hidratante, after sun o geles con aloe vera. Nunca se debe aplicar vinagre ni otros productos inespecíficos.
En lesiones por congelación, lo primordial es interrumpir la acción del frío para evitar que la herida progrese. En un primer momento, las zonas afectadas (dedos, nariz u orejas) están frías, pálidas y toman una coloración azulada, y después pueden desarrollarse ampollas. De hecho, el daño real se establece pasadas horas o días.
Las quemaduras por radiación suelen ser lesiones cutáneas producidas por la exposición a radiación ionizante. En estos casos, como pueden desarrollarse entre las 24 y las 48 de la radioterapia, se aconseja consultar con un profesional sanitario, ya que el tratamiento dependerá del grado de la quemadura.
Otros aspectos que hay que tener en cuenta hasta que lleguen los servicios médicos son:
- Si la víctima tiene afectadas las vías respiratorias, no colocarle una almohada ni similar debajo de la cabeza.
- Verificar que respira. Si no lo hace, abrir las vías respiratorias y, si es necesario, empezar con las maniobras de respiración artificial.
- Proteger la piel afectada con gasas estériles húmedas o, en su defecto, con sábanas limpias; aunque hay que evitar que disminuya demasiado la temperatura corporal, sobre todo si las quemaduras afectan a una gran extensión del cuerpo. No aplicar nada encima de las lesiones ni manipular las heridas o ampollas.
- Si la quemadura está en dedos de manos o pies y hay disponibles gasas estériles no adhesivas, colocarlas separando los dedos entre sí.
- Mantenerlo en decúbito supino (boca arriba), a menos que tenga la espalda afectada; en este caso, ponerlo en decúbito lateral.
- No dar al afectado ni comida ni bebida.
- No dejar sola a la víctima hasta que no acudan los servicios de emergencias.