Solo en España, el tabaco mata a más de 60.000 personas cada año. La relación de este hábito con el cáncer de pulmón es conocida por todos, pero su influencia en el desarrollo de enfermedades va mucho más allá. Las consecuencias del tabaquismo afectan también al sistema cardiovascular, multiplica el riesgo de infartos, trombos y ateroesclerosis, entre otras afecciones muy serias. En el siguiente artículo se explican cuáles son los riesgos asociados a fumar, los beneficios de dejar el tabaco y cómo lograrlo.
Si todos los días un avión con 166 personas a bordo se estrellara y no hubiera supervivientes, la cifra de fallecidos al cabo de un año no sería superior a la que en la actualidad causa el tabaco. La buena noticia es que, según los especialistas, ese avión tendría supervivientes o incluso no llegaría a estrellarse, de tomarse ciertas medidas. Entre ellas estaría la de dar a conocer con exactitud los riesgos que implica un hábito evitable como encenderse un cigarrillo. Porque, aunque todos sepan que fumar «es malo», para muchos aún son desconocidos los estragos concretos que provoca en el cuerpo humano.
Para empezar, el tabaco es el causante de la mayoría de los casos de cáncer de pulmón. Pero además, actúa como un potente factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Según explica Regina Dalmau, cardióloga del Hospital Universitario La Paz de Madrid y presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, el tabaco puede producir trombos, que a su vez es posible que generen infartos «en el terreno cerebral o en el miocardio». Dalmau añade que un trombo es un tapón que obstruye una arteria «comprometiendo el flujo por esa arteria y produciendo una falta de riego en el territorio correspondiente».
No es el único daño que el tabaco puede ocasionar al sistema cardiovascular. De forma crónica, fumar acelera la llamada enfermedad de las arterias: la ateroesclerosis. «Es un proceso de degeneración natural de las arterias con el paso del tiempo, pero su aparición se ve acelerada y adelantada por los factores de riesgo cardiovascular, y uno muy importante, además de evitable, es el tabaco. La mitad de los fumadores morirán por una causa relacionada con el tabaquismo», explica la doctora Dalmau.
Los beneficios de dejar el tabaco
A pesar de que el número de fumadores sigue siendo muy alto -según el Eurobarómetro 2014, la prevalencia de fumadores habituales es de un 29%, tres puntos por encima de la media de la Europa de los 28-, desde la puesta en marcha de la ley del tabaco se ha conseguido reducir el número de fumadores en más de un millón de españoles. La medida ha traído consigo un descenso del 11% en los ingresos por infarto y otra dimisnución, esta de un 15%, en los ingresos por asma infantil.
De ahí que los especialistas crean que una buena campaña de concienciación unida a medidas como las de la ley del tabaco puedan ayudar a acabar con este mal hábito. Su argumento para lograrlo es que todos ganamos si abandonamos el cigarrillo: además del ahorro económico que supone dejar de fumar, el abandono del tabaco conlleva muchos beneficios, entre los que los especialistas destacan los siguientes:
- Reduce la tasa de reinfarto y muerte súbita entre un 20% y un 50%.
- Tres años después de haber dejado el tabaco, el riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular del exfumador es el mismo que el de alguien que no haya fumado nunca.
- Mejora la respiración y reduce el cansancio.
- Disminuye la predisposición a toser y contraer infecciones.
- La piel y el rostro se recuperan del envejecimiento prematuro.
- Se recobra los sentidos de gusto y olfato.
- El deterioro de la función pulmonar se ralentiza.
Todas las comunidades de autónomas cuentan con programas para ayudar a quienes desean dejar el hábito del tabaco que se pueden consultar en este enlace del Ministerio de Sanidad.
Además, las siguientes prácticas son bastante efectivas: