Las fiestas navideñas se caracterizan por las reuniones familiares, las celebraciones, los banquetes y, también, los excesos. En mitad de tanto bullicio, descontrol de horarios y, en ocasiones, tanto estrés, a las personas que sufren enfermedades crónicas, a veces, se les hace difícil controlar la medicación y seguir el plan terapéutico prescrito por el facultativo. Sin embargo, es de suma importancia para evitar males mayores. En este artículo se aportan algunos consejos para asegurarse un buen cumplimiento de la medicación de las enfermedades crónicas en Navidad y cómo evitar las reacciones adversas a los fármacos.
En España, las cifras de las enfermedades crónicas no dejan indiferente: provocan ocho de cada diez consultas en Atención Primaria y seis de cada diez ingresos hospitalarios. De hecho, según datos de la incumplimiento (olvidos de dosis, confusiones con las cantidades, con la hora de la toma o, incluso, con otros medicamentos) y la automedicación. Estos errores pueden conducir a una desestabilización de la dolencia o a que no se solucione como era de esperar, además de aumentar el riesgo de interacciones o reacciones adversas con otros fármacos. Hay que tener en cuenta que los mayores tienen más riesgo de sufrir efectos secundarios e interacciones que las personas más jóvenes.
Desde el Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Barcelona, COFB, se ofrecen una serie de consejos para evitar problemas con la medicación:
- No guardar medicamentos que ya no se usan. En caso de tratamiento de enfermedades crónicas, no hace falta ir a buscarlos todos de una sola vez a la farmacia, se puede hacer en tiempos sucesivos para evitar, ante un cambio de tratamiento, tener que tirar los que sobran.
- Seguir el tratamiento tal y como se ha prescrito en dosis, horario y duración. Ante dolencias leves, como un resfriado, no automedicarse: consultar con un profesional de la salud antes, para asegurarse de que no hay peligro de interacciones o efectos adversos con la medicación habitual.
- Informar al profesional de salud de referencia, si se toman productos, aunque sean naturales, como las plantas medicinales, suplementos dietéticos, vitaminas u homeopatía, o no se ha seguido el tratamiento previsto. Esconder información solo puede traer consecuencias negativas.
- Llevar consigo una lista entendible de todos los fármacos que se toman bien especificados (para qué se toman, dosis y horarios, la fecha de inicio y la duración del tratamiento). Ante cualquier duda o posible reacción adversa (vómitos, somnolencia, incontinencia, erupción cutánea, entre otras), hay que consultar con el profesional de salud de referencia (médico de familia, enfermería o farmacéutico). A veces es perjudicial suspender de manera brusca un tratamiento.
- No manipular medicamentos y consultar antes de triturar pastillas o partir comprimidos, si hay disponibles alternativas (jarabes, suspensiones, gotas, etc.) que puedan facilitar la administración de las dosis exactas.
- En algunas comunidades autónomas, ya está disponible el Sistema Personalizado de Dosificación (SPD), que ofrece la oportunidad de tener todos los fármacos que deben tomarse cada día dispuestos en envases especiales que ayudan a disminuir confusiones y facilitar el cumplimiento del tratamiento.
Durante las fiestas navideñas, una recomendación muy útil contra los olvidos es asegurarse de disponer de los medicamentos imprescindibles en distintos lugares: en el domicilio habitual o en la segunda residencia, en casa de los hijos donde se van a celebrar las fiestas de Navidad y en el coche o en el bolso de mano, además de tenerlos en la maleta, por si esta se pierde.
Además de los anteriores consejos, Carolina Rovira Algara y Albert Planas Giner, ambos farmacéuticos de Atención Primaria, explican qué hacer para evitar al máximo las reacciones adversas a los fármacos, indicaciones muy útiles no solo en Navidad, sino extensibles al resto del año:
- 1. No tomar ningún medicamento que no sea una especialidad farmacéutica publicitaria (EFP), sin que lo haya prescrito el facultativo o antes de consultar a su farmacéutico. Las EFP son fármacos (para prevenir, aliviar o tratar síntomas leves) que solo se dispensan en las farmacias, que también pueden provocar interacciones y efectos adversos.
- 2. Incluso si tomando una EFP los síntomas no revierten o empeoran, hay que consultarlo con el médico.
- 3. Leer detenidamente el prospecto y conservarlo mientras se tenga el medicamento en casa.
- 4. Mantener siempre los medicamentos en su embalaje original, que además de conferirles seguridad, contiene información importante sobre la fecha de caducidad o sobre su mantenimiento.
- 5. En embarazo, lactancia materna, enfermedad crónica o niños, antes de tomar algún medicamento -aunque sea una EFP-, hay que consultar siempre con el profesional de salud de referencia.
- 6. Evitar el alcohol si se toman medicamentos: afecta a la capacidad de reacción, que puede entrañar peligro al conducir o realizar actividades peligrosas.
- 7. No tomar dosis superiores ni inferiores a las señaladas por el médico.
- 8. No abandonar el tratamiento antes de lo indicado por el médico, aunque hayan mejorado los síntomas, ni tampoco alargarlo por cuenta propia si no han remitido.