El año pasado los denominados vehículos de movilidad personal (VMP) estrenaron en España una triste estadística, de la que mostraba su preocupación la Fiscalía de Seguridad Vial: cinco personas perdieron la vida en los cerca de 300 accidentes en los que se vieron implicados sobre todo patinetes eléctricos. Uno de estos siniestros ocurrió en Asturias: un hombre de 60 años murió tras recibir un fuerte impacto en la cabeza -iba sin casco- al resbalar con su patinete sobre el pavimento mojado y colisionar en la caída con unas escaleras. La muerte es, sin duda, la peor consecuencia de un incidente de este tipo, pero no la única. Detallamos las lesiones más frecuentes al manillar de un patinete eléctrico y que podríamos evitar.
Imagen: Denniz Futalan
En los accidentes con víctimas de VMP -la mayoría patinetes eléctricos-, los conductores tienen la responsabilidad en el 90 % casos, en general por imprudencias, descuidos o por falta de pericia. Estos siniestros se producen en la calzada (33 %) y en la acera (28 %), pero también en los pasos de peatones (19 %). Están protagonizados por jóvenes (29 años de media) en los que los patinetes son arrollados por turismos y autobuses (57 %). Y ocurren con bastante frecuencia, más de lo que los datos de accidentabilidad apuntan. Según un estudio sobre VMP elaborado por la Fundación Línea Directa, el 5% de los españoles (1,7 millones de personas) asegura haber visto o sufrido accidentes con uno de estos vehículos en el que ha habido lesionados. País Vasco y Canarias son los territorios con más proporción de este tipo de incidentes con lesionados, y Valencia -por encima de Madrid, Barcelona y Sevilla-, la ciudad donde más personas lo han sufrido o visto: un «alarmante» 11,7 %.
Pero estas cifras en un futuro próximo podrían ser peor. La Fundación Línea Directa estima que, de no afrontarse el problema, en 2019 se triplicará el número de fallecidos, pudiendo alcanzar los 17. Por el momento, la Dirección General de Tráfico (DGT) está estudiando fórmulas legales para regular su uso este mismo año, mientras que las ciudades, poco a poco, van aprobando sus propias normativas.
Lesiones en la cabeza por accidente de patinete eléctrico
Sin embargo, una medida urgente que hay que abordar, insisten los expertos, es regular el empleo obligatorio del casco, además de la edad de los usuarios y las vías por las que circulan. Así lo recomiendan los autores del primer estudio que ha analizado el tipo de lesiones sufridas en accidentes de patinete eléctrico, el VMP más utilizado.
La investigación se realizó entre septiembre del 2017 y agosto del 2018 en el área metropolitana de Los Ángeles (California, EE.UU.), donde nació el boom de los patinetes eléctricos hace apenas año y medio, y se publicó hace unas semanas en JAMA Network Open. Pero sus resultados, como reconoce Eduardo Sánchez Alepuz, jefe del Servicio de Traumatología del hospital IMED Valencia, son «extrapolables a lo que vemos aquí y a cualquier casuística de accidentes de motociclismo».
En el estudio se apunta que en ese año 249 personas sufrieron lesiones lo bastante importantes para ser atendidas en urgencias de dos hospitales universitarios de Santa Mónica y Los Ángeles. Dos fueron trasladados a la UCI y otros 13 estuvieron ingresados en el hospital. En uno de cada doce casos, se realizó un TAC por la sospecha de una lesión grave. De los heridos, casi el 92 % eran los conductores, el 58 %, hombres y tenían en torno a los 34 años. Pero lo más revelador es que tan solo diez conductores llevaban casco. Y, de hecho, los investigadores completaron el trabajo contando, durante siete horas de tres días de septiembre, cuántos usuarios de patinetes eléctricos llevaban casco en las calles próximas a sus hospitales: un 94 % circulaba sin casco.
Y no fue por casualidad. Cuatro de cada diez personas atendidas lo fueron por los golpes recibidos en la cabeza. Y eso que en ese 40,2 % no se incluyen los traumatismos en la cara, que afectaron a un 5,5 % de los accidentados. La mayoría de estos casos no revistió gravedad, pero a cinco personas (2,2 %) el impacto le causó una hemorragia intracraneal.
«A las velocidades que pueden alcanzar estos vehículos y sin casco, la probabilidad de contusiones y traumatismos craneoencefálicos por caídas es muy alta. Y no hace falta mucha intensidad en el traumatismo para sufrir desde una hemorragia subaracnoidea a cualquier hematoma intraparenquimatoso cerebral. Cualquier mal golpe en la cabeza te puede llevar a un traumatismo craneoencefálico con secuelas importantes (silla de ruedas, de por vida en la cama…) con un coste personal y familiar, sobre todo, pero también, aunque esté mal visto, para la sociedad», señala el médico. Por eso insiste en que es «fundamental» ir con casco. «Si se obliga llevar casco con la bicicleta a todos, niños y mayores, lo lógico es que también lo sea para el patinete eléctrico, que vas a más velocidad», sostiene el también presidente de la Asociación Española de Artroscopia (AEA).
Otras lesiones frecuentes
Además de las contusiones menores en la cabeza y las hemorragias intracraneales, el trabajo estadounidense señala como otras lesiones más frecuentes las fracturas 31,7 %, mientras que un 27,7 % fueron contusiones, esguinces y laceraciones sin fractura.
Según Sánchez Alepuz, lo más común por caídas desde un patinete eléctrico es ver desde contusiones leves con una erosión (arañazo) en la piel, pasando por esguinces, hasta fracturas de las extremidades superiores. Sobre todo, como atienden en el hospital valenciano, ocurre en muñecas: «En el extremo distal del radio puedes hacerte una fractura intraarticular que tiene su importancia, pues puede requerir de tratamiento quirúrgico». También nombra de la fractura de codo, la de la cabeza de radio, al impactar y apoyarte con las manos y, si se cae de lado, fracturas de clavícula y hombro. En las extremidades inferiores (rodilla y tobillo) son menos frecuentes, pero recuerda que «perfectamente es posible la fractura de rótula por apoyo de la rodilla por contusión».
En el caso del receptor del choque, el traumatólogo comenta que las lesiones se producen en los tobillos y en el pie: «Como la rueda del patinete es muy baja, donde pega el impacto es en el tobillo; te lo puede doblar y provocar fractura. Y al caer puedes tener fracturas de muñeca por mal apoyo y contusiones».
Y si el accidente se registra contra un coche, el especialista no duda de que todas las fracturas son posibles. «Es como si fuera una bicicleta o peor, porque el patinete eléctrico tiene menos estabilidad. La bici y la moto tienen una rueda delantera que absorbe parte del impacto, pero el patinete tan solo una barra, por lo que los 30 km/h impactan sobre el vehículo contra el que colisionas», argumenta.
Para el experto en traumatología, como en el patinaje, las estructuras que habría que proteger al manillar de un patinete eléctrico son la cabeza, los codos, las muñecas y las rodillas. Sin embargo, es consciente que no siempre es fácil. «Lo obligatorio debe ser el casco adecuado para la cabeza. Rodilleras y protección de codos y muñecas lo veo opcional y recomendable», asegura.