Todos los inviernos aparece un “enemigo de la salud” que nos acompaña en forma de epidemia: la gripe. Pero no es la única infección respiratoria aguda que surge en esta época y de la que hay que protegerse. En el siguiente artículo se abordan cuáles son las infecciones respiratorias más frecuentes, qué las origina, a quiénes afecta, cómo se contagian y, muy importante, cómo prevenirlas.
Las infecciones respiratorias más frecuentes y qué las origina
La faringitis, la laringitis, la gripe -que es una patología diferente al resfriado común-, la neumonía y la bronquiolitis son algunas de las infecciones respiratorias agudas más frecuentes en los seres humanos. Aunque están relacionadas con el invierno y con la llegada de las bajas temperaturas, existen características específicas que las hacen diferentes unas de otras.
Todas ellas son producidas por diferentes microorganismos. Unas las originan virus, como el virus influenza a y b (origen de la gripe), o el virus sincitial respiratorio (VSR), causa de la bronquiolitis. Y otras, las bacterias, principalmente el neumococo como causa de la neumonía.
El frío no es causa directa de que se enferme de infecciones respiratorias, pero en esta época del año se produce un aumento de la circulación viral, es decir, los microorganismos encuentran las mejores condiciones para mantenerse en suspensión en el aire y transmitirse de una persona a otra.
¿A quiénes afectan más estas infecciones?
Aunque estas dolencias las puede sufrir cualquier persona, las infecciones respiratorias afectan en mayor medida a embarazadas, a niños menores de cinco años, a ancianos y a personas con determinadas patologías de base como asma, EPOC, cardiopatías crónicas… También los profesionales sanitarios pueden padecerlas.
¿Cómo se transmiten estas infecciones respiratorias?
Los microorganismos causantes de las infecciones respiratorias se encuentran alojados en la saliva y mucosas de la persona afectada. Cuando alguien estornuda o tose, expulsa unas gotitas de saliva que pueden esparcirse en un área de hasta cuatro o seis metros. Estas gotas de saliva, medio de transporte de los gérmenes infecciosos, se mantienen suspendidas en el aire hasta 30 minutos y, a continuación, son inhaladas por otras personas al respirar, provocando la infección.
Otra vía de contagio puede ser por contacto con superficies contaminadas como objetos o superficies. Cuando las cosas contaminadas son tocadas, los microorganismos pasarán a las manos, que serán nuevas fuentes de infección y propagación de estas bacterias y virus.
¿Se pueden prevenir estas infecciones respiratorias?
Aunque no se puede evitar su contagio, sí es posible intentar disminuir las posibilidades de enfermar siguiendo unos simples consejos.
- La vacunación es la medida más eficaz de prevención en el caso de la gripe, sobre todo en los grupos de riesgo. También es muy útil en la prevención de la neumonía.
- Cuando se tose o se estornuda, se debe evitar poner la mano, ya que quedará contaminada y será fuente de propagación de infección. En este caso, siempre hay que cubrirse con pañuelos desechables, que se tirarán tras su uso, o con el pliegue del codo.
- Por otro lado, también es importante evitar el contacto con las personas infectadas (besos, abrazos…) y no compartir objetos con ellas.
- Hay que evitar tocarse la cara con las manos, puesto que los microorganismos entran a través de la nariz, los ojos y la boca.
- Es primordial realizar un lavado frecuente de manos porque, cada día, están en contacto con múltiples objetos infectados por numerosos microorganismos causantes de infecciones. Hay que lavarse las manos después de ir al baño, tras estar en lugares donde hay mucha gente (transporte público, centros comerciales…), antes de comer o tocar a un bebé o anciano o después de estar en contacto con una persona enferma. Un lavado correcto de manos tiene que durar entre 40 y 60 segundos. Para ello se aplicará una abundante dosis de jabón en toda la superficie de las manos (palmas, dorso, espacio entre los dedos, pulgares y punta de los dedos). A continuación, se secarán con toallitas desechables o con aire, evitando las toallas de tela.
- Es recomendable ventilar a diario las estancias de la casa, colegios… al menos diez minutos, para que los microrganismos que se encuentran en suspensión en el aire de la habitación se vayan.
- Se evitarán los ambientes con humo de tabaco, los cambios bruscos de temperatura y los sitios cerrados demasiado concurridos.
- Se limpiarán con cuidado superficies y objetos para ayudar a reducir la propagación de los microorganismos.
- Se mantendrá la casa templada y un nivel adecuado de humedad, porque los ambientes secos agravan las enfermedades respiratorias.
- Se realizará una dieta saludable y rica en frutas y verduras, alimentos con abundante vitamina A y C.
- Es muy importante mantenerse activo y descansar las horas adecuadas. Cuando se está enfermo no se acudirá al trabajo o colegio, si es posible, para evitar contagiar a otras personas.
Para más información sobre las infecciones respiratorias, visite la web de la Fundación Lovexair o contacte con sus profesionales sanitarios a través del correo: cuentanos@lovexair.com.