Playa, piscina, vacaciones… Disfrutar del verano es muy fácil, siempre y cuando nuestros planes no se vean interrumpidos por algún que otro problema de salud. Según los expertos, las gastroenteritis agudas, las deshidrataciones y los golpes de calor, son algunas de las patologías más frecuentes entre la población durante la época estival. Evitarlo es posible. En este artículo descubrimos cómo hacerlo.
Las recomendaciones generales para cuidar nuestra salud en verano están dirigidas a todos los ciudadanos, pero «los niños, las embarazadas, los mayores y los enfermos con problemas crónicos de salud son los colectivos de riesgo a los que hay prestar más atención». Así lo asegura Carmen Salinas, presidenta de la Asociación de Enfermeras en Nutrición y Dietética (Adenyd). Y es que, las largas exposiciones al sol o a las altas temperaturas, unidas a una ingesta deficitaria de alimentos y, en especial, de agua, pueden dar como resultado problemas de salud tales como «gastroenteritis agudas, deshidrataciones y golpes de calor, en aquellos días de calor extremo», explica.
Para evitarlas, el intensivista y anestesiólogo Luis Quecedo recomienda, «seguir unos hábitos de vida saludables. Esto, siempre teniendo cuidado a la hora de ingerir ciertos alimentos que pueden dañarse por el calor, procurando descansar 7-8 horas diarias, evitando la exposición al sol en las horas de más calor y, por supuesto, asegurándonos una adecuada hidratación».
Respecto a la hidratación, tener acceso al agua es fundamental. El doctor Quecedo recomienda «que siempre que salgamos a comer fuera de casa o estemos en un lugar de vacaciones, nos aseguremos una hidratación segura y de calidad con agua mineral. El agua mineral, al ser envasada en condiciones de extrema asepsia y presentarse en envases protegidos de cualquier tipo de contaminación, garantiza al consumidor una total seguridad alimentaria», añade. En España, el agua de grifo también es potable y segura. Conviene tomar precauciones, eso sí, cuando hacemos una excursión o salida al campo y llevar el agua de casa.
Cómo evitar las patologías más frecuentes
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Por su parte, la presidenta de Adenyd realiza las siguientes recomendaciones para ayudar a evitar las tres mencionadas patologías:
- Para evitar la gastroenteritis aguda: extremar las medidas higiénicas en la manipulación de alimentos y en la conservación de los mismos, tanto en el propio domicilio como en los establecimientos de restauración, así como evitar alimentos poco cocinados en épocas de temperaturas extremas, para prevenir las toxiinfecciones alimentarias.
- En el caso de deshidratación: beber agua con frecuencia y según necesidad, sobre todo en el caso de los niños, que se olvidan de beber agua mientras están jugando, y también en las personas de mayor edad, que tienen disminuida la sensación de sed. En ambos casos, los padres o cuidadores deben estar pendientes de ofrecerles agua con regularidad.
- Para evitar el golpe de calor: no hay que estar al sol ni hacer ejercicio en las horas centrales del día o ante elevadas temperaturas. Si no se puede evitar, hay que protegerse del sol, beber agua regularmente, según temperatura y ejercicio realizado, y ante situaciones de riesgo, ponerse a la sombre lo antes posible e hidratarse.
Recomendaciones para viajar en verano
Según Carmen Salinas, «las recomendaciones de alimentación e hidratación son diferentes según la zona que se vaya a visitar». En nuestro entorno, se recomienda mantenerse bien hidratado, tanto si hace calor como si no, aunque es preciso estar más atentos en esta época del año.
Respecto a la alimentación, Salinas destaca que «hay que evitar el consumo de alimentos que no estén etiquetados y sin control sanitario, de venta frecuente en zonas de turismo rural. En los establecimientos propios de la temporada turística, como terrazas y chiringuitos, solo se deben consumir alimentos que se mantengan correctamente refrigerados y cuya manipulación se lleve a cabo con útiles limpios y mantengan unas estrictas condiciones higiénicas», remarca.
Practicar deporte en la época estival
La práctica frecuente de ejercicio físico es uno de los hábitos que no debemos dejar a un lado en verano. Eso sí, según destaca el doctor Quecedo, debe hacerse, «ante todo, evitando su realización al aire libre en las horas de más sol. Por eso, se aconseja que la práctica deportiva se lleve a cabo siempre en las primeras horas del día o a las últimas».
Además, destaca la importancia de «seguir unos hábitos de hidratación adecuada antes, durante y después de la práctica deportiva. Para ello, es recomendable llevar siempre con nosotros una botella de agua cuando vayamos al gimnasio o al lugar en el que practiquemos deporte para poder beber pequeños sorbos y así poder asegurarnos una hidratación segura y de calidad».
Recomendaciones generales
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«Seguir una alimentación variada y equilibrada en verano es fundamental, especialmente porque, en esta época, en la que predominan las comidas fuera de casa, se suele incurrir en un cierto déficit nutricional y, a veces, terminamos el verano con problemas de colesterol, glucosa o triglicéridos. Por eso, es importante que la alimentación que se siga sea completa y equilibrada», indica Quecedo. Las frutas y verduras son indispensables y deberían tener una presencia destacada en todos nuestros menús, desde la mañana hasta la noche. «Y en el caso de que nos hayamos excedido en alguna comida, se recomienda compensar con días de dieta más equilibrada», añade.
Como ya comentábamos anteriormente, la deshidratación es una de las patologías más frecuentes en verano, especialmente en el caso de los mayores y los niños. Por eso, Adenyd ofrece una serie de recomendaciones generales para evitarlo:
En el caso de las personas mayores:
- Beber el agua necesaria, alrededor de 8 vasos, repartidos a lo largo del día, anticipándose a la sensación de sed.
- Pueden tomar agua o cualquier líquido tipo infusiones, sopas frías, etc.
- Ante un aumento de la temperatura corporal, se aumentará la ingesta de líquidos.Igualmente, si se ingieren menos alimentos, también hay que aumentar la cantidad de líquidos ingeridos.
En el caso de los niños:
- Facilita la disponibilidad de agua para los niños. No esperes a que ellos te la pidan, ni a que tengan sed. Pon agua a su alcance para que la tengan a mano en cada momento.
- Es importante que los niños pequeños se hidraten cuando realizan cualquier actividad al aire libre, en especial, durante días muy calurosos. Pídeles que beban agua antes de empezar y llámalos con frecuencia para que descansen y se hidraten.
- Ofréceles un vaso de agua al comenzar el día, recordándoles que es clave empezar el día bien hidratados.
- A la hora de la comida y la cena pon agua en la mesa y cuéntales la importancia que tiene para transportar, a través de su organismo, los nutrientes y vitaminas esenciales para su desarrollo y crecimiento.
Respecto a la forma de hidratarse, el doctor Quecedo señala que es muy recomendable la ingesta de agua. En primer lugar, porque, pasamos mucho más tiempo fuera de casa, y el agua puede transportarse y conservarse con facilidad, en envases de diferente tamaño, adaptados a todo tipo de hábitos de vida. En su opinión, llevar agua a mano «permite hidratarnos en cualquier momento y lugar, de una forma segura y de calidad y esto es fundamental para evitar los típicos problemas de deshidratación e, incluso, la famosa diarrea del viajero, que suele tener lugar al beber un agua que, quizá pueda estar en malas condiciones para la salud».