El inicio de septiembre supone, para muchos, la vuelta de las vacaciones de verano y, con ello, retomar la rutina: colegio, trabajo, atascos… Estos días, incluso, se oye hablar del síndrome postvacacional, que se define como la presión emocional que se debe afrontar al readaptarse a las tareas laborales después de un periodo de descanso. No obstante, para las personas con diabetes, la rutina es algo que nunca se debe perder, puesto que los buenos hábitos en relación a la alimentación, el ejercicio físico y el tratamiento farmacológico consensuado con los profesionales médicos son la base de un buen control de la patología. Aun así, a continuación se dan algunos consejos para retomar la rutina y lograr un buen control de la diabetes.
Como escribía hace unos días el presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), Andoni Lorenzo, en el blog de FEDE, «la diabetes la llevas contigo todos los días y aquí no valen ni síndromes ni excusas. Tenemos que actuar como nos han enseñado nuestros médicos y enfermeras y seguir manteniendo nuestras pautas del día a día para no dejar de lado el buen control de la diabetes».
Pero viajar con la diabetes en la maleta no siempre es sencillo y muchas veces se dan circunstancias que dificultan seguir el ritmo habitual durante las vacaciones. En ocasiones, al tener que elegir el menú, es complicado resistirse a la tentación y optar por el más verde y saludable. Y es posible que algunos ya se hayan llevado algún que otro susto al comprobar los resultados en el glucómetro, tal vez derivados de una falta o exceso de ejercicio físico, pues puede provocar subidas o bajadas de los niveles de glucosa en sangre cuando uno menos se lo espera.
Por todo eso, a continuación se comparten algunos consejos para retomar la rutina lo antes posible y lograr un buen control de la diabetes.
¡Átese las zapatillas deportivas!
El deporte es uno de los pilares fundamentales para el buen control de la diabetes y, a nivel general, para mejorar la forma física y salud. El deporte se puede practicar de distintas maneras y cada persona debe adaptarlo a sus gustos y personalidad.
Si lo suyo es caminar, pruebe a pasear 30 minutos cada día, al menos cuatro días a la semana. O si prefiere un ejercicio más intenso, los expertos recomiendan las rutinas basadas en entrenamiento interválico de alta intensidad o HIIT, un ejercicio que se ha demostrado beneficioso para mejorar la salud cardiovascular y la sensibilidad a la insulina en personas con diabetes tipo 2 y prediabetes.
Además, para que el ejercicio físico sea algo habitual en el día a día y evitar así el sedentarismo, la Federación Española de Diabetes (FEDE) recomienda seguir los siguientes consejos:
- Elegir una actividad física que resulte entretenida y divertida.
- Probar a realizar ejercicio acompañado.
- Planificar la rutina semanal de ejercicio.
¡Pinte de verde su plato!
La alimentación es otro de los pilares para lograr un buen control de la diabetes y también uno de los que más pueden verse modificados durante las vacaciones de verano, debido, por ejemplo, a las comidas fuera de casa. Por eso, es esencial retomar la rutina tras el descanso estival siguiendo una dieta variada y equilibrada, donde se limite la ingesta de alimentos con un alto contenido en azúcares y grasas saturadas y se dé un mayor protagonismo a las verduras y frutas frescas.
Un método sencillo para lograr seguir una alimentación saludable es tener presente la teoría del plato, que consiste en establecer unas proporciones estándar en el menú habitual, que debe contener: un 50% de verduras, un 25% de alimentos proteicos (carne, pescado o huevos) y un 25% de alimentos farináceos (pan, pasta, arroz, etc.), a lo que se puede añadir una pieza de fruta de postre y agua como bebida principal.
Para completar esta dieta equilibrada, también es conveniente aplicar estos consejos:
- Utilizar aceite de oliva para cocinar, siempre en cantidades reguladas.
- Evitar el uso excesivo de sal y alimentos procesados que la contengan en dosis elevadas.
- Prestar atención al etiquetado de los alimentos.
Por último, para lograr seguir unos hábitos de vida saludables, hay que contar siempre con una red de apoyo familiar y médico. Por un lado, la familia es el núcleo desde el que parten estos hábitos de vida. Y, por otro lado, los profesionales médicos han de ser los aliados y principales referentes ante cualquier consulta en relación a posibles cambios que puedan afectar al control de la diabetes, como variaciones bruscas en los horarios de comidas y trabajo o la aparición de situaciones de estrés que puedan conllevar desequilibrios en los niveles de glucosa.