Cada año, las vacaciones de verano ponen a prueba el equilibrio de muchas parejas. Los problemas más habituales de la convivencia se intensifican al pasar mucho tiempo juntos, e incluso algunas parejas piensan poner fin a su relación. Si en alguna ocasión te has planteado dejar la relación o crees que podéis estar en crisis, puedes tomar nota de estos consejos que dan los expertos en psicología de pareja Ana García Mañas, Pablo Quiroga y Lara Ferreiro, y aplicarlos para encontrar una solución.
¿Por qué se producen los problemas de convivencia?
No son pocas las personas que tienden a idealizar la vida en pareja, pero cuando comienzan a vivir con otra persona se dan cuenta de que no todo es armonía, ni es igual pasar ratos juntos fuera de casa que compartir todos los días el mismo espacio. Normalmente surgen muchos conflictos fruto de una realidad que no es igual a la expectativa idealizada de la vida en común.
En una pareja, además, se unen dos formas de ver la vida, costumbres y educaciones distintas… Un problema frecuente es que, antes de mudarse a la vivienda en común, no se han llevado a cabo acuerdos previos sobre el modo de vida que se va a llevar.
La convivencia (si es muy intensa, más) hace aflorar cómo somos en realidad. Al convivir es imposible mostrar solo nuestra mejor cara, sino que las personalidades se desnudan al completo, y a veces hay aspectos del otro que se ignoraban y que no nos agradan.
Problemas más frecuentes de la convivencia en pareja
➡️ Tareas del hogar
Uno de los problemas más frecuentes de la convivencia prolongada es que uno de los dos siente que lleva más carga que el otro en las tareas de casa o el cuidado de los hijos, si los hay. En general sucede porque uno se crea una expectativa (piensa que el otro miembro de la pareja se ofrecerá a ayudar, hará más…) y, si el otro no lo hace, aparecen la decepción y el enfado.
➡️ No pasar tiempo solos
La rutina y las obligaciones nos comen, y muchas parejas no pasan a diario tiempo solos. Hay que buscar un momento al día para estar juntos, sin nadie más (aunque sea quedar a la hora del café, comer, dar un paseo diario de una hora…) y poder mantener la relación sin injerencias del exterior.
➡️ Falta de intimidad o espacio propio
Sentirse agobiado, ahogado por la relación. Es esencial tener aficiones y gustos propios y, aunque sea en el mismo piso, cada uno debe poder hacer lo que le guste, ver sus programas de televisión favoritos, estar realizando actividades diferentes en habitaciones distintas…
➡️ Desacuerdo en decisiones importantes
Un cambio de trabajo, comprar o no una casa, el desempleo de uno de los miembros de la pareja y, sobre todo, los hijos… Las discrepancias en cómo resolver estos problemas generan mucha tensión en una pareja. Más grave es tener diferencias en los valores fundamentales.
Consejos para que la convivencia en pareja funcione
✅ Hacerse cargo de las circunstancias
Hay veces en las que estamos en una situación de crisis: se puede haber tenido un trastorno de estrés postraumático o desarrollado un trauma si ha perdido a un ser querido o se ha quedado sin trabajo, por ejemplo. Cuando estamos atravesando malos momentos, hay que estar ahí como un equipo, demostrando mucha empatía, comprensión y paciencia.
✅ Concederse una oportunidad
Si los complicados equilibrios de una pareja se han roto durante la convivencia, antes de optar por separarse se recomienda dejar las emociones a un lado y darse un tiempo para intentar recuperar la normalidad y ver si se consiguen restablecer el amor y el cariño. Una pareja no es un sistema o sociedad aislados, sino que está en relación con el entorno.
✅ Equilibrar espacios
Cuando se está en pareja, se oscila entre el deseo de contacto y el de tener un espacio propio, por lo que una de las claves para una buena convivencia consiste en encontrar momentos para ambas cosas. Cada uno tiene que poner en común qué es lo que le agobia, qué es lo que quiere y poderlo pedir. Hay que tener en cuenta que el otro no es como yo y que, además, cuando está en pareja es «un otro distinto».
✅ Agradecer lo que se tiene
Abrazarnos antes de irnos a dormir puede ser un pequeño ritual de bienestar al que quizás no le damos importancia. Pero es vital agradecer que no estamos solos. A veces perdemos de vista lo valioso que es tener a alguien al lado que nos coja de la mano y nos ayude.
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✅ Darse una tregua
Si estás en plena crisis, los expertos recomiendan no tomar ninguna decisión importante tanto en ese periodo como inmediatamente después. Lo idóneo sería reflexionar sobre lo que está ocurriendo, y hacerlo juntos. A no ser que haya violencia –porque se trataría de otro escenario–, en terapia se recomienda esperar y trabajarlo. Saber posponer la resolución de conflictos en un síntoma de madurez.
✅ Llegar a acuerdos
Dos personas no encajan a la perfección, por lo que para mantener una pareja hay que estar dispuesto a trabajar y hacer esfuerzos para pactar. En caso de choque, se aconseja poner los problemas encima de la mesa, ser flexible y colocarse en el lugar del otro.
✅ Comunicación
Es muy importante que sea muy abierta y sincera, no con silencios castigadores que el otro no entiende o con lenguaje indirecto. Resulta fundamental poder explicar lo que a uno le pasa de buenas maneras. En terapia se recomienda que cada uno haga una lista de todo lo que necesita del otro: «que me escuches», «que no me hables de ese tema porque me duele», «que me digas las cosas con más tacto», «que cuando te escribo un wasap no tardes horas en responder…».
✅ Abordar los problemas a tiempo
En muchos casos se acude al psicólogo dos años más tarde de lo que se debería. Un pequeño problema de pareja, si no se soluciona desde el principio, con el tiempo puede agrandarse y acabar en divorcio. A terapia de pareja a veces acuden personas cuya relación ya está muerta, pero no hay que esperar hasta ese punto.