Ya en el año 1999, los inspectores de consumo retiraron del mercado más de 200 flotadores de asiento destinados a niños de corta edad que consideraron peligrosos debido a su diseño. Esta medida se adoptó como consecuencia de una notificación de la Comisión Europea que afectaba a una serie de flotadores inflables, de distintas formas y tamaños, cuya característica común es estar provistos de un fondo con dos orificios para permitir el paso de las piernas de los niños. Es, precisamente, el propio diseño del flotadores el que presenta «grandes dificultades» para desprenderse de él y permitir salir a la superficie en caso de vuelco.
Con estas afirmaciones, emitidas a través de una nota de prensa, la Dirección de Consumo del Gobierno vasco ha vuelto a recomendar que no se haga uso de los flotadores de asiento ya que en caso de vuelco inesperado existe riesgo de ahogamiento. De igual manera, ha recordado el «especial» cuidado que requiere la compra de flotadores y juguetes hinchables para los niños.
La dirección de Consumo recuerda a los consumidores que a la hora de comprar flotadores o juguetes acuáticos hay que tener en cuenta las condiciones de seguridad. Así, se señala que deben llevar una válvula antirretorno que «no debe romperse ni separarse» y que además «no tendrá piezas pequeñas que puedan generar riesgo de ingestión».
Por otra parte, se señala que estos productos deben contar con un etiquetado con las siglas de la Comunidad Europea correspondiente al marcado de seguridad europeo y que supone una garantía de que el producto ha pasado por un control que asegura su calidad y confirma su inocuidad. También, es obligatorio que la etiqueta incluya la advertencia de que son objetos que «sólamente» deben utilizarse en el agua, en una zona en la que el niño haga pie y bajo la vigilancia permanente de una persona adulta. En todo caso, en el producto debe identificarse el responsable y el país de origen.