Los síntomas premenstruales que sufren las mujeres son muy variados. Agotamiento, sentimientos de tristeza, cambios en la piel o en el estado de ánimo son algunas de las señales que se asocian a los días previos a la menstruación. Los especialistas aseguran que se debe aprender a entender el propio cuerpo y controlarlo en este periodo, así como evitar tensiones cuando se sabe que durante varios días se estará más sensible o más cansada. Pero además, el estrés parece influir en los síntomas premenstruales, por lo que el ejercicio físico o las técnicas de relajación podrían influir de manera positiva.
Sufrir altos niveles de estrés justo antes del periodo podría empeorar los síntomas premenstruales, de moderados a graves. Son las conclusiones de un estudio reciente publicado en ‘Journal of Women’s Health’, llevado a cabo por investigadores del Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development (NICHD), en EE.UU. La principal solución, según los científicos, pasa porque cada mujer aprenda a controlar el estrés antes de tener la menstruación. Añaden que, sobre todo en las mujeres que utilizan analgésicos de forma habitual, las técnicas de reducción del estrés podría ser una alternativa rentable a los medicamentos.
Reducir el estrés
Entre las técnicas para controlar los niveles de estrés que recomiendan los investigadores, destacan la biorretroalimentación, la actividad física o técnicas de relajación, como yoga o ejercicios respiratorios. La actividad física ayuda a relajar el organismo y a reducir la sensación de estrés que, a su vez, limita los síntomas del síndrome premenstrual. El mejor ejercicio es el aeróbico, de larga duración, baja intensidad y con una frecuencia de 3 a 4 veces por semana, como caminar, nadar o practicar ciclismo.
La biorretroalimentación es una técnica basada en controlar los impulsos naturales del organismo de forma voluntaria y consciente, con ayuda de un terapeuta. Se toman como indicadores principales la presión arterial, las ondas cerebrales, la respiración, la frecuencia cardiaca, la temperatura de la piel y la tensión muscular. Sometidos a situaciones tanto de tensión como de relajación, los pacientes acaban por controlar las funciones del organismo. Es una terapia alternativa usada de forma habitual para la ansiedad, el insomnio o la incontinencia urinaria. Recientes estudios han demostrado sus efectos beneficiosos en el estreñimiento.
Síndrome premenstrual
El síndrome premenstrual es el conjunto de cambios físicos y psíquicos que se desarrollan, en general, entre una semana y tres días antes de la menstruación. Es muy específico en cada mujer y puede llegar a ser muy doloroso en algunos casos. Datos recientes del Equipo Daphne, en colaboración con Bayer HealthCare, informaban de que altera la rutina diaria de casi 800.000 mujeres en España. Cerca del 75% de ellas no acude al médico porque lo consideran «algo normal».
El síndrome premenstrual se ha asociado a déficit de vitamina B6, ácidos grasos esenciales y oligoelementos o hipoglucemia
Aunque no se conoce con exactitud la explicación de este síndrome, se asocia a una respuesta anormal del cuerpo a los niveles de hormonas ováricas, con alteración de los neurotransmisores serotonina y betaendorfina, responsables de los cambios en el estado de ánimo. También se ha asociado a déficit de vitamina B6, ácidos grasos esenciales y oligoelementos o hipoglucemia (nivel de glucosa en la sangre inferior al normal). Respecto a la edad, se ha asociado con mayor frecuencia a mujeres de 30 a 40 años y a las mujeres con hijos.
Los síntomas más comunes son: sensibilidad mamaria, dolor de cabeza o muscular, retención de líquidos o aumento de peso. Tensión en el pecho, hinchazón de cara, manos o abdomen, cambio en el apetito (ganas de comer dulce), estreñimiento o diarrea, cambios en el sueño o palpitaciones son otras de las señales fisiológicas premenstruales, según la Guía «Ciclo menstrual y visita ginecológica» de la Sociedad Española de Ginecología. Respecto a los cambios emocionales, es habitual tener sentimientos de tristeza, cansancio, dificultad para concentrarse, ansiedad o irritabilidad. Estos fueron también los síntomas referidos por las participantes del estudio estadounidense.
Algunas mujeres también sienten dolor. La combinación de varios síntomas puede ocasionar tanto malestar, que interfiera en el ámbito laboral y social y, en las situaciones más acusadas, sea necesario tratamiento médico. Es el caso del trastorno disfórico premenstrual, que muestra episodios de depresión. En 2007, un estudio de la Universidad Budista Internacional en Osaka (Japón) aseguraba que las mujeres con síntomas premenstruales graves podrían tener, a largo plazo, afecciones en el sistema nervioso autónomo, clave en el equilibrio del organismo humano.
Los consejos habituales son: seguir tratamientos fitoterapéuticos y, en casos más graves, tomar fármacos (píldoras anticonceptivas o antidepresivos), modificar la dieta, comer en pequeñas cantidades y con más frecuencia, tomar aceite de onagra (rico en ácidos grasos insaturados), dormir más horas, beber mucha agua o practicar ejercicio moderado. Y, a partir de ahora, reducir el estrés.
Imagen: Diana Lili Meszaros
Numerosas investigaciones han relacionado los mecanismos moleculares frecuentes durante el ciclo menstrual con alteraciones cerebrales y del comportamiento. Según las conclusiones de un estudio reciente de la Universidad Nacional Yang-Ming (Taiwan), publicado en ‘Pain’, la dismenorrea (dolores menstruales) puede llegar a provocar alteraciones en el sistema nervioso e, incluso, afectar a la estructura cerebral. Los científicos han detectado cambios en la materia gris del cerebro, incluso cuando las mujeres no tienen dolor menstrual.
Con ello, los resultados indican que el propio periodo, con independencia del dolor, afecta de algún modo al cerebro. No obstante, estos cambios son más intensos ante situaciones de dolor y también en mujeres jóvenes, más vulnerables al malestar menstrual, una de las principales causas de ausencia escolar entre adolescentes. Los datos de diversos estudios corroboran la relación directa entre cerebro y menstruación. ‘Nature Neuroscience’ publicó hace 5 años un estudio de la Universidad de California en el que los investigadores confirmaron que las variaciones de una proteína durante el ciclo menstrual aumentaban la susceptibilidad de sufrir ataques en mujeres con un tipo de epilepsia y elevaban la ansiedad en quienes tenían síndrome premenstrual disfórico.
La revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ publicó en 2007 otro estudio francés que aseguraba que el periodo afecta a los mecanismos cerebrales de recompensa, relacionados con los trastornos adictivos. La misma revista mostró en 2005 imágenes del córtex frontal del cerebro, asociado con el control de las emociones, en el momento del ciclo. Los investigadores pudieron observar una mayor actividad del mismo en los días previos.