El coronavirus SARS-CoV-2 entra en nuestro organismo por las mucosas de la piel (boca, nariz y ojos) hasta alcanzar el sistema respiratorio y nuestros pulmones, provocando la covid-19. Pero por el camino deja rastro. Como apuntan en el Ministerio de Sanidad, notamos su presencia, sobre todo, con síntomas como fiebre, tos, disnea (dificultad para respirar), escalofríos, dolor de garganta, diarrea y vómitos. ¿Y en la boca? Pues también, y hasta podría tener alguna secuela. Te contamos qué se sabe en la actualidad sobre cómo afecta la covid-19 a nuestra boca, cómo lo ha hecho el confinamiento y qué debemos tener en cuenta ante un nuevo posible encierro o cuarentena en el domicilio.
Cómo afecta el coronavirus a la boca
De entre los síntomas otorrinolaringológicos más habituales en covid-19 (dolor facial, obstrucción nasal, disfunción olfatoria y del gusto), la frecuencia con la que presentan la hiposmia-anosmia (pérdida de olfato) y la hipogeusia-disgeusia (pérdida de gusto) aparecen en el 5-65 % de los casos. De hecho, son los síntomas precoces que mejor predijeron la enfermedad en las situaciones con sospecha que utilizó una aplicación de móvil de uso masivo en EE.UU. y Reino Unido.
En el caso de la boca, son tres las alteraciones relacionadas con el gusto y la percepción de los sabores que se achacan a una alteración de las células del epitelio de la lengua debido a la unión del coronavirus. Según el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial, estos trastornos se definen así:
- ageusia: la persona pierde por completo el gusto.
- hipogeusia: la capacidad gustativa se reduce.
- disgeusia: hay un mal sabor persistente (salado, rancio o metálico). A veces se acompaña del síndrome de la boca ardiente, que presenta sensación de dolor y ardor.
Por el contrario, apenas existen estudios que refieren casos de covid-19 que han cursado con lesiones orales. “Todavía es muy pronto para poder asegurar si el nuevo coronavirus afecta o no al estado oral”, confiesa Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España. Y es que “escasas” publicaciones notifican lesiones del tipo del herpes, candidiasis (muguet) e incluso lengua geográfica (manchas rojas en la lengua delimitadas por unas áreas más blancas). Además, su prevalencia es muy baja y, en la actualidad, a nivel científico se desconoce si estas lesiones son causadas por el virus o son el resultado de la reacción inmune inflamatoria de nuestro organismo frente al coronavirus. O también pudiera ocurrir que determinados tratamientos o medicamentos administrados a los pacientes con covid-19 sean los responsables de estas lesiones. “Tendremos que ser prudentes y vigilar su frecuencia en los próximos meses”, comenta el especialista.
Imagen: jarmoluk
Entre los estudios más actuales está el de un grupo de investigadores del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid publicado en julio en la revista JAMA Dermatology. En él se pone de manifiesto que sarpullidos en la boca también pueden ser un síntoma de la enfermedad que haya pasado desapercibido hasta ahora, pues para mantener la seguridad del personal sanitario no suelen examinarse la boca de pacientes con covid-19 o sospechosos de serlo. En concreto, de los 21 infectados que estudiaron, en seis de ellos (28 %) encontraron enantemas, unas manchas pequeñas en las membranas de las mucosas.
Cómo ha afectado el confinamiento a nuestra salud bucodental
El confinamiento para evitar los contagios y el colapso del sistema sanitario alteró muchos de nuestros hábitos y “probablemente no reforzando los hábitos saludables”, se lamenta el portavoz de los dentistas: hemos practicado menos deporte y aumentado el sedentarismo; nuestros hábitos dietéticos se han modificado; el estrés y el insomnio han afectado a nuestro bienestar físico y emocional; y la compra (y toma) de alcohol se ha disparado. Por fortuna, parece que el consumo de tabaco se ha reducido, según esta encuesta del Ministerio de Sanidad.
Todo ello repercute en nuestra salud oral. Tanta repostería casera, snacks y bebidas azucaradas para matar el tiempo y aplacar la ansiedad favorece la aparición de caries dentales. Y el estrés también está detrás de un mal hábito inconsciente, sobre todo nocturno, como apretar los dientes (bruxismo) y de problemas de encías, como la gingivitis ulcerosa necrosante aguda que se nota, además de por sangrado, inflamación y picor de encías, por una fuerte halitosis.
Por si fuera poco, la actividad profesional de las clínicas dentales se redujo de manera obligatoria durante el estado de alarma y el confinamiento. Se suspendieron las revisiones dentales y “los únicos tratamientos que se permitían eran aquellos derivados de urgencias, fundamentalmente dolor, inflamación, infección y fracturas dentales”, señala Óscar Castro. Por eso, desde la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO), por ejemplo, se daban estos consejos para quienes usan ortodoncia.
Cuidados bucodentales en la nueva normalidad y un confinamiento
Imagen: Bru-nO
Ahora, con la “nueva normalidad” y ante una más que previsible segunda ola de la epidemia, desde el Consejo General de Dentistas de España hacen un llamamiento para visitar al odontólogo y hacerse una revisión. “Todos deberían de aprovechar este momento para asegurarse de que su salud oral está controlada y someterse a los tratamientos oportunos”, admite su presidente.
El resto de los consejos no son diferentes a los que debemos seguir habitualmente, tanto si tenemos que confinarnos en nuestra casa por prevención como si no:
? Mantener una adecuada higiene bucodental, mediante al menos dos cepillados minuciosos diarios, con pasta dentífrica fluorada, sin olvidar la higiene interdental y el cepillado de la lengua. Tampoco hay que dejar de lado el uso enjuagues bucales sin diluir. Expertos periodoncistas y docentes de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) recomiendan con este estudio que sea un colutorio antiséptico con povidona yodada o cloruro de cetilpiridino (CPC), pues su empleo podría reducir la severidad de la covid-19 y el riesgo de transmisión.
? Extremar la higiene del cepillo: lavarse bien las manos antes y después de usarlo, limpiarlo, desinfectarlo con un colutorio, enjuagarlo y secarlo, mantenerlo protegido en su capuchón, no compartirlo nunca, alejarlo del sanitario (para evitar posible contaminación) y no almacenarlo junto a otros cepillos.
? Practicar un estilo de vida saludable. “Es muy importante, como lo han demostrado los datos de la primera ola epidémica, hacer los máximos esfuerzos posibles para intentar mantenernos saludables: realizar ejercicio físico, no fumar, tener un consumo moderado de alcohol y recurrir a una dieta sana y equilibrada son consejos generales que también sirven para mantener nuestra salud oral”, reconoce Castro.
? Y hay uno nuevo: usar la mascarilla para proteger nuestra boca y nariz de la entrada del virus, porque, de verdad, las mascarillas no provocan problemas en los dientes.
? ¿Y si has dado positivo en covid-19? Según la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), deberías extremar aún más tu higiene bucal. Estas son sus recomendaciones:
- Realizar un enjuague preliminar para reducir la carga viral.
- Terminar con una limpieza del cepillo de dientes o cabeza de cepillo sumergiéndolo en un vaso con una solución a base de agua oxigenada durante 30 minutos y, una vez pasado este tiempo, aclarar con agua y dejar secar. Para lograr la concentración ideal, hay que mezclar una parte de agua oxigenada al 3 % con tres partes de agua, lo que resulta en una concentración final del 1%.
- Cambiar el cepillo tras pasar el periodo de contagio.