Las de Semana Santa son las primeras minivacaciones del año para muchos, pero también un momento propicio para cuidar la salud. El concepto “vacaciones” invita a relajarse. Sin embargo, los especialistas aconsejan no bajar la guardia si se sufre alguna enfermedad crónica, como la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto. En este artículo se ofrecen seis recomendaciones básicas para seguir un estilo de vida saludable durante las vacaciones de Semana Santa, además de algunas pautas para prevenir accidentes durante estos días de descanso, tanto en el hogar como en las carreteras.
Las vacaciones de Semana Santa son un momento apropiado para salir de viaje, tomar los primeros rayos de sol y realizar más actividades de ocio. Para disfrutar de este descanso y no tener sobresaltos, conviene vigilar la salud, tanto si se tienen enfermedades crónicas como si se está sano. Desde el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), los especialistas lanzan una serie de recomendaciones.
1. No olvidar el tratamiento de las enfermedades crónicas
Es importante viajar siempre con un informe que señale las enfermedades que se padecen y el tratamiento
Las personas con enfermedades crónicas no deberían viajar sin un informe de su médico de familia que recoja qué afecciones padecen y qué tratamiento siguen. «Llevar este informe es útil para quienes sufran diabetes, hipertensión arterial o colesterol alto, entre otros, por si les ocurre algo durante el desplazamiento y deben consultar a otro médico. Esto facilita mucho su atención fuera de su residencia habitual», expone Francisco Camarelles, coordinador del PAPPS.
También deben «llevar su medicación, porque estar de vacaciones no quiere decir que no haya que tomarla, sino que debemos cuidarnos más». Y las personas diabéticas, «igual que el resto de pacientes crónicos, deben seguir con su rutina», insiste este especialista. Hay que tener en cuenta que hasta un 20% de las personas que sufren alguna patología crónica ingresan en un centro hospitalario por un mal control de su enfermedad. Por ello, incluso en vacaciones, no hay que olvidar seguir con cumplimiento terapéutico.
2. Practicar ejercicio físico de manera saludable
Semana Santa también puede ser una oportunidad de oro para reanudar el ejercicio físico, si se había descuidado, ya que se dispone de más tiempo. «Practicar ejercicio físico no significa ponerse un chándal y salir a correr. Puede ser cualquier actividad como la jardinería, subir una escalera o pasear… Estos días, si el tiempo acompaña, invitan a hacer más actividades de este tipo al aire libre, como excursiones a la playa o a la montaña, y a seguir la tradición de irse a comer la mona de Pascua (dulce típico de Aragón, Valencia, Cataluña, Castilla-La Mancha y algunas zonas de Murcia) a la montaña», recomienda Camarelles.
«La actividad física es adecuada tanto para las personas diabéticas, como para los que sufren hipertensión o para las personas con el colesterol alto. Además, mejora el estado de ánimo y ayuda a dormir mejor«, apunta. Y para quienes acudan a procesiones o se decanten por caminar, este experto aconseja que lo hagan con zapatos cómodos y, si sale una úlcera, realizar una cura de manera adecuada.
3. Mantener una alimentación sana y equilibrada
Fumar mientras se conduce distrae y es una causa importante de accidentes de tráfico
Las personas diabéticas, hipertensas, con el colesterol alto y, en definitiva, la población en general deben seguir con las buenas pautas de alimentación. «Se debe contar lo que se bebe, porque se suele beber más. En estos días en los que hay una tendencia a relajarse con la comida, se puede servir la comida en platos más pequeños (muchas veces «se come con los ojos») y dejar de comer antes de estar saciados, porque la sensación de satisfacción siempre se nota cinco o diez minutos después de dejar de comer. Por este motivo, conviene parar, antes de notarlo, para no sentirse empachado», dice Camarelles.
Especialistas como Jordi Salas-Salvadó, catedrático de Nutrición y Bromatología en el departamento de Bioquímica y Biotecnología de la Universitad Rovira i Virgili (Tarragona), ponen el ejemplo de la Dieta Mediterránea y de incluir alimentos vegetales como los cereales (mejor en su opción integral), hortalizas y verduras, legumbres, frutas y frutos secos, aceite de oliva, consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos y huevos y una ingesta escasa de carnes rojas y derivados.
4. Dejar de fumar: la opción más saludable
En vacaciones, muchas personas se relajan y fuman más. Pero respecto al tabaquismo no hay ninguna concesión médica: lo mejor es no fumar nada. En los desplazamientos en coche, es muy importante no hacerlo, sobre todo si hay niños y mujeres embarazadas. De hecho, en EE.UU. se han hecho campañas que advierten de que, cuando se fuma en el automóvil, los pequeños tragan más humo que los conductores. Además, hay que evitar hacerlo a la vez que se conduce, porque distrae y es una causa importante de accidentes de tráfico, igual que sucede con el uso del móvil.
Fumar se relaciona con el desarrollo de más de 25 enfermedades (entre ellas, bronquitis crónica, enfisema pulmonar y enfermedad cardiovascular) y es la causa demostrada del 30% de todos los cánceres (como pulmón, laringe y vejiga). En la actualidad, en España, el cáncer de pulmón supone el 18,4% de todos los tumores entre los hombres y el 3,2% entre las mujeres y su mortalidad supera los fallecimientos del cáncer de mama, próstata y colon juntos.
5. Protegerse de los primeros baños de sol
Depositar muchas expectativas y pensar que las vacaciones serán estupendas no se corresponde con la realidad
El buen tiempo anima a tomar los primeros baños de sol. Pero la exposición debe hacerse con moderación y de forma progresiva, sobre todo para quienes tengan la piel clara. Por eso hay que utilizar protección solar. Hay la creencia errónea de que la insolación solo se produce cuando se está en bañador en la playa o en la piscina, pero en la calle también sucede. No hay que olvidar protegerse con sombreros y camisetas al hacer turismo de ciudad o al pasear; llevar gafas de sol, puesto que ayudan a prevenir las cataratas, las lesiones de retina y el cáncer de piel alrededor de los ojos; ni tampoco el uso de protector labial con filtro solar con Factor de Protección (FPS o EPF).
6. Disfrutar del descanso de forma sana
Muchas personas ansían estas vacaciones, convencidas de que con un pequeño descanso se librarán de todo el estrés acumulado. Y es que, debido a la actual crisis económica, se han endurecido las condiciones laborales de quienes tienen la suerte de permanecer en sus empleos. Jornadas más largas, menor remuneración o exigencia para ser más competitivos, es decir, realizar el mismo trabajo o más (por reducción de plantillas) con mayor eficacia y en menos tiempo, pueden acentuar algunos problemas psicológicos que acechan a los trabajadores. Sin embargo, depositar muchas expectativas y pensar que será estupendo no se corresponde con la realidad. Aunque es un tiempo adecuado, no es conveniente pensar que será un momento de total relax o felicidad.
En los trayectos que se efectúan en Semana Santa, cabe recordar la importancia de llevar puesto el cinturón de seguridad en los automóviles y el casco, si se va en moto, para minimizar el impacto de los accidentes de tráfico, si los hubiera. Para evitarlos, es crucial respetar los límites de velocidad. Lo importante es llegar. En los viajes largos, se aconseja descansar cada dos o tres horas y media. Y, si algún ocupante se marea, es mejor sentarse en la parte delantera del vehículo y mirar hacia un punto fijo, realizar descansos periódicos y abrir la ventanilla con frecuencia para tomar aire fresco.
Y quienes se queden en su domicilio, tienen la oportunidad de revisar los peligros que encierra su hogar. Más vale prevenir que curar. Los accidentes domésticos son una causa importante de enfermedad y muerte, además de los de tráfico. Entre los incidentes más frecuentes están los ahogamientos, las quemaduras por incendios o las picaduras de insectos. Además, hay que saber aplicar primeros auxilios, como la cura de heridas o la atención a la persona que se desmaya.