Con formación y apoyo desde el principio
Si hablamos de los más pequeños de la casa, son los padres quienes sufren un mayor impacto emocional. De repente, se ven envueltos en una responsabilidad inmensa que, en muchas ocasiones, les sobrepasa, por el propio temor a hacer algo perjudicial para la salud de sus hijos, principalmente por desconocimiento.
Controlar los niveles de glucosa y suministrar la dosis de insulina adecuada forma parte de la rutina de los padres de niños con diabetes, sobre todo cuando son más pequeños y son incapaces de valerse todavía por sí mismos para gestionar su propia patología. Sin embargo, la educación y la formación que reciben desde el momento del debut de su hijo les ayuda a afrontar de modo adecuado esta etapa, siempre con el apoyo de su equipo médico.
Por su parte, los niños en general viven la patología con normalidad, si bien pueden sentirse diferentes a los demás chavales de su entorno y amigos. Por eso es importante que los padres ayuden a sus hijos a entender su diabetes y a saber que pueden desarrollar un día a día completamente normal con ella. Son los adultos quienes transmiten principalmente las emociones a los pequeños y son muy influyentes en su estado de ánimo, y por eso deben actuar como el apoyo y soporte más sólido con el que puedan contar sus hijos.
Además, los padres deben garantizar de manera progresiva la autonomía de los niños, siempre realizando una supervisión, sobre todo a edades más tempranas. Los menores deben sentirse valorados e independientes.
La parte emocional de la diabetes
A nivel general, se padezca tipo 1 o tipo 2, el debut en diabetes conlleva un gran cambio en la vida de las personas que son diagnosticadas de esta patología. Es una enfermedad crónica, con la que los pacientes convivirán durante toda su vida, por lo que es lógico que acarree un gran shock emocional cuando se produce el debut.
Una vez que las personas con diabetes reciben su diagnóstico inicial, deben iniciar un proceso de adaptación, que dura tanto como cada paciente necesite. Este proceso conforma un periodo de empezar a comprender la nueva condición y adaptar las rutinas a ella, siempre con el apoyo de familiares, sanitarios, psicólogos y asociaciones de pacientes.
Por lo que se refiere a la diabetes tipo 2, cada día son más los adultos a los que les es diagnosticada la patología. Tanto es así, que se ha convertido en la enfermedad crónica más prevalente en España y en todo el mundo. A pesar de su alto impacto, apenas cuenta con voces y rostros que den visibilidad a la patología y ocupe el lugar que realmente merece por el alto coste humano y económico que supone.
Por eso, la Federación Española de Diabetes (FEDE) está llevando a cabo la campaña “Implica2 en diabetes”, con la colaboración de Abbott, con la que invita a los usuarios de redes sociales a compartir sus experiencias en la patología a través del hashtag #Implica2DM2. Con esta iniciativa, FEDE pretende reflejar la rutina de quienes padecen diabetes tipo 2 y ofrecer testimonios sobre cómo cada uno de los pacientes rompió las barreras que se les iban presentando. Y es que contar con este tipo de apoyo es vital para que todos aquellos nuevos diagnosticados no se sientan solos y puedan hacer frente a su diabetes con la actitud adecuada.
Mucho más que asociaciones de pacientes
Las asociaciones de pacientes juegan un papel primordial en la gestión de la patología, ya que ofrecen ayuda en todo momento a los pacientes, familiares y cuidadores, además de acompañamiento e información. Por otro lado, son ellas las que luchan día tras día por los derechos de las personas con diabetes: ayudan y apoyan en todo lo relacionado con la educación diabetológica y las nuevas tecnologías para el control de la patología, y persiguen la igualdad en el acceso a puestos de la oferta pública de empleo.
Además, las asociaciones son un punto de reunión para las personas con la patología, donde se sienten en un entorno adecuado donde poder compartir sus inseguridades, sus miedos, sus experiencias y sus dudas, y donde se sienten comprendidos. De este modo, es muy recomendable acudir a ellas desde el debut.
Todo el entorno de la persona con diabetes
Por último, y no menos importante, están los familiares. Cuando se produce el debut en diabetes, no afecta tan solo a la vida de las personas que padecen la patología, sino también a todo su entorno. Todos esos padres, hijos, parejas, amigos y seres queridos son los llamados “tipo 3”, ya que, de algún modo, también viven la patología. La Federación Internacional de Diabetes (IDF) ya estimó que más de un 60 % de los acompañantes de las personas con diabetes veían afectado su ánimo por temor a que la patología de su ser querido se agravara.
Por eso el entorno de las personas con diabetes también debe servirse del apoyo que ofrecen las asociaciones y los profesionales de la salud mental. Asimismo, adoptar hábitos saludables respecto a la alimentación y al estilo de vida beneficiarán a toda la familia, tengan o no diabetes.
