Las campañas de difusión se desarrollan a partir de las ‘Recomendaciones del grupo europeo de expertos en Déficit de Alfa-1‘, un extenso documento que recoge las principales cuestiones referidas a esta condición, elaborado por iniciativa de la alianza internacional de pacientes. Con ello, como señala la Asociación Alfa-1 de España, «se pretende una acción global en Europa en apoyo del diagnóstico temprano y correcto tratamiento de las personas deficitarias, sobre todo considerando que aún hay países europeos que no autorizan el tratamiento de reposición del alfa-1 antitripsina a los pacientes con enfermedad pulmonar».
¿Qué es el déficit de alfa-1-antitripsina?
El déficit de alfa-1-antitripsina es un trastorno genético incurable que se hereda de padres a hijos y que provoca una mayor predisposición a padecer, entre otras, enfermedades respiratorias y hepáticas.
Esta condición está altamente infradiagnosticada, ya que solo el 5 % de las personas afectadas tienen un diagnóstico. Según los expertos, en España podrían estar afectadas en su tipo más grave unas 14.500 personas, mientras que en su versión más moderada podrían rondar las 175.000.
El retraso en el diagnóstico supera los siete años a nivel mundial. Casi la mitad de las personas afectadas consultan con más de tres especialistas antes de llegar a un diagnóstico que les permita tener acceso al único tratamiento existente, la infusión en sangre de la proteína alfa-1.
El alfa-1-antitripsina, un protector para nuestros pulmones
El alfa-1 antitripsina (AAT) es una proteína que se produce en el hígado y tiene como función principal proteger a nuestros pulmones del deterioro e inflamación causados por contaminantes e irritantes, como el tabaco, o las infecciones que atacan el tejido pulmonar.
En condiciones normales la AAT pasa del hígado a la sangre para ser repartida por todo el organismo. Cuando este traspaso no se lleva a cabo de modo correcto, la proteína se acumula en el hígado y sus niveles en sangre descienden, lo que puede provocar enfermedades hepáticas y pulmonares como las siguientes:
- Cirrosis, hepatitis y colestasis neonatal en el hígado.
- Bronquiectasias, enfisema, bronquitis crónica y asma no reversible en el pulmón.
- Vasculitis en los vasos sanguíneos.
- Paniculitis, enfermedad de la piel menos frecuente.
- Fibromialgia, en estudio.
¿Cuáles son las causas de este déficit?
La causa del DAAT es genética, es decir, que se transmite de padres a hijos. Para desarrollarlo es necesario que el gen encargado de la producción del alfa-1-antitripsina se herede mutado tanto del padre como de la madre. Si solo se hereda mutado de uno de los progenitores, entonces esta persona será portadora del trastorno, pero no desarrollará la deficiencia porque el gen sano compensa al anómalo.
En función de la mutación presentada en el gen, estaremos ante un déficit más o menos grave y el riesgo de padecer enfermedades respiratorias o hepáticas será diferente.
Déficits más frecuentes | Disminución de AAT | Riesgo de enfermedad hepática | Riesgo de enfisema |
MS | Muy leve | No | No |
SS | Leve | No | No |
MZ | Leve / moderada | Ligero | Ligeramente aumentado |
ZS | Moderada | Moderado | Moderado |
ZZ | Grave | Alto | Alto |
¿Cuándo podemos sospechar de un DAAT?
➡️ Recién nacidos
Los signos sugestivos del déficit de alfa-1-antitripsina pueden aparecer a los pocos días de nacer. Los más característicos en esta etapa de la vida son los siguientes:
- Ictericia: piel amarillenta.
- Heces blanquecinas.
- Hígado de tamaño aumentado.
➡️ Niños y adultos
En niños más mayores, y también en adultos, pueden aparecer enfermedades en el hígado como cirrosis o hipertensión portal.
Los problemas respiratorios originados por el DAAT son más frecuentes en adolescentes y mayores de 20 años, especialmente si son fumadores. Los síntomas y signos más comunes son estos:
- Dificultad para respirar.
- Pitos en el pecho al respirar (sibilancias).
- Tos.
- Resfriados recurrentes.
- Asma que no responde a tratamientos.
- Alergias de duración anual.
- Menor capacidad para realizar actividad física.
Camino al diagnóstico de DAAT
El DAAT es una condición infradiagnosticada, ya que los síntomas que presentan las personas afectadas son muy diversos. Además, estos signos de la enfermedad suelen ser comunes a otras patologías respiratorias más frecuentes como EPOC o asma, con los que suelen confundirse. Incluso en ocasiones, se da la ausencia total de síntomas.
El primer paso al diagnóstico del déficit de alfa-1-antitripsina es la determinación de la concentración de la proteína AAT en sangre. Si esta se encuentra disminuida, sería necesario determinar el tipo de deficiencia y conocer la composición de la proteína mediante un estudio genético.
La enfermedad pulmonar se diagnosticará mediante pruebas de función pulmonar y radiológicas, mientras que para la patología hepática será necesario realizar un análisis de sangre para determinar los valores de enzimas hepáticas, además de una ecografía de hígado.
Se recomienda que hagan estas pruebas para descartar el DAAT en personas con:
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), especialmente de tipo enfisema.
- Asma mal controlada que no responde a tratamiento.
- Bronquitis crónica.
- Bronquiectasias.
- Infecciones respiratorias frecuentes.
- Clínica de sensación de ahogo y/o tos en varios miembros de la familia.
- Enfermedad hepática, paniculitis o vasculitis de causa desconocida.
- Familiares consanguíneos diagnosticados de DAAT.
- Con disminución de las alfa globulinas en el proteinograma.
- Parejas diagnosticadas de DAAT con idea de procrear.
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Consejos para las personas afectadas por DAAT
En la actualidad, no hay cura para el DAAT, pero sí hay tratamientos que pueden disminuir las consecuencias producidas por esta condición, como el tratamiento con infusiones intravenosas periódicas de AAT que reduce la mortalidad y la progresión del enfisema asociado a DAAT.
Además de este tratamiento farmacológico, sería preciso llevar a cabo medidas no farmacológicas como las siguientes:
- Evitar el contacto con el tabaco, tanto de forma activa como pasiva, así como con otras sustancias tóxicas.
- Tratar de manera adecuada las infecciones respiratorias.
- Mantenerse activo físicamente.
- Tener un peso adecuado.
- Tomar la medicación tal cual la ha pautado el médico. En el caso de tener medicación inhalada, confirmar que se está utilizando la técnica apropiada.
- No beber alcohol.
- Evitar el uso de medicamentos sin control, ya que el consumo excesivo puede afectar al hígado.
En los casos de mayor afectación, tanto a nivel pulmonar como hepático, el trasplante puede ser el tratamiento de elección.