Una variante del gen Caspasa 8, que aparece con frecuencia en la población, protege ligeramente del riesgo de contraer cáncer de mama, según una investigación desarrollada, junto con otras entidades científicas internacionales, por científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Publicado en el último número de la revista «Nature Genetics», este trabajo demuestra por primera vez una «relación firme» entre ese mal y una variante de uno de los genes denominados de baja penetrancia o susceptibilidad para conferir cáncer, según explicó el español Javier Benítez, del CNIO. La citada variante genética del Caspasa 8 protegería al 13% de las mujeres de contraer cáncer, mientras que los niveles de reducción del riesgo de padecerlo serían del 10% aproximadamente, según se desvela en esta investigación, dirigida por la doctora Angela Cox, de la Universidad de Sheffield (Reino Unido).
Conseguir estos resultados ha sido posible gracias al trabajo del Breast Cancer Association Consortium, una entidad que integra a una veintena de grupos científicos de varios países y que ha permitido una muy amplia muestra, con 20.000 mujeres enfermas de cáncer y otras tantas libres de la enfermedad. El estudio consistió en el análisis de variantes de nueve genes de los que se sospechaba que podrían tener relación con el riesgo de desencadenar cáncer de mama. Así se comprobó que sólo en el caso de la variante de un gen, el Caspasa 8, había una vinculación «significativa» con el cáncer.
«Este gen es el primero en ser identificado con evidencias sólidas de entre una serie de genes de susceptibilidad que actualmente se desconocen, y que explicarían el mayor o menor riesgo de determinadas personas al desarrollo de un cáncer», explicó Benítez. Frente a estos genes, existen otros de «alta penetrancia», relacionados con enfermedades asociadas a un solo gen, añadió. Otros casos de la enfermedad se explican por un modelo poligénico o multifactorial, en el que el mal se asocia a varios genes, y cada uno de ellos confiere un riesgo «pequeño» de contraer la enfermedad. Son los genes de baja penetrancia, detalló el experto. Hace ya tiempo que se buscan genes de este último tipo, que pueden conferir «un poquito de susceptibilidad de conferir cáncer o protección, como es el caso de Caspasa 8», concluyó Benítez.