Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Fundación Jiménez Díaz han desarrollado una metodología que puede facilitar la búsqueda de nuevas proteínas relacionadas con la aterosclerosis, cuya presencia en sangre podría indicar un riesgo aumentado de tener un infarto. Según explicó la UAM, uno de los grandes problemas de la medicina cardiovascular es que los cuadros de los infartos de miocardio y las trombosis cerebrales se presentan con frecuencia de forma súbita y sin previo aviso.
Los métodos tradicionales que se han usado para buscar nuevos biomarcadores consisten en estudiar primero en la literatura proteínas involucradas con la aterosclerosis, para testarlas luego en estudios con humanos. Sin embargo, esta estrategia puede llevar hasta unos 10 años para cada proteína. Si se tiene en cuenta que el plasma puede albergar hasta 900.000 proteínas, esta estrategia tradicional resulta es muy lenta, «salvo que se cuente con la suerte de encontrar en los primeros intentos un buen biomarcador», señaló la UAM. Por ello, los nuevos abordajes proteómicos desarrollados por el centro universitario y la Fundación Jiménez Díaz «podrían solucionar en gran medida este problema».
El estudio llevado a cabo por estas dos instituciones, publicado en «Journal of the American College of Cardiology», muestra que si se combina la electroforesis bidimensional y la espectrometría de masas los abordajes proteómicos son capaces de rastrear muestras de tejido para buscar proteínas que estén presentes en diferente cantidad. Esto hace posible comparar tejido procedente de una persona con aterotrombosis con el de un sujeto sano, y encontrar en un solo experimento múltiples proteínas presentes en diferente cantidad en el tejido enfermo, que podrían ser testadas como posibles biomarcadores.
Esta metodología, por tanto, ahorrará una gran cantidad de tiempo en la búsqueda de biomarcadores y hará que éste y otros campos de la investigación avancen de manera mucho más rápida a partir de ahora, aseguró la UAM.