El gen siete del coronavirus de la gastroenteritis porcina transmisible contrarresta la respuesta antiviral del huésped y consigue una mayor supervivencia del hospedador, según el descubrimiento protagonizado por un equipo de investigadores del Centro Nacional de Biotecnología (CBN) del Centro Superior de investigaciones Científicas (CSIC).
Aunque nuestro sistema inmunitario tiene una serie de mecanismos para luchar contra los virus, estos tienen otros que los contrarrestan, y por tanto, aseguran la supervivencia del virus, tal como describe el investigador principal, Luis Enjuanes en la revista «PLos Pathogens». Para estudiar cómo causan enfermedades los virus, los autores trabajaron con una familia de virus que causan desde diarreas en cerdos, hasta catarros y neumonías en personas. En el genoma de estos virus se encuentran tres genes que no son esenciales para su supervivencia. El siete «puede contrarrestar la respuesta antiviral del huésped», algo que nunca antes se había descrito en este grupo de virus, según indica Enjuanes.
Disminuir los mecanismos de defensa contra el virus causa una mayor supervivencia de las células del hospedador. Las defensas detienen la replicación del virus, interfieren con su información genética y causan la muerte de la célula infectada por el virus. Los investigadores del CNB modificaron genéticamente el virus para que no tuviera este gen siete. Observaron así que la ausencia de la proteína que produce dicho gen causa un aumento en la muerte de células infectadas por el coronavirus mutado. Aunque resulte llamativo que exista un gen que haga que el virus sea menos virulento, hay que tener en cuenta que el virus necesita que la célula esté viva para poder aprovechar sus funciones y generar más virus.
La proteína siete, cuya función era desconocida hasta ahora, se une dentro de las células a uno de los factores clave en la respuesta antiviral, la llamada proteína fosfatasa 1. El grupo de Enjuanes propone que la proteína siete «reduce la enfermedad que causa el virus pero aumenta el tiempo en el que el microorganismo se disemina y contagia a otras células».