Un nuevo mecanismo de señalización celular hasta ahora desconocido puede abrir nuevas vías en la investigación y diseño de fármacos contra el cáncer, según un descubrimiento protagonizado por investigadores del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) de Barcelona.
Este nuevo sistema se concreta en el uso coordinado de dos lenguajes por parte de la célula para enviar señales precisas, lo que no sustituye al sistema ya conocido como la fosforilación, sino que es un mecanismo adicional, se detalla en el estudio, que se publica en la revista «Science Signaling». En concreto, el mecanismo se basa en la metilación de componentes de la vía RAS-ERK, una de las vías clave en numerosos procesos biológicos relevantes y, por definición, clave en la malignización de una célula, por lo que la investigación podría tener implicaciones importantes en relación al cáncer.
«Podríamos estar ante toda una nueva era del estudio de fármacos capaces de modular la respuesta biológica inducida por una vía de señalización», afirma el responsable del Laboratorio de Modelos Animales y Cáncer del VHIR y responsable del estudio, Juan Ángel Recio. De forma simplificada, en el caso del cáncer las células pierden el control y todos los mecanismos que las regulan, las ordenan y las obligan a formar parte del tejido que les corresponde, dejan de funcionar y se inmortalizan.
Este mecanismo de señalización podría dar respuesta a algunos interrogantes que las formas de señalización conocidas previamente dejaban sin explicar, ya que en ciertos casos la metilación podría ser clave a la hora de poner freno a esta proliferación sin control y, sobre todo, podría ser fundamental en reconducir a la célula hacia la diferenciación. «Cuando esto sucede, unas células tumorales podrían convertirse en un simple nódulo, por lo que este nuevo nivel de regulación desconocido podría llevar a la identificación de nuevas dianas y nuevas estrategias terapéuticas que intervendrían en un nivel en el que nunca se ha intervenido, lo que podría suponer un gran avance en la lucha contra el cáncer», explica.
Este hallazgo tiene además mucho valor biológico, ya que hay indicios de haber estado sostenido de forma inalterable en la escala evolutiva, y de haber estado presente desde el gusano más simple, para pasar por la mosca, reptiles, pequeños mamíferos, primates y hasta los humanos.