Pasamos mucho tiempo del día en nuestro puesto de trabajo; también las personas que tienen diabetes. Por eso, en los entornos laborales se debe prestar especial atención a la salud del personal y a sus posibles necesidades individuales, más todavía si tenemos en cuenta que la diabetes afecta a unos seis millones de adultos en nuestro país y que, cada año, se diagnostican 400.000 nuevos casos. En el siguiente artículo explicamos cómo puede influir esta patología en el desempeño profesional y qué medidas tomar para que quienes la padecen puedan llevar a cabo sus tareas con normalidad y no sean víctimas de la discriminación laboral.
La diabetes es una patología con la que se convive día y noche, en todos los lugares y ámbitos de la vida. Gracias a los múltiples avances médicos y tecnológicos, las personas con esta patología pueden llevar una vida por completo normalizada, siempre y cuando tengan un buen control de su enfermedad. Esto evitará que genere complicaciones que impidan desarrollar ciertas funciones y actividades cotidianas.
Los controles periódicos de los niveles de glucosa, las nuevas tecnologías que facilitan y mejoran la calidad de vida, el mantenimiento de los horarios de comidas o las técnicas para el manejo del estrés, entre otras consideraciones del tratamiento, contribuyen a que todas las personas con diabetes puedan realizar su jornada laboral sin ningún tipo de complicación.
Sin embargo, y a pesar de que pueden llevar a cabo cualquier tipo de trabajo, algunos puestos sí que pueden condicionar a la persona con diabetes a la hora de su desempeño, sobre todo por temas de horarios y rutinas. De ahí la importancia de la comunicación con la empresa para informar de que se tiene diabetes y, en este sentido, ajustar la jornada a unos tiempos flexibles que permitan hacer compatible la patología con el óptimo desarrollo de las funciones laborales del puesto en cuestión.
Imagen: Steve Buissinne
Diabetes: cómo prevenir sus complicaciones
Una de las herramientas fundamentales que más influyen en el manejo de la diabetes es la educación diabetológica. Está comprobado que, con una formación en diabetes adecuada y continuada en el tiempo, las personas que la padecen pueden desarrollar su rutina como cualquier otra. Sin embargo, cuando no se ha recibido, los problemas y las complicaciones pueden interferir en el desarrollo de muchos aspectos del día a día, incluido el laboral.
Una escasa formación en diabetes puede desencadenar en complicaciones propias de esta patología como el pie diabético, los problemas visuales o la neuropatía diabética. La prevención es clave para evitarlas porque, si se desarrollan, las personas con esta patología de base pueden verse directamente afectadas y limitadas parcialmente de sus capacidades, además de que, en algunas ocasiones, pueden agravarse por la exposición a riesgos laborales.
Las personas afectadas por pie diabético pueden correr el riesgo de agravar su condición si tienen determinados puestos de trabajo o, en el caso de desarrollar enfermedades visuales, podrían tener dificultades para cumplir sus funciones. En dichos supuestos, cuando hay riesgo de sufrir un accidente laboral como consecuencia de una enfermedad o, incluso, de aumentar sus complicaciones, la persona puede ser incapacitada laboralmente.
También pueden darse casos en los que la diabetes afecte indirectamente, como las bajas laborales o las excedencias para cuidar de los hijos menores que han debutado en diabetes tipo 1 y que necesitan una continua atención para controlar sus niveles de glucosa y evitar hipoglucemias.
Controlar la diabetes y su avance en el trabajo
La persona con diabetes debe tener en cuenta una serie de consideraciones en el ambiente laboral para poder desarrollar su rutina diaria de trabajo con normalidad:
- Control de las comidas y de la glucosa. Para evitar el riesgo de sufrir una descompensación de la glucosa y, como consecuencia, una hipoglucemia, se tienen que realizar las comidas necesarias, no alterar los horarios y hacerse las mediciones continuas.
- Comunicar al resto de sus compañeros su condición. Si el resto de las personas de la empresa son conocedoras de la diabetes de otra, podrán actuar con rapidez ante cualquier complicación de la patología en el puesto de trabajo.
- Seguimiento del tratamiento farmacológico. La compañía debe facilitar que el empleado con diabetes pueda realizar descansos y paradas para tomarse su medicación o inyectarse la insulina, facilitando así la adaptación y la adherencia al tratamiento.
A su vez, la empresa también tiene que desempeñar un papel importante dentro de la corresponsabilidad a la hora del control de la diabetes tipo 1 y de la prevención de la diabetes tipo 2. Puede tomar medidas como las siguientes:
- Oferta de alimentación saludable. Es importante que las compañías fomenten el estilo de vida sana, eliminando los alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares de sus comedores y máquinas de vending y sustituyéndolos, por ejemplo, por fruta y platos saludables.
- Fomento de las actividades físicas. En la medida de lo posible, favorecer el ejercicio durante las jornadas laborales puede ser muy beneficioso para los empleados. Se pueden organizar caminatas o eventos deportivos fuera del trabajo.
- Actividades de educación sanitaria. Las charlas educativas impartidas por profesionales sobre estilos de vida saludables pueden ser una buena medida de prevención para que los trabajadores resuelvan sus dudas sobre alimentación y otros asuntos.
Evitar la discriminación laboral
Cuando hablamos de diabetes en el puesto de trabajo no se puede olvidar la cuestión de la discriminación laboral en el acceso a determinados puestos de empleo públicos. Porque, a pesar de que a nivel nacional se hayan actualizado los cuadros médicos de exclusión en oposiciones como Policía Nacional o Ayudantes de Instituciones Penitenciarias, a nivel autonómico y local queda mucho por hacer, puesto que este paso no se ha dado todavía.
Durante este 2020, la Federación Española de Diabetes (FEDE) y sus federaciones y asociaciones miembro, por lo tanto, tienen el reto de conseguir que las personas con diabetes puedan acceder también a plazas públicas en sus comunidades autónomas y municipios, un objetivo en el que ya se está trabajando de forma activa.