Miembros de la Universidad holandesa de Leiden han trasladado el ovario de una paciente con cáncer de útero a su brazo para que éste no se dañe durante el tratamiento oncológico y poder así tener hijos más adelante, según ha publicado la revista «Cáncer».
De esta forma se prescinde de la congelación del ovario para su posterior implantación. En su lugar se desplazan por completo el ovario y sus vasos sanguíneos y se conectan a los vasos sanguíneos del brazo para mantener el riego.
A pesar de que la paciente no se ha quedado embarazada por el momento, los médicos que han realizado la intervención confían en que pueda convertirse en madre sin problemas. Con anterioridad, en septiembre, nació en Bélgica el primer bebé concebido tras un autotrasplante de ovario.