Dolores Puentes Parras, psicóloga

Es un servicio que se ofrece a personas que necesitan apoyo, orientación o terapia psicológica con la comodidad de que no tienen que desplazarse. Es muy útil para quienes no disponen de tiempo para ir a una consulta.

Hay de todo. Se tiende a pensar que las mujeres lo utilizan mucho pero, aunque parezca increíble, los hombres reclaman mucho más este tipo de ayuda.

Si, así tienen salvaguardada su identidad. El hecho de no estar presentes les confiere anonimato y se abren más.

Es exactamente lo mismo.

Se detectan y evalúan los problemas que tienen los clientes y se establecen determinadas consultas semanales o quincenales, que se van llevando a cabo exactamente igual que en la psicoterapia en la consulta. Todo el equipo de asistencial está formado por psicólogos, y aplicamos las mismas técnicas que utilizamos en nuestra consulta diaria.

En general, continúan con la psicoterapia telefónica ya que el resultado es el mismo que el de la terapia en consulta. Sin embargo, si es necesario, se derivan a una consulta presencial. Por ejemplo, si recibimos personas con problemas de violencia de género o familiares los enviamos a centros que dispongan de recursos adecuados para poder atenderlas.

Este método no es apropiado para niños porque necesitan “ver” para ubicarse en tiempo y espacio

Sí, sí que siguen, aunque depende mucho de las habilidades del terapeuta, de que se establezca una buena comunicación y relación con el psicólogo, de la misma manera que en la psicoterapia presencial. No obstante, siempre hay algún paciente que no termina y a las dos o tres sesiones abandona.

En efecto, en los niños no es conveniente.

Porque los niños precisan de una atención diferente. Hay que tener en cuenta una serie de componentes que hacen más complicado su tratamiento, necesitan “ver” para ubicarse en espacio y tiempo: lo que no ven, no existe. Alguien hablando por teléfono es, para ellos, sólo una voz.

Si, los datos que disponemos así lo confirman. Llegan muchas personas con miedo de que identifiquen personalmente su patología y, entre ellos, muchos hombres, que normalmente son más reacios a este tipo de tratamientos.

A nuestra consulta telefónica llegan personas de distintos niveles sociales, porque lo que prima es la comodidad de este servicio, ya que evita los desplazamientos y permite realizar la consulta a cualquier hora del día. En ocasiones acuden individuos que viven en grandes ciudades y que aprovechan un rato al mediodía y llaman. Son personas que no pueden estar pendiente de un traslado o de un horario de consulta establecido.

Varía según la necesidad de cada persona. Puede ser de media hora -depende del tipo de consulta- o de una hora como máximo. Más de una hora no es aconsejable, para evitar la sobrecarga emocional, y menos de media hora tampoco se recomienda. Pero siempre depende de la necesidad de cada paciente.

Ambas. Llaman muchas personas con cuadros de ansiedad y preocupación. Hay muchas consultas que no son tales, sino que son sugerencias, de orientación, asesoramiento o apoyo, por ejemplo, de unos padres que están preocupados por su hijo o que tienen problemas con la pareja y quieren saber qué hacer en esta situación.

Sí que se dan muchas más llamadas a partir de las diez de la noche, ya que la gente llega de trabajar y puede llamar desde casa con mayor tranquilidad. Y también al mediodía aprovechando el descanso para comer.

Insistiría en que tiene las mismas garantías que la psicoterapia clásica. Es una forma distinta de psicoterapia, pero tan efectiva como la presencial, puesto que los psicólogos utilizan las mismas técnicas para yudar a quienes lo necesitan. Además, cuenta con la ventaja añadida de que quienes acuden a ella conservan el anonimato.