España es el país con más donantes de la Unión Europea, doblamos la media. En 2021 la tasa de donación fue de 40,2 por millón de habitantes, una cifra ligeramente inferior a la de 2020 debido al parón ocasionado por la pandemia. A pesar de esta excelente ratio, aún queda por hacer: son muchas las vidas que dependen de que llegue un trasplante a tiempo.
Las donaciones de órganos y tejidos, además de proceder de un donante fallecido, pueden ser de una persona viva. La sangre es el tejido más donado, junto con la médula ósea. El trasplante de médula ósea es la única esperanza de muchos pacientes de leucemia. También lo es para los afectados por otras enfermedades hematológicas.
La donación de médula ósea en España es voluntaria y altruista. Se rige por el principio de solidaridad internacional. Cualquier persona inscrita como donante de médula ósea puede donar a cualquier persona del mundo que lo necesite.
Según los últimos datos del Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO), en agosto de 2021 los donantes disponibles en España eran casi 450.000. El Registro Mundial de Donantes de Médula Ósea, que conforma la suma de todos los registros nacionales, contaba con más de 39 millones de donantes, incluyendo las unidades de sangre procedentes de los cordones umbilicales.
¿Qué es la médula ósea?
La médula ósea es un tejido esponjoso que se encuentra dentro de algunos huesos del cuerpo, como las crestas iliacas (la cadera), el esternón o el cráneo. Se compone de médula roja (también llamada tejido mieloide) y médula amarilla, que contiene grasa y tejido conjuntivo.
La médula ósea roja contiene células madre sanguíneas (denominadas progenitores hematopoyéticos) capaces de producir todas las células de la sangre —glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas— imprescindibles para la vida y el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Donar médula ósea: ¿cuáles son los requisitos?
Puede donar médula cualquier persona de entre 18 y 60 años, si bien se requieren donantes menores de 35 años porque los resultados clínicos en los pacientes que se trasplantan son mejores.
💡 Es importante tener en cuenta que la médula ósea se regenera por completo después de realizar una donación, por lo que podremos ser llamados en distintas ocasiones si fuésemos compatibles con más pacientes. No obstante, desde la Fundación Josep Carrera-REDMO indican que si los receptores son susceptibles de requerir un nuevo trasplante de médula, el donante quedará “reservado” durante un plazo de tiempo. En cualquier caso, recuerdan que, en el caso de que el donante tuviese algún familiar que necesitase su médula, éste podría donarla sin ningún problema, independientemente de que haya hecho donaciones previas.
⚠️ La donación está contraindicada si la persona padece estas enfermedades:
- Hipertensión arterial no controlada.
- Diabetes mellitus insulinodependiente.
- Enfermedad cardiovascular, pulmonar, hepática, hematológica u otra patología que suponga un riesgo sobreañadido de complicaciones durante la donación.
- Enfermedad tumoral maligna, hematológica o autoinmune que suponga riesgo de transmisión para el receptor.
- Infección por virus de la hepatitis B o C, virus de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o por otros agentes potencialmente contagiosos.
- Algún factor de riesgo de SIDA.
- Haber sido dado de baja definitiva como donante de sangre.
- Antecedentes de enfermedad inflamatoria ocular o fibromialgia.
- Antecedentes o factores de riesgo de trombosis venosa profunda o embolismo pulmonar.
- Recibir tratamiento con litio.
- Recuentos de plaquetas inferiores a 120.000 ml.
Donar médula ósea, ¿duele?
¿Cómo se extrae la médula ósea? Únicamente en el caso de encontrar un receptor compatible se llamará al donante. La extracción puede hacerse de dos maneras:
🔸 Donación por citoaféresis o de sangre periférica
Es un procedimiento completamente seguro para el donante. Cuatro o cinco días antes recibe, por vía subcutánea, unos agentes llamados “factores de crecimiento hemopoyético” (G-CSF) con el objetivo de que las células madre almacenadas en la médula ósea afloren al torrente sanguíneo.
La donación se realiza en el hospital más cercano al domicilio de forma ambulatoria mediante un proceso llamado aféresis, en el que se utiliza un separador celular que extrae la sangre de una vena (como en una donación de sangre) y la devuelve al organismo tras recoger las células necesarias para el trasplante. El procedimiento dura entre las tres y cuatro horas.
Apenas tiene efectos secundarios: tan solo pueden ocasionar un leve dolor muscular u óseo y pequeños síntomas de gripe, como calambres y hormigueo.
🔸 Extracción de médula ósea
En la actualidad, solo se realiza esta técnica en el 20 % de los casos. Consiste en la extracción de sangre de las crestas ilíacas mediante unas punciones y una aspiración posterior. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general o epidural, dura entre dos y tres horas y requiere ingreso hospitalario de 24/48 horas. Un ligero dolor o molestia en la zona de la punción suele ser el efecto secundario más habitual.
¿Dónde hacerse donante de médula?
- El primer paso para hacerse donante es informarse a través de un organismo oficial, como la Fundación Josep Carreras-REDMO.
- Después, hay que contactar con el centro de referencia más cercano a la localidad de residencia (puedes consultarlos aquí) para concertar una cita.
- En el centro se explica en qué consiste la donación de médula; si la persona está dispuesta, tendrá que firmar un consentimiento y un impreso de registro.
- Y, por último, solo queda realizar un análisis de sangre para determinar la compatibilidad con un posible receptor. Con esta prueba se ingresa de manera oficial en el banco de donantes de médula ósea.
¿Por qué es importante ser donante?
El trasplante de médula ósea es el único tratamiento efectivo en diversos tipos de leucemia: cada año son diagnosticadas de esta enfermedad en España entre 4.500 y 5.000 personas. El linfoma (cáncer del sistema linfático), el síndrome mielodisplásico (trastornos derivados de la presencia glóbulos sanguíneos mal formados o disfuncionales), la aplasia medular (insuficiencia en la médula) y las anomalías eritrocitarias, las alteraciones plasmáticas y las inmunodeficiencias congénitas son otras de las patologías que se benefician de los trasplantes de médula ósea.
Para que el trasplante sea exitoso debe existir compatibilidad HLA (del inglés Human Leukocyte Antigen, antígenos leucocitarios humanos) entre el donante de las células madre y su receptor. La compatibilidad es más probable entre parientes cercanos, especialmente si son hermanos. Sin embargo, solo un 25 % de los pacientes tienen un familiar compatible. Cuando no existen concordancias, hay que buscar un donante.