Navidad es sinónimo de reuniones familiares, de excesos en comer y beber que, si no se está alerta, acaban pasando factura. Y es que cuesta no caer en la tentación ante los platos y los dulces típicos de estos días. El ajetreo, tan tradicional en estas jornadas, ayuda a deponer la práctica de actividad física acostumbrada. Pero no todo es ir al centro deportivo. Conscientes de la falta de tiempo, habitual en estas fechas, la mejor recomendación es moverse lo máximo posible aprovechando la actividad diaria. En este artículo se aportan algunas ideas sobre cómo hacerlo.
Comer y beber en exceso, tan frecuente durante las fiestas navideñas, puede acarrear un disgusto posterior: el aumento de peso. Y es que, según diversas estimaciones, los españoles suben de media de 500 gramos a dos kilos, aunque solo sea de Nochebuena al día de Reyes. Con tanto turrón, mazapanes y chocolates, sin olvidar los aperitivos ni los platos típicos de estas celebraciones, es muy complicado resistir la tentación.
Involucrar a toda la familia con iniciativas divertidas y de juego ayuda a que la actividad física se convierta en una costumbre saludable
El truco para evitarse los kilos de más está, junto a ser cuidadoso durante los banquetes y compensar con una dieta más ligera los días sin celebraciones, en no olvidar el ejercicio físico, que ayudará a quemar las calorías de más. Pero a veces, entre tanta compra, preparaciones y comilonas, lo complicado es acudir al gimnasio o seguir los entrenamientos como se hace el resto del año. Entonces, ¿cómo hacerlo? La respuesta es fácil: basta con aumentar el nivel de actividad e incorporarla al quehacer navideño.
En Navidad, ¡muévete!
Aunque lo más recomendable es no abandonar por completo la actividad física habitual, lo importante para reducir los efectos que tiene en la salud y en la figura es no ceder ante la inactividad durante estos días. Unas pautas sencillas que se pueden incorporar con facilidad a la actividad diaria ayudan a conseguir este objetivo:
- Estiramientos matutinos. Solo 10 minutos de estiramientos, con ejercicios de yoga o del método Pilates, bastan para activar los músculos y evitar perder la elasticidad.
- Aprovechar las tareas de casa. Limpiar la vivienda a fondo, pasar el aspirador, barrer y quitar el polvo, además de subir y bajar escaleras para colocar los adornos navideños en lo más alto, pintar las paredes o lavar el coche a mano ayudan a mantenerse activo. Pero no tiene por qué ser un fastidio: incluso los más pequeños pueden echar una mano, cada uno según su capacidad. Además, si se le añade un poco de música puede convertirse en un rato divertido. También el trabajo de jardinería resulta una buena opción, pues una forma de activarse es quitar malezas, recoger hojas o cavar, entre otras.
- Pasear al perro tres o cuatro veces al día, sin olvidar hacerlo después de cenar. Y, si hay tiempo, aumentar la distancia, que además de velar por la salud, pondrá muy contenta a la mascota.
- Andar mientras se realizan las compras navideñas. Dejar el coche en el garaje o aparcado lejos de la zona escogida e ir andando o bajarse del transporte público un par de estaciones antes, además de ser un guiño a la salud, se evita congestión de tráfico, las colas y la molestia de buscar o pagar aparcamiento.
- Optar siempre por las escaleras. Subir y bajar escaleras de casa, del trabajo, del centro comercial… al final se convierte en una saludable (y barata) rutina que ayuda a mantenerse en forma.
- Andar mientras se llama por teléfono. Sacar rendimiento a los ratos que se conversa por el móvil para levantarse de la silla o el sofá.
- Realizar actividades en familia. Aprovechar las vacaciones de los niños para compartir espacio y tiempo de ocio: llevarlos al parque o al monte, a saltar a la comba, hacer un partido de fútbol o de voleibol, patinar, hacer un paseo en bici, pasear por la ciudad para disfrutar del ambiente navideño que inunda las calles… son solo algunas de las opciones posibles y económicas. Además, involucrar a toda la familia con iniciativas divertidas y de juego ayuda a que estos encuentros se conviertan en una costumbre saludable y mejora el apego entre sus miembros.
- Bailar, solo o en compañía del resto de la familia o amigos, es una elección, a la par que divertida, muy saludable, ya que produce una sensación de satisfacción y alegría.
- Tertulias activas. Es habitual que las comidas tradicionales de estos días se alarguen (acompañado del picoteo de dulces tradicionales). Una buena opción es salir a la calle y hablar mientras se pasea al aire libre.
- Cambiar la siesta por el paseo ayuda a activar la circulación, quemar las calorías de más y a propiciar un descanso nocturno más reparador. Hay que tener en cuenta que los excesos en comida y bebida y trasnochar estos días pueden pasar factura en el momento de dormir.
- Ser activo en el trabajo. Para quienes trabajan estos días, no hay excusa posible. Se puede incrementar el nivel de actividad yendo y regresando del trabajo a pie, hacer pausas activas y estiramientos para liberar la mente y los músculos, subir y bajar las escaleras o buscar algún compañero para pasear después de la comida. Es muy buena opción tener a mano unas zapatillas de deporte para cuidar la salud de los pies.
- Acabar el día de igual manera a como se ha empezado. Diez minutos de estiramientos suaves, sobre todo en los grupos musculares donde se note más sobrecarga, ayudan a relajarse y conciliar antes el sueño.
Ya nadie duda de la necesidad de realizar ejercicio físico como mínimo 30 minutos al día y tres veces a la semana, adecuándolo a la edad, estado de salud y condición física. Para expertos como José Miguel del Castillo Molina, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, hay unos ejercicios indispensables que ayudan a ponerse en forma sin salir de casa. Para ello debe realizarse un programa de ejercicios que entrene todos los músculos del organismo (espalda, pecho, hombros, abdomen y brazos, abdominales, piernas, muslos y glúteos) sin olvidar los estiramientos previos y al finalizar, ni tampoco el ejercicio cardiovascular.