El transporte de un agente nocivo a través de los vientos se ha conseguido asociar por primera vez con el síndrome de Kawasaki, primera causa de enfermedad cardiovascular adquirida en niños y cuyo origen todavía se desconoce. En el trabajo han participado investigadores del Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3), en colaboración con otros centros de Estados Unidos y Japón.
El síndrome de Kawasaki se diagnosticó por primera vez en Japón en 1960 y, según se ha comprobado, tiene variaciones estacionales en el número de afectados a lo largo del año. Por ello, los científicos del IC3 trataron de asociar los grandes brotes de la enfermedad en Japón con el movimiento de las masas de aire, lo que les permitió también explicar toda la dinámica epidemiológica de la enfermedad en Hawai y de la costa Oeste de Estados Unidos.
La «dificultad» que comporta el estudio de la dinámica de los vientos asociada a movimientos de las masas de aire y la circulación a gran escala puede estar en la base de la explicación de por qué no se había identificado hasta ahora el mecanismo propagador del agente causante de la enfermedad, explican los autores en un estudio publicado en «Nature Scientific Reports».
Los científicos detectaron que la incidencia de Kawasaki aumenta en Japón en invierno, cuando el potente anticiclón situado sobre el centro de Siberia y la baja presión de las Aleutianas envían el aire desde el centro y el este del continente. En paralelo a esta situación atmosférica, se abre una conexión o puente atmosférico que dura solo unos tres meses, entre Asia y Norteamérica, lo que permite el transporte del agente por las fuertes corrientes de aire que se dan al otro lado de la troposfera. El trabajo ha mostrado también cómo existe una total sincronía en la evolución estacional de la enfermedad en Japón y en Estados Unidos, que reproduce de manera sorprendente los cambios de patrones de vientos.
En paralelo a este estudio, se investiga la identidad del posible agente causante de la enfermedad, que podría ir desde virus, bacterias u hongos hasta otros agentes inertes como contaminantes y otras partículas potencialmente transportables por el aire.