La enfermedad de Alzheimer afecta en la actualidad en España a entre 650.000 y 800.000 personas, según datos hechos públicos en las jornadas «¿A dónde va la investigación de Alzheimer? «, organizadas por la Fundación Alzheimer España con motivo del Año Internacional de la enfermedad. Sin embargo, tanto su diagnóstico como su tratamiento son todavía muy limitados, ya que se desconoce el origen de esta patología neurodegenerativa. De hecho, hasta dentro de 10 años no se espera una terapia curativa para esta enfermedad.
Los tratamientos actuales solo combaten los síntomas «pero no el origen» de la enfermedad y, según aseguró la presidenta de Fundación Alzheimer, Micheline Selmes, en ocasiones se informa de nuevas terapias «con demasiada premura» que provocan «falsas esperanzas» en los pacientes y sus familiares, que están «expectantes por un tratamiento que nunca llega». Actualmente varios fármacos en desarrollo podrían mejorar el pronóstico de la enfermedad aunque, como reconoció el director de Cultura Científica en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, José Antonio López Guerrero, «todavía son investigaciones que no se han trasladado a la clínica».
López Guerrero destacó una vacuna terapéutica todavía experimental que actúa contra uno de los marcadores principales de la enfermedad, las placas amiloides, hasta evitar su aparición e incluso facilitar la eliminación de las mismas. «Esta vacuna preventiva está muy desarrollada», aseguró el director de Cultura Científica del Severo Ochoa, hasta el punto de que «en cinco o seis años podría utilizarse, a no ser que en las últimas fases de investigación clínica dé algún problema». «Ya hubo mucha polémica con otra vacuna que tuvo muy buen efecto en ratones pero, al pasar a la fase clínica en humanos, dio muchos problemas y hubo pacientes que desarrollaron encefalitis importantes», recordó.
Del mismo modo, hay otras vías de investigación centradas en la fosforilación de la proteína TAU, los ovillos neurofibrilares, que también pueden ofrecer buenos resultados a largo plazo, apuntaron los participantes en las jornadas. Sin embargo, otros tratamientos, como las terapias celulares, han demostrado no ofrecer «ningún avance» en el tratamiento del Alzheimer, señalaron.