Los afectados en España por asma de control difícil, una enfermedad que no responde adecuadamente al tratamiento, se sitúan entre 200.000 y 500.000 personas. En la actualidad se investiga la utilización de corticoides inhalados que administran un tamaño de partícula extrafina y que podría proporcionar efectos beneficiosos para estos pacientes, al desinflamar mejor los bronquios más distales debido a que estas partículas alcanzan mejor dicha zona.
Lo ha puesto así de manifiesto el director del Servicio de Neumología del Hospital de Sant Pau de Barcelona y director del Programa de Investigación Integrada de ASMA en la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Vicente Plaza, en el marco de la Jornada Aire de Debate y del III Taller de Espirometría y Terapia Inhalada que se celebra estos días en Madrid con motivo del 45 Congreso Nacional de la SEPAR, que cuenta con la colaboración de Chiesi. Esta enfermedad es más común en adultos que en niños aunque, según ha explicado Plaza, no existe un perfil «claro» de paciente. Sin embargo, ha apostillado, sí hay algunas variantes que la hacen «más frecuente» como, por ejemplo, en personas con intolerancia al ácido acetilsalicílico.
Los profesionales reunidos en ambos talleres han debatido también sobre la importancia de adiestrar al paciente antes de que comience su tratamiento con el inhalador. Y es que en España, aunque existen excepciones, los médicos que los prescriben muchas veces no conocen bien cómo funcionan. «Se trata de un tema complejo porque no se puede hacer una prescripción de un inhalador si no se acompaña de un adiestramiento correcto y, por desgracia, tanto en España como fuera de ella esto no se produce», ha apuntado Plaza, que ha destacado la importancia de celebrar encuentros como estos para ayudar a paliar el desconocimiento de los profesionales.
Además, cinco millones de españoles padecen asma y un 10% de los varones mayores de 40 años presenta la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). «Si se sabe el perfil de los pacientes con EPOC, todos los varones fumadores y mayores de 40 años deberían realizarse una espirometría, pero hoy en día no se hace», ha aclarado. Y es que, el asma y la EPOC son las principales enfermedades respiratorias obstructivas y la manera de diagnosticarlas es a través de la espirometría, considerada la base de la neumología. «En el mundo de la Atención Primaria es bastante común encontrar a profesionales que todavía no tienen una buena formación en la ejecución e interpretación de las espirometrías, lo que trae consigo una mayor complicación a la hora de manejar a pacientes con estos problemas», ha comentado Plaza. No obstante, a su juicio, su papel es «muy importante» porque están más cerca de la persona sana o con riesgo de enfermar y, a través de ellos, se podrían prevenir, identificar, diagnosticar y tratar el asma y la EPOC de forma «precoz».
Por ello, y si se tiene en cuenta que la espirometría sirve para diagnosticar estas enfermedades, es «vital» que desde Atención Primaria se sepa manejar. Concretamente, la técnica consiste en soplar a través de un tubo que está conectado a un sistema inteligente, y según la fuerza con la que se sopla dentro del aparato se puede determinar si hay una merma o no de la capacidad del flujo aéreo. «La gente con problemas obstructivos necesita más tiempo para vaciar todos los pulmones», ha concluido Plaza.