Las personas diabéticas contarán en 2010 con una nueva herramienta que permitirá mantener la enfermedad bajo control. Se trata de un biosensor de glucosa subcutáneo ultrasensible que se implantará bajo la piel para conocer los niveles de azúcar cada 10 ó 15 minutos. Un equipo del Centro Sociológico de Investigaciones Científicas (CSIC) desarrolla en la actualidad este microchip.
Los científicos explicaron que este pequeño dispositivo, que estará disponible tras las correspondientes pruebas subcutáneas, trasmitirá los datos al teléfono móvil del paciente, a cualquier otro aparato conectado a Internet o al centro sanitario donde se archive su historia clínica. Si se detectara cualquier problema, el propio biosensor se encargaría de indicar al enfermo las acciones oportunas, como ingerir alimentos o inyectarse la dosis de insulina adecuada.
Integrada dentro de un proyecto internacional, esta investigación se desarrolla en la recién ampliada Sala Blanca del Instituto de Microelectrónica, un recinto con atmósfera controlada para crear sensores químicos y biológicos a escala micro y nanométrica, como módulos microchip y dispositivos ópticos. Estos trabajos requieren extremas condiciones de estabilidad y pureza del ambiente, ya que sus resultados deben tener la máxima fiabilidad de cara a la aplicación industrial. La sala, en la que el Ministerio Ciencia y Tecnología ha invertido 23 millones de euros desde 2005, cuenta con un equipo fijo de 33 personas.