«Para salvar vidas: hospitales seguros en las situaciones de emergencia» es el lema elegido este año para celebrar el Día Mundial de la Salud. Con esta jornada se conmemora la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tal día como hoy del año 1948.
Este año se quiere llamar la atención sobre la importancia de la seguridad de los establecimientos de salud y la preparación del personal sanitario que atiende a los afectados por situaciones de emergencia. «Los centros de salud y el personal sanitario, de vital importancia para la población vulnerable en caso de desastre, son fundamentales para tratar lesiones, prevenir enfermedades y atender las necesidades sanitarias de la población», afirma la OMS.
El personal, los edificios y los servicios de salud suelen figurar entre las víctimas en las situaciones de emergencia, los desastres y otras crisis
Y es que el personal, los edificios y los servicios de salud suelen figurar entre las víctimas en las situaciones de emergencia, los desastres y otras crisis, con lo que las poblaciones afectadas se ven privadas de servicios cruciales. «El tema pone de relieve la importancia de garantizar que los centros de salud tengan la solidez necesaria para resistir esos peligros y estén preparados para, superados estos, seguir funcionando y atender a las personas directamente afectadas y a otras de comunidades cercanas», apunta la agencia sanitaria.
Los hospitales cubren las necesidades diarias que deben seguir atendiéndose en situaciones de emergencia, tales como, por ejemplo, los servicios de tocología, inmunización y atención de las enfermedades crónicas, y por ello son esenciales para la atención primaria. «Sin embargo, los sistemas de salud que se encuentran en situación precaria a menudo no son capaces de seguir desempeñando su labor durante un desastre, lo que tiene consecuencias inmediatas y futuras para la salud pública», advierte la OMS.
Planificación y simulacros
Algunos países han llegado a perder hasta el 50% de la capacidad hospitalaria por terremotos o inundaciones
Margaret Chan, directora de la organización, explica que «en las situaciones de emergencia de grandes proporciones, como las provocadas por terremotos o inundaciones, algunos países han llegado a perder hasta el 50% de la capacidad hospitalaria, justo cuando más se necesitan los servicios capaces de salvar vidas». «Cuando un hospital se derrumba o sus funciones quedan interrumpidas abruptamente, las vidas que dependen de la atención de emergencia pueden perderse», añade.
Para hacer que los centros sanitarios sean seguros en este tipo de situaciones, la OMS dice que, además de un emplazamiento óptimo y una construcción resistente, es fundamental una planificación adecuada y la realización previa de simulacros de emergencias.
«Las medidas de eficacia comprobada que pueden aplicarse van desde la puesta en marcha de sistemas de alerta anticipada y las sencillas evaluaciones de seguridad hospitalaria, a la protección de los equipos y los suministros, la preparación del personal para gestionar una cantidad masiva de víctimas o la adopción de medidas para luchar contra las infecciones», comenta Chang, que recuerda que el número de emergencias y catástrofes está aumentando en todo el mundo y esta tendencia «continuará a medida que los procesos de urbanización provoquen hacinamientos de población en lugares no seguros y el cambio climático haga que aumente la frecuencia de los fenómenos climáticos extremos».
Con unas inversiones relativamente modestas se podrían salvar muchas vidas en caso de desastre. Algunos países ya han adoptado medidas para mejorar la seguridad de los establecimientos de salud y la preparación y respuesta a las emergencias.
Así, en países proclives a los terremotos, como Japón, Pakistán y Perú, se han construido hospitales aplicando normas de seguridad que, mediante un pequeño costo adicional, permiten soportar los movimientos de tierra.
En México se ha aplicado un Índice de Seguridad Hospitalaria a más de 200 centros sanitarios, de modo que las autoridades pueden determinar cuáles son seguros y cuáles necesitan mejoras.
Por su parte, Bangladesh, que periódicamente sufre los azotes de ciclones, ha invertido en la construcción de establecimientos seguros para la prestación de servios de salud, educativos y de otro tipo, que proporcionan refugio y protección a las comunidades. A prueba de inundaciones, han permitido salvar miles de vidas, por ejemplo cuando el ciclón “Sidr” arrasó el país en noviembre de 2007.