El Hospital Carlos Haya de Málaga dispone de un nuevo tratamiento que ofrece una oportunidad de mejoría a pacientes hepáticos agudos y crónicos que están ingresados en estado grave. La técnica consiste en recibir unas sesiones de hemodiálisis que desintoxican el hígado enfermo y, si no surgen complicaciones, mejoran el estado del paciente hasta que recibe el trasplante hepático que precisa.
Esta terapia no cura, pero ofrece una alternativa en tanto el enfermo es trasplantado -en los casos de enfermedad hepática crónica- o se produce una regeneración del propio hígado, cuando hay un fallo agudo producido, por ejemplo, por una hepatitis fulminante o una intoxicación producida por comer setas.
El tratamiento, que ya lo han recibido 27 pacientes, lo aplican de forma coordinada los servicios de Medicina Intensiva y del Aparato Digestivo del Carlos Haya. Este método, denominado sistema MARS de diálisis con albúmina, consiste en un dializador en el que se intercala un circuito adicional por el que circula una determinada cantidad de albúmina (una proteína que facilita la extracción de muchas partículas de la sangre del paciente) y permite la depuración del hígado enfermo.
«Aunque este método no cura la dolencia ni es capaz en la mayor parte de las ocasiones de subsanar el daño, puede frenar el deterioro del paciente y estabilizarlo», explicó Manuel Herrera, médico intensivista de la UCI del Carlos Haya. Otra ventaja es que el tratamiento mejora el estado del paciente y «le permite esperar con mayores garantías la llegada del hígado que necesita que le trasplanten», añadió el jefe clínico del servicio de digestivo, José María Moreno.
A pesar de estos beneficios, ambos especialistas indicaron que sólo un grupo específico y seleccionado se beneficia de este tipo de hemodiálisis hepática. «No queremos crear falsas expectativas. El tratamiento no está pensado para todos los enfermos hepáticos, pero es cierto que supone una mayor posibilidad de recuperación para quienes lo reciben», apostilló el doctor Moreno.