El humo procedente de la combustión espontánea del cigarrillo resulta más dañino que el que expelen por su boca los fumadores, ya que en el primer caso se lanzan al ambiente la mayor parte de las sustancias tóxicas del tabaco, según señalaron por medio de un comunicado expertos del Comité de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Alrededor del 80% de la contaminación ambiental por humo de tabaco se origina durante la combustión espontánea, aseguraron los expertos. De este modo, la diferencia esencial entre la combustión espontánea y la exhalación por parte del fumador resulta principalmente de tipo cuantitativo, apuntaron.
Asimismo, teniendo en cuenta que se trata de una combustión incompleta, el tamaño de las partículas generadas en la combustión espontánea es menor, por lo que su penetración hasta zonas más dístales del pulmón es todavía más fácil, según explicaron los neumólogos.