La exposición al humo del tabaco, tanto como fumador activo como pasivo, aumenta la posibilidad de que los adolescentes desarrollen un cuadro clínico llamado síndrome metabólico, que favorece la aparición de diabetes y problemas cardiovasculares. Una investigación que publica la revista especializada estadounidense «Circulation» revela que las cifras de presión arterial, lípidos, glucosa en sangre y obesidad abdominal se disparan como consecuencia del consumo de tabaco en la adolescencia.
Este estudio, realizado por un equipo de especialistas de la Universidad de Rochester, en Nueva York, contó con la participación de más de 2.200 chicos y chicas de 12 a 19 años seleccionados entre los colaboradores de otra investigación más amplia que se lleva a cabo en EE.UU., conocida como el tercer Estudio Nacional de la Salud y la Nutrición (NHANES III).
Los autores utilizaron como indicador de la exposición al tabaco el análisis de la presencia en la sangre de la cotinina, que es una sustancia cuya presencia en el metabolismo está provocada por la acción de la nicotina. Según este criterio, el síndrome metabólico estaba presente en el 1,2% de los chavales no expuestos directamente al tabaco y en el 5,4% de los que eran fumadores pasivos.
El 8,7% de los fumadores activos presentaba este mismo marcador. Las cifras se dispararon entre los que tenían sobrepeso, cuyos porcentajes se elevaron al 23% en los no expuestos, 32% entre los fumadores pasivos y 40% en los activos.