A simple vista, hacerse un tatuaje temporal parece de lo más inocuo. Sin embargo, depende de la henna que se utilice. El peligro estriba en la sustancia química que le aporta el color oscuro a la henna negra, que es la que se emplea de forma habitual en Occidente. Para conseguir esta coloración, se añade un tinte prohibido para el uso en la piel, la parafenilendiamina (PPD), que es más fácil de utilizar y dura más. El problema es que tiene un alto poder sensibilizante y es inductor de dermatitis alérgicas de contacto. Y no solo eso: a la larga, puede producir alergias cruzadas con algunos medicamentos y provocar reacciones fatales. A continuación se explican los riesgos de usar henna negra en tatuajes temporales.
La henna negra
Los productos cosméticos regulados no son peligrosos. Sin embargo, a veces se utilizan sustancias sin cobertura legal que pueden provocar problemas nefastos. Es lo que sucede con los pseudotatuajes o tatuajes temporales, tan de moda en los últimos tiempos. Sus efectos adversos pueden darse, incluso, en quienes se los realizaron hace 20 años. Pero, ¿cuál es la razón?
El problema más grave para la persona sensibilizada son las reacciones alérgicas graves con algunos medicamentos
En principio, la henna auténtica es de un color marrón-verdoso y suele dejar una coloración marrón-rojiza sobre la piel. Su duración es de tres o cuatro días. Esta henna se usa de forma tradicional en las ceremonias rituales de países islámicos para decorar de manera perecedera piel, pelo y uñas, aunque también se ha empleado como bacteriostático y antifúngico. Pese a su uso generalizado, se han registrado pocos casos de dermatitis por contacto.
Sin embargo, en Occidente se utiliza más una henna de color negro intenso. Pero esta coloración no existe en forma natural. Se obtiene a partir de la henna original a la que se le añade la parafenilendiamina (PPD), «que le confiere un color más oscuro, facilita el tatuaje, su duración es de más de una semana y, además, es más barata», explica Ramón Grimalt, dermatólogo, profesor de Dermatología en la Universitat de Barcelona y coordinador de dermatología en la Universitat Internacional de Catalunya. El problema es que la concentración de PPD es de alrededor del 15%, cuando los niveles máximos permitidos para uso cutáneo son del 2% y en tintes para el cabello del 6%. Y, en este último caso, no pueden aplicarse directamente sobre la piel, las cejas o las pestañas.
Los riesgos de la henna negra
En el artículo ‘Riesgos de los tatuajes de henna negra’, publicado en Anales de Pediatría, los autores, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Paz (Madrid), explican que los tatuajes de henna negra no están contemplados en la normativa europea sobre cosméticos y, por su carácter temporal, tampoco en la legislación que regula los tatuajes permanentes. Así, entre el vacío legal y el desconocimiento de la población, cada vez son más las personas que se exponen a sus peligros.
Los investigadores señalan que están aumentando los casos de eccemas de contacto alérgico, sobre todo, en niños y adolescentes y en periodo estival. Sus efectos en la piel son desde un eccema leve con picor, hinchazón o quemazón, hasta la presencia de vesícula y ampollas.
El tratamiento de elección es con fármacos corticoides, aunque pueden dejar secuelas, como la zona hipo o hiperpigmentada y cicatrices permanentes (queloides).
Alergias cruzadas con medicamentos: peligro de muerte
El colorante negro que añaden a la henna está prohibido para su uso sobre la piel y puede desencadenar reacciones graves
El problema más grave para la persona sensibilizada es que, en el futuro, puede sufrir reacciones alérgicas graves con algunos medicamentos (reacciones cruzadas), que pueden provocar compromiso vital con insuficiencia respiratoria e insuficiencia renal. Entre estos destacan las sulfonamidas (sustancia química que forma el núcleo de la molécula de las sulfamidas), un grupo que incluye antimicrobianos e hipoglucemiantes; el ácido paraaminobenzoico (PABA), que es un componente de diversos fotoprotectores; y los antihistamínicos y algunos anestésicos.
Grimalt aclara que «debido a la reacción cruzada que presenta la PPD con las sulfamidas (antimicrobiano que en la actualidad se utiliza poco) y con algunos anestésicos locales (como la benzocaina entre otros), es importante advertirlo al dentista, al dermatólogo y al anestesista, si uno se somete a intervenciones con anestesia local».
Advertencias sobre los riesgos de la henna negra
Tal es la importancia de los efectos adversos de la henna negra que, en junio de 2012, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) advirtió sobre el peligro potencial de realizarse un tatuaje temporal a base de este producto y que se ofertan en lugares públicos durante el verano, como playas o mercadillos. También señalaba que el colorante negro que suelen emplear está prohibido para su uso sobre la piel y que pueden desencadenar reacciones graves, además de aumentar la posibilidad de alergias a tintes capilares. Aun así, si después de hacerse un tatuaje, aparece picor o ampollas, hay que acudir al médico.
La parafenilendiamina (PPD) es una sustancia química, principal culpable de las reacciones alérgicas a los tintes. En España, al contrario de lo que sucede en países como Alemania, Francia o Suecia, no está prohibida su utilización en tintes para el cabello, aunque se establece una concentración máxima muy restrictiva. Según la Directiva 76/768/CEE del Consejo de 27 de julio de 1976, la concentración permitida máxima es del 6% y no puede aplicarse sobre la piel, las cejas o las pestañas.
No obstante, también se puede encontrar como ingrediente en muchos productos empleados en la vida cotidiana como tintes textiles, gomas, lacas, sombras de ojos, máscaras de pestañas, cremas de protección solar e, incluso, en tinta china o de impresión, máquinas de fax, productos de fotografía, neumáticos, manillares de bicicletas, gafas de buceo, trajes de neopreno o herramientas.